Marco Antonio Aguirre RodríguezEl Secretario de Salud, Pablo Anaya Rivera, algún atributo debe tener para seguir en el puesto, porque a pesar del cumulo de desaciertos que ha tenido, el Gobernador Javier Duarte de Ochoa lo mantiene en el cargo, aún con todo y lo poco eficaz que resulta para la salud de los terrenales veracruzanos.
Místicos y Terrenales
Vaya, el trabajo de Pablo Anaya es tan deficiente, que ni siquiera pudo esconder todas las irregularidades que hay en el sector salud en el estado, durante la comparecencia que tuvo frente a los diputados en la glosa del Primer Informe de Gobierno, donde reconoció la carencia de infraestructura hospitalaria, la falta de medicamentos y la existencia de medicinas clonadas.
Pablo Anaya no ha podido hacer algo para que se concluyan los 14 hospitales incompletos que había hace un año, cuando tomo posesión del cargo. Los nosocomios de Álamo, Misantla, Nautla, Naolinco, Papantla entre otros, son de las obras inconclusas en infraestructura hospitalaria.
El Secretario de Salud en abril de este año aseguró que se necesitaban 900 millones de pesos para terminar las obras.
Ahora, quienes no quieren a Pablo Anaya le han inventado que asegura que el Secretario de Finanzas y Planeación desvío los recursos de la federación para estas obras y que por eso no entregó el dinero y en consecuencia siguen sin terminar los hospitales. ¿O será verdad que lo dijo?; si es así, entonces Tomás Ruíz debe responder.
Porque además también están detenidos los proyectos de construcción de cinco nuevos hospitales: Boca del Río, Tuxpan, Pánuco, Xalapa y Coatzacoalcos. Además de la Torre Pediátrica del Hospital Regional de Veracruz, que se había programado para un gasto de 224 millones de pesos.
Y eso que aseguró que durante este año se erogaron alrededor de 100 millones de pesos para la remodelación de unidades médicas.
Pero eso sí en su gestión han sido más que múltiples los plantones que los trabajadores de los hospitales le hacen, reclamando que cumpla (tan solo) con su palabra, con lo que el mismo Pablo Anaya ofreció.
Un caso reciente fue el 18 de noviembre, cuando trabajadores del hospital de Papantla y de la Secretaría de Salud en Xalapa, reclamaron la entrega de la primera parte del aguinaldo, conforme al aviso que había hecho el Presidente Felipe Calderón, además de que salieron a relucir los reclamos por otras prestaciones económicas.
Los trabajadores del Hospital Regional “Dr. Bernardo Peña”, de Los Tuxtlas, también están esperando que el galeno Pablo Anaya cumpla lo que les ofreció en su última visita, de mejorarel lugar y ampliarlo para volverlo de primer nivel, dotarlo de muebles, equipos médicos y de laboratorio e insumos diversos, así como surtir de medicamentos.
Pablo Anaya, en su comparecencia, aseguró que el desabasto de medicamentos en Veracruz es menor al que existe en otros lados del país, e incluso afirmó que Veracruz es la entidad que mejor entrega de fármacos tiene; de ser real esto, la propuesta que tanto pregona el Partido Verde de que el gobierno debe pagar los medicamentos que no entrega, es más que procedente.
Aquí el dicho de “mal de muchos consuelo de … algunos”, no aplica.
Por lo pronto, dos caso más que escandalosos, fueron el desabasto de medicamentos para la atención de pacientes con SIDA, y la carencia de fármacos en el Centro Estatal de Cancerología (Cecan).
De lo ocurrido en el Cecan, Pablo Anaya culpó por el adeudo de 76 millones de pesos con proveedores de medicamentos oncológicos, una vez más, al gobierno federal, al Seguro Popular en específico, por no haber entregado esos dineros, entre otras cosas, por un desfase en su contabilidad de quienes padecen este mal.
En ese adeudo hay partidas que tienen varios años, pero se mostró confiado en poder ejercer un presupuesto adicional autorizado por el Gobernador Javier Duarte, del cual, apuntó “vamos a insistir para que nos lo den”; esto es, que acusó a la Sefiplan de retener los dineros.
Nada más que en este caso cabe una pregunta ¿cuándo se autorizó la modificación del presupuesto de egresos del estado y en que monto?.
Del Cecan, también está pendiente el caso de los medicamentos clonados, o como dice ahora el Contralor General del Estado, Iván López Fernández, los no reconocidos por el laboratorio, caso en el que se siente un olor a contubernio porque nada se hace para identificar a los responsables y menos para castigarlos.
Otros adeudos, son con los trabajadores, por los gastos que estos han realizado para salir a campo, lo cual ya suspendieron, precisamente porque no les pagan los gastos. Y la deuda es pequeña, en comparación con el presupuesto de la Secretaría de Salud; por ejemplo, a los trabajadores de la Jurisdicción Sanitaria 7 se le deben 135 mil pesos, cantidad en cambio que para un trabajador es sustancial.
Así pues, al suspenderse este tipo de actividades, hay una fuerte desatención en las actividades de la Secretaría.
Pablo Anaya tampoco ha podido hacer nada para que se de la basificación de los trabajadores del sector salud que están pendientes y eso que el tramite lleva ya más de dos años.
Así pues, a un año de gobierno, la pregunta es más que valida, ¿qué tiene de especial Pablo Anaya para mantenerse en la Secretaría de Salud?.
¿Que hizo en este 2012 con los 4 mil 218 millones de pesos en gasto corriente que estaban autorizados para la Secretaría?, ¿cuánto dinero más se le dio para supuestamente paliar el desabasto de medicamentos?.
Y ya de pasada, ¿qué pasó con el programa de clínicas de 24 horas?.
Vaya pues, podemos reducir todo esto a una sola pregunta: ¿qué ha hecho bien Pablo Anaya en este primer año de gobierno?.
Así, la intención del Gobernador Javier Duarte de Ochoa de garantizar servicios de salud eficientes y adecuados para todos los veracruzanos, está lejos de cumplirse.
Es palabra de místico que no llega en eficacia para los terrenales.
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