jueves, 19 de abril de 2012

La Democracia, como nos convenga

Erwin Bárcenas Oliveros
Un clavo al Ataúd

Sentarme a la mesa familiar, ya sea en casa de mis padres, de tías, primos o parentela política, es más un acto de audacia a la hora de la sobremesa y el debate, que un intercambio de opiniones amorosamente llevadas por la sangre.
La comida, los platillos con guiso de mamá, con sazón de la abuela o de KFC porque la cuñada o la nuera no saben cocinar; el modular con las rolas más tocadas en cualquier reunión familiar... familiar como las botellas de refresco, hielos, botellas de licor y tasas de café, son sólo un llenador preámbulo a una plática que, a mi parecer y lo pongo a consideración de ustedes amables lectores, puede ser el mejor debate, el más honesto y democrático a falta de ser el mejor pensado y reflexionado, que la historia reciente de las elecciones presidenciales puede tener, apreciar y disfrutar.
Intentaré explicarme de la manera más sencilla que sea posible para que no pierda el hilo de dónde estaban situadas las salsas, los restitos de cecina y esas riquísimas tortillas semi-frías que quedan.
La tía Flor terminaba de recoger a su marido y la cuba que derramó al quedarse dormido sobre su plato, cuando exclamo el grito de batalla: “Y ¿quién va a votar por el Peje?”, acto seguido inició esa delicia de honestidad generada por algo que pocos razonamos pero siempre define presidentes y es, las razones claras y sin tapujos que solo en la familia se confiesan...
El anfitrión, mi primo Noé, soltó la primera carga de honestidad: “Nel, a mí la mera verdad me conviene al chile que gane Peña Nieto... El Beto ya aseguró un puestito arriba de donde está si gana el Peñas y ya me dijo que me dará una mejor chamba”.
No terminaba de exclamar su pasión por la democracia cuando mi hermano saltó para decir: “Pues también mi jefe de zona ya anda amarrado para subirnos de nivel si gana el PRI, así que ya estamos amarrados en la delegación y pues la familia no se hagan, nos tienen que ayudar”.
Increpada, Flor se desbordó en una amorosa y republicana muestra de nacionalismo: “¡Ay, no chinguen!, por culpa de esos pendejos es que Ruperto (su marido) se quedó sin chamba en el 92 y por culpa de los putos del PAN lo corrieron de Luz y Fuerza ahora... y AMLO está apoyándolos y les prometió que reabriría LYF otra vez...”
Al ritmo de los tambores de guerra, la esposa de mi tío Mundo abogó por la honestidad de las elecciones: “Yo no sé en qué están pesando, deberían estar apoyando a Mundis que anda promoviendo los votos para Doña Josefina, ¿no ven qué bien se han acomodado él y su gente desde que el PAN está en el poder? igual les puede echar la mano...”
Me vi tentado a contarles un chiste sobre un candidato que era una mezcla entre él Güiri Güiri y Einstein, que trabajaba para una poderosa Maestra, pero era un chiste mal hecho desde el principio, así que lo dejé por la paz y seguí escuchando.
Mientras cada cabeza que es un mundo manifestaba sus pros y necesidades por las cuales ungirían a su candidato como el nuevo apóstol de sus esperanzas, los chavos, los jóvenes, se entretenían con sus iphones, tomándose fotos, compartiendo música, checando sus facebooks, twitteando con sus amistades sobre qué hacer en la noche cuando los vetarros se duerman... ninguno esboza en sus planes el entender porqué lo que hoy sus mayores platicábamos, pensando en cómo vivirán el futuro todos ellos, cuando ya el iphone y la red 3G no les sean suficiente para vivir.
Al unísono de las carcajadas nacidas de los contendientes en la mesa de debate, la siempre sabia voz de la experiencia brotó para ofrecernos un poco de luz sobre los oscuros caminos de la conveniencia partidista… el tío Amando soltó esa clásica ronquera que tiene por voz:
“Yo les conmino a que todos y cada uno, voten por sus chingados partidos y sus putos candidatos ! y déjenme tragar en paz mi pan con nata o se me van toditos a rechingar a su madre pero ya!”
Levantándonos algunos, siguiendo las charlas o chismes los otros, me dirigí a la calle para ir por un par de cervezas, razonando la maravilla de momento 100% honesto que había yo presenciado esta tarde, cuando todos y cada uno de quienes tenían suficiente edad para votar, declararon que el país en su mayoría no votará por el mejor futuro de México, solo votarán por aquel que les convenga más.

http://mr-ataud.blogspot.com/

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