El debate y la telecracia

Salvador Muñoz
Los Políticos 

Hay de tres en torno al próximo debate de los candidatos presidenciables y la telecracia que co-gobierna en el país:
1) Se desquitan Salinas y Azcárraga por la cantidad de lana que perdieron al dejar fuera de comercialización los spots de candidatos, por culpa del IFE, o...
2) Protegen como sea al candidato del duopolio a sabiendas de que en un debate en vivo, a todo color, y fuera de “chicharitos”, apuntador o teleprompter, pueda pasar ante los ojos de los espectadores como un imbécil, sin ánimo de ser ofensivo, o...
3) Ambas anteriores.
Pero una cosa es cierta... ¿quiénes son los interesados en ver el debate? políticos, trabajadores de medios y alguno que otro ciudadano interesado por conocer, medir, evaluar y saber de qué está hecho cada candidato... ¿y el resto de la gente? ¡Quién sabe!
Aunque sinceramente no creo que sea interesante para un gran sector de la población el partido Monarcas vs Tigres... quizás para la fanaticada de Michoacán y Nuevo León o para el aficionado al balompié que es capaz de ver desde un partido llanero que uno de la Champions League... tampoco creo que sea interesante ver el programa infantil “Pequeños Gigantes”... a menos que tenga a su hijo, sobrino, nieto, participando allí.
Vaya, estoy de acuerdo, la gente tiene derecho a ver lo que le plazca aunque las autoridades electorales y los partidos políticos, tienen la obligación de incentivar el interés de los potenciales electores para seguir el debate de cualquier modo...
Y a manera de darle la razón a Ricardo Salinas Pliego (que nada más cree en los rattings), expongo algunas propuestas para que la gente se interese más en el debate que en un partido de fut o en un programa de niños:
* EL RIVAL MÁS DÉBIL... mental
Por supuesto, los participantes serían los cuatro candidatos: AMLO, Peña, Chepina y Quadri. Como esta dinámica obliga al participante a hacer uso de sus conocimientos generales, ya se imaginarán quién sería el perdedor...
* ¡100 MEXICANOS pen-DIJIERON!
Pero para que no haya animadversión contra Peña Nieto, bien podría emplearse este juego donde de seguro ganaría el mexiquense, basándonos en que en sondeos y encuestas, las bizcochitos lo colocan arriba en las preferencias...
* ¡VENTANEANDO!
Claro que si se quiere algo más candente, qué mejor que Paty Chapoy, Daniel Bisogno y Pedro Solá sacando los trapitos al sol de cada candidato... algo así como:
–Supieron que la primera esposa de Enrique tuvo muerte cerebral...
–Ha de ser contagioso eso, ya ven cómo anda Enrique...
O...
–¿Ya saben que quien realmente va por el pan no es Josefina, sino su hija...
–¿Marijó?
–No, ¡la gordita!
* PEQUEÑOS GIGANTES
O lo que es lo mismo, enanos que hacemos grandes e idolatramos como si de verdad fueran a componer el país... cada uno de ellos participaría de acuerdo a sus aptitudes y cualidades. Por ejemplo, Chepina bailaría... con la más fea y en una de ésas, hasta sola... ¿o Solá? Andrés Manuel le dedicaría a Quadri la canción de su paisano Chico Ché: Quien pompó / quién pompó / candidatura dime / quién pompó. Por supuesto, Enrique Peña Nieto igual cantaría... ¡con karaoke! que no es más que una forma de teleprompter.
* TORNEO CLAUSURA 2012 FUTBOL
Dígame si no sería interesante ver agarrarse a patadas a nuestros candidatos, metiendo mano, entrando con los tachones por delante, poniendo zancadillas y verlos en los penales... bueno, en los penalties, porque lo otro, va a estar canijo...
* SMACKDOWN o RAW
Y por supuesto, nada más gratificante que nuestros candidatos se rompieran su diez de mayo a punta de sillazos, costalazos, piquetes de ojos, huracarranas...
Créame que con estas propuestas para darle otro tinte al debate, Salinas Pliego se quedaría pendejo el lunes con su ratting... pero, de cualquier modo, le guste o no le guste la política, querido lector, haga un intento por ver el debate. Quizás no tenga la misma emoción que un partido de futbol ni la candidez de unos escuincles bailando o cantando, porque si no lo ve, es seguro que al día siguiente le pretendan hacer tragar el cuento de que ganó quien de seguro perdió... ¡no se deje engañar! ¡abajo la telecracia!