domingo, 19 de febrero de 2012

Hambre y Narco

Brenda Caballero
Números Rojos

El domingo generalmente despierto más tarde, aunque no tanto: la vejiga de mi perro me obliga a levantarme temprano para acompañarlo a su paseo matutino por el parque.
Le digo a mi marido que aprovechando el viaje vayamos a comprar al supermercado algunas cosas pues ya no hay ni leche, además de que los domingos por la mañana no hay mucha gente y se compra más rápido.
¿Canastilla o carro? Voy a comprar poco, me decido por la primera: leche, pan, huevos, galletas, jamón, cereal, jugos, yogurt, algunos jitomates, una papaya, jabón de lavar y un par de lujos: shampoo y desodorante.
Es cierto que llené mi canasta, pero pagar casi ¡setecientos cincuenta pesos! Sobrepasa mi presupuesto para dominguear, y eso que no fui a hacer despensa completa. Seguramente pasaré el resto de la tarde viendo películas pirata.
Al salir, ya me esperan dos niños pidiéndome les compre un ramo de alcatraces a cada uno. Como buen tarjetahabiente, nunca traigo dinero, confió en el poder de mi firma. Le digo a mi marido que olvidé comprarles una torta (prefiero darles comida que dinero), abro mi caja de galletas y les doy un paquete a cada uno. Creo tenían hambre pues al alejarme, uno de ellos abre las galletas para empezar a comerlas.
Antes de ver películas pirata, decido entrar a la internet. Un encabezado llama mi atención: “Hambre mata más que narcotráfico; hay 12 millones de mexicanos sin canasta básica”.
Comienzo a leer y según el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del año 2001 al 2010 fallecieron 85 mil 343 personas por desnutrición contra 49 mil 804 víctimas por el crimen organizado registradas por la Procuraduría General de la República y la Cámara de Diputados.
En pocas palabras, y aunque se oiga feo, hay más muertos de hambre que muertos por narcotráfico, algo así como una diferencia de 35 mil 539 personas. Por supuesto que estos muertos no salen en los medios de comunicación. Al respecto, Mario Luis Fuentes, Director del CIEDAS, explicaba que “hay 12 millones de mexicanos que no tienen ingreso suficiente para comprar la canasta básica de alimentos”, por lo que “si no mueren por desnutrición, morirán por enfermedades generadas por ésta”.
Asimismo, manifiesta en sus declaraciones que el problema no es tanto la falta de fondos sino un desorden social lo que él llama “fragmentación y descoordinación entre programas sociales de los niveles municipal, estatal y federal de gobierno”. ¿Recuerda Usted el caso de la maestra que le reclamó a mi querido presidente por su apoyo de Oportunidades? Si no mal recuerdo, la catedrática ganaba casi diez mil pesos mensuales. Más que descoordinación, es una injusticia. Y desgraciadamente como estos casos, hay miles.
El funcionario refiere que tuvo mucho que ver los gobiernos priístas y panistas, pues mientras los primeros tenían un control centralizado de los recursos, pues el Presidente de la República los imponía en lo político, económico y social; los panistas, al llegar al poder en el 2000 y no establecer un nuevo sistema para controlar los recursos destinados a programas sociales, perdieron dicho control. Fuentes recordó que el hambre no sólo es por falta de alimentos, carbohidratos y proteínas: “Es también falta de agua, pisos de tierra, falta de drenaje; tiene que ver con el cuidado de los jefes de familia, su capacidad por proteger a los más vulnerables, los niños”.
Asimismo, la reducción de los subsidios al campo ha sido un factor muy importante, pues mientras los pocos que hay se dedican a los estados del norte y noreste del país como Sinaloa, Sonora Tamaulipas y Chihuahua, estados como Guanajuato, Jalisco, Veracruz y el Estado de México se ven severamente afectados lo que se refleja en casi 8 mil mexicanos que mueren cada año por desnutrición.
Por supuesto que no minimizo las muertes violentas por los cárteles del narcotráfico que se ven todos los días, maximizo todas aquellas que no se ven… que se van sintiendo… como el hambre de los dos niños presurosos a comer galletas, como mi cara canasta que al menos para mí ¡es básica!

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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