Los Políticos
Imagine el lector que va llegando a su casa y antes de que meta la llave a la cerradura, alguien se lo impide. Inmediatamente, otras dos personas, con armas largas le piden que por favor, eso sí, amablemente, se identifique, precise su destino y le revisen de pies a cabeza. Tras el examen exhaustivo, sin dar ninguna explicación y usted sin recibir tampoco respuesta a sus dudas, le invitan a que meta la llave a su cerradura y entre.
¿Y qué pasó? ¡Quién sabe!
Bueno, pues algo así más o menos ocurrió este lunes por la noche en la zona donde vivo... a lo más que sé, por diversos medios de información, es que hubo una balacera cuando elementos de Seguridad Pública se percataron que unos individuos pretendían arrojar dos cadáveres cerca de la zona.
Amigos, a los que agradezco con todo el corazón sus llamadas de lunes por la noche, al externar su preocupación para con mi persona y la de mi familia, dicen que oyeron cantidad de balazos, vieron la movilización de patrullas y “los verdes”.
La noche fue de angustia para muchos que estábamos fuera de la casa pues sólo manteníamos comunicación con la familia vía celular para recomendar que no se saliera por ninguna circunstancia fuera de ella.
Más llamadas de amigos cercanos nos platicaban que las tiendas alrededor habían sido cerradas por unos momentos pero tras el susto, volvieron a abrir: negocios son negocios.
Desde el punto en que me encontraba, abrí el twitter y facebook; busqué si había más información y encontré algo que decía así:
“Sin querer que cunda el pánico o incertidumbre, en Jardines de Xalapa se registra un movimiento militar y hablan de una balacera. Cuidado a todos en esa zona”.
No me extraña la precaución del compañero respecto a “evitar el pánico”, no... lo increíble fue el acto servil y arrastrado de un “reportero” que respondió de inmediato a ello de esta forma: “Puro patrullaje. Saluditos”.
¿Patrullaje?
Llegué cerca de las once y fracción a la casa, enmedio de cantidad de personas que se asomaban a la entrada de Jardines de Xalapa, de un tráfico lento, inusual para la zona; de reporteros policiacos que eran mantenidos a distancia por policías de Seguridad Pública y un improvisado retén en el carril hacia el centro, donde eran revisados algunos vehículos... no sé si nada más taxis... la verdad no me quise parar a observar... quería estar con la familia.
Platicamos la mujer y yo de lo acontecido. Me dice que escuchó lo que en principio pensó que eran cohetes, pero no lo fueron.
Nos tomamos un té para calmar los nervios y dormimos.
Muy temprano, este martes, antes de salir “fueras”, chequé la internet: La versión de que algunas personas pretendían arrojar dos cadáveres era lo único que leí en algunos medios. En otros, de manera vaga, hablaban de “transgresores de la Ley”. Unos más hablaban hasta de cuatro muertos y hasta con la presencia de Periciales y Ministerio Público. Me dirigí a la página de Comunicación Social de Gobierno del estado ¡y nada! Fui entonces a la web de la Sedena ¡menos! La última esperanza era el sitio de Semar ¡y tampoco!
Es decir, no hubo información oficial, al menos hasta las 16:30 horas de este martes, que escribo este texto, que me dijera ¡qué madres pasó en Jardines de Xalapa!
¿Me quedo con las versiones periodísticas? A lo mejor mucha gente se quede con esa información, vaga, suelta, escueta, sin sostén... por eso, esta mañana que salí con mi Harry a dar la vuelta por Jardines de Xalapa, la pregunta obligada entre vecinos era: ¿Qué pasó?
Y sí, puede que nuestras autoridades nos tengan muy bien protegidos contra los delincuentes pero también sumidos en la ignorancia de lo que realmente ocurrió la noche del lunes.
¿Por qué?
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