viernes, 20 de abril de 2012

Tránsito ¿Autoridad Vial?

Brenda Caballero
Números Rojos

El miércoles, salía más temprano que de costumbre. Como siempre, me incorporaba a la avenida Lázaro Cárdenas, para seguir con la ruta habitual al trabajo. De repente, a la altura del Puente Miguel Alemán, los autos empezaban a bajar su velocidad… era una inmensa cola que no tenía fin.
Un accidente ¡sin duda alguna! pensé, ojalá y no sea grave, por la magnitud del tráfico.
De inmediato traté de salir hacia una vía alterna, pues el ruido de los claxonazos y las mentadas de madre son peores que la desesperación.
Bajé Herminio Cabañas, tomando posteriormente la avenida Hernández Castillo hacia Manuel M. Contreras… error: estaba peor.

Ni modo, no había vuelta de hoja, ni cómo salirte de ese atolladero, carro atrás adelante, al lado, al otro.
Avanzábamos muy lentamente. Los autobuses apenas dejaban diez centímetros entre sí, con tal de no dar el paso a nadie ¿y el uno por uno? ¡No existía el uno por uno!, Más bien era un campo de batalla de todos contra todos, una selva bajo la ley del más fuerte; solo faltaba que alguien sacara su AK47 y se abriera paso a punta de balazos.
Circulaba en el carril derecho y a mi lado izquierdo traía una Ecosport Blanca. De repente, al llegar al cruce de Joaquín Ramírez Cabañas, me encontré de frente dos taxis que cruzarían al lado extremo, (vulgarmente dicho: sacando la trompa); para librarlos, me adelanto a la Ecosport y freno para que pasara uno de ellos, volteo ver a la Eco y ¡no frena!, le pito para que lo haga, pero no lo hace y choca contra mi puerta trasera. ¿Mala leche?
De inmediato me bajo y me dice que no me vio, que me mueva, que tiene un taller y con una pulida se le quita el rayón. ¿Me tengo que mover? Según indicaciones de mi seguro me dice que no. Le pregunto si tiene seguro a lo que me contesta que no, veo sus placas y de Oaxaca. ¿No dice la Ley que es obligatorio el seguro de daños a terceros? ¿o solamente en carreteras nacionales? ¿Y qué me dice del Programa de Reordenamiento Vehicular, por las placas de Oaxaca? El señor no venía de visita, había ido a dejar a su hijo a la escuela.
Insiste en mover su carro, llamo al seguro y le digo que tengo un percance “¡Bien que la viste!”, le gritaba un taxista; “tenía que ser mujer” ¡gritaba otro conductor! Intentó moverse, y ahí me tiene casi frente a la camioneta para que no lo hiciera. De milagro no te agredió –decía una compañera– haciendo referencia a un conductor que hace unos días en pleno centro de Xalapa, jaló del cabello a una conductora que simplemente le tocó el claxon.
Pasamos más de una hora esperando mi seguro y por si fuera poco, a las 8 de la mañana, en pleno tráfico con un accidente en una calle paralela, un cruce al que todos se avientan, sin importan quien cae ¡NINGUN AGENTE DE TRANSITO circulaba por allí!
¿Cómo quieren las autoridades solucionar los problemas de vialidad si no hay ni agentes de tránsito en las horas pico? Pareciera que se esconden a esa hora para no hacer su trabajo. Y si no vea cuántos agentes hay en las principales arterias problemáticas en horas de caos vial.
¿De qué sirve que nuestros funcionarios viajen a otros países para traer proyectos de reingeniería vial?
¡Por fin!, 70 minutos después, llegó mi seguro y dos agentes de Tránsito que fueron llamados por una camioneta de la policía estatal. “¿Papeles en orden?” Saco licencia y tarjeta de circulación, ¡sorpresa! El otro conductor sin licencia. Luego entonces ¿sabe conducir?
¿Me puedo mover? Pregunté. El “tránsito” lo asintió con la cabeza. Nos movimos para despejar la circulación, pues en ese rato que estaba allí me tocó otro percance menor.
“Mejor lleguen a un acuerdo, pues si vienen los peritos, los van a fregar a los dos” ¡Y dicho y hecho! Que llegan “los santos peritos”, específicamente tres… ¡varones, por supuesto! ¡horror! Pensé: Eres mujer y conductora entre 5 varones ¡Y cumpliendo la condicionante, si eres mujer es porque eres mala conductora! Brenda tienes las de perder: “¡Usted hizo corte de vialidad!”; ¡uta madre!, perdón por lo que voy a decir pero: esperar dos pinches horas ¿para que me dijeran eso?, mejor me hubiera ido al taller desde un principio.
–Además, no tenía que moverse–, exclamó uno de ellos.
–Un agente que pasó me dijo que podía hacerlo…
–¡Ellos no son la autoridad, sino nosotros!
Más uta madre…
–¿Qué hago entonces? ¿Y el seguro que pago?
–Mire señora– dijo el que me dio el alcance –es que nosotros tenemos la culpa… No me metí, además me vio, no me había pegado y después lo hizo…
El ajustador solo dijo: “Desgraciadamente esto es una cosa de cortesía, y esa no está normada en la Ley…”
–Luego entonces ¿me pueden dar el paso y después echarme el carro encima?
Su mirada me dio la respuesta ¿y el uno por uno?, o debe haber un letrero que diga 1x1 en cada cruce.
–¿No está de acuerdo? ¿nos vamos a las oficinas de Tránsito?
–¿Cómo voy a estar de acuerdo, cuando esperé dos horas para que la autoridad me diera la razón, porque pensé que estaba en lo correcto, entonces mejor me hubiera movido e ir con el señor a su taller sin tanto protocolo burocrático.
–¡Vámonos a tránsito porque no se arreglan!
–¿A que voy?– pregunté…
–A que le expliquen…
–¿Lo mismo que me acaba de decir?
–No, no, no, ya perdí dos horas de trabajo; allá voy a perder todo el día…
Sin más palabras, firmé mientras pensaba: Por eso estamos como estamos, conductores sin cultura vial, sin licencia, sin regulación de su vehículo, sin respeto al uno por uno, autoridades que no les importan los ciudadanos, simplemente el disponer de agentes de tránsito que resguarden sus vehículos abriéndoles paso en medio del tráfico mientras se dirigen a algún evento. Funcionarios públicos que omiten el cumplimiento de su trabajo alegando que son pocos para cubrir toda la ciudad; cámaras instaladas con el pretexto de informar el tráfico vehicular; sin embargo, parecen que espían más de lo que ayudan.
Ese mismo día me enteré de dos accidentes más: Uno frente a la Secretaría de Finanzas y Planeación y otro en el cruce de la calle Gustavo Díaz Ordaz con Huizache.
Nada extraño: Historias de todos los días.

Email:caballero_brenda@hotmail.com

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