viernes, 4 de mayo de 2012

La muerte quiere a los periodistas

* También fallece “El Búho”

Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales

¡Cuánta diferencia existe entre recordar a un periodista fallecido porque la vida se le desgasto y otros a quienes la vida se la truncaron!.
Como sea, son hechos que impiden pensar en una posibilidad de festejar el 3 de mayo como Día Internacional de la Libertad de Prensa (o como se llame).
La muerte ha cargado con varios periodistas en el estado de Veracruz, en un número creciente desde que entró el gobierno de Javier Duarte.
Y a ocho de ellos se los llevó porque sus vidas se las pusieron en los brazos.
Las autoridades estatales nada han hecho para esclarecer los crímenes.
O si algo han efectuado, ningún resultado positivo han logrado para el esclarecimiento de los crímenes.
Que no le extrañe al gobierno de Javier Duarte la presión internacional que se ejerce para que se esclarezcan los 8 homicidios cometidos en la entidad contra periodistas.

a. Los tres aparecidos este 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Expresión, quienes eran Esteban Rodríguez, Guillermo Luna Varela, Gabriel Huge.

b. El asesinato de Regina Martínez (registrado el 30 de abril)

c. Yolanda Ordaz (26 de julio de 2011, encuentran su cuerpo)

d. Miguel Ángel López Velasco (asesinado el 21 de junio de 2011), junto con su esposa Agustina Solana, y su hijo, el fotógrafo de prensa, Misael López.

e. El homicidio de Noel López Olguín (cuyo cuerpo fue encontrado el 1 de junio de 2011, desaparecido el 8 de marzo del mismo año).

Además están las desapariciones de Gabriel Manuel Fonseca, junto con Daniel Flores Guillén (18 de septiembre de 2011).
Más aparte está que desde el 19 de abril de 2010 desapareció Evaristo Ortega Zarate.
De algunos de ellos se dijo en su momento que estaban ligados a la delincuencia, o también se dejaron correr versiones de que algún homicidio obedecía a cuestiones pasionales, pero todo esto se dijo como una forma de justificar los asesinatos.
Incluso en el caso de Yolanda, el entonces Procurador de Justicia del Estado, Reynaldo Escobar Pérez, dijo en directo que ella tenía una relación con algún grupo delincuencial, incluso “tal vez” de manera circunstancial.
Reynaldo Escobar tuvo que renunciar después de esto, pero sus palabras eran reflejo del pensamiento del gobernador Javier Duarte, quien ni siquiera se mostró en las exequias de la periodista.
Tal vez por eso es que finalmente a Reynaldo lo designaron candidato a diputado federal por un distrito de Xalapa, aún contra la presión que metió la presidente municipal de la capital, Elizabeth Morales, para que esto no ocurriese y el antecedente de que renunció a la Procuraduría por dejar pendientes de solución estos y otros crímenes.
Pero los homicidios, son asesinatos.
Y si las autoridades tienen indicios de que alguien anda en malos pasos, pues le será más fácil seguir la pista hasta dar con el paradero de los victimarios.
Pero aquí no ha ocurrido eso.
Lo único que se ha mostrado es la ineficacia de las autoridades judiciales para esclarecer los homicidios y las desapariciones.
Así que, con ese antecedente, que no le extrañe al gobernador Javier Duarte todas las llamadas y mensajes recibidos para que los asesinatos no queden impunes.
Pero hasta eso, al mismo Javier Duarte y a la deplorable campaña política que vienen desarrollando los candidatos a diputados le conviene que se resuelva por lo menos uno de estos homicidios, de manera clara y contundente, porque mejoraría la imagen del gobierno, tan decaída hoy en día.
Y por otra parte está la muerte de Eduardo Valle, quien vivió de forma intensa, que se enfrentó a la muerte de forma violenta en varias ocasiones, tanto por sus trabajos contra el aparato de estado como contra grupos delincuenciales, pero cuya vida respetaron finalmente.
El exlíder estudiantil durante el movimiento del 68, falleció este 3 de mayo en la ciudad de Matamoros.
La muerte se lo llevó con el gancho de un paro cardiaco provocado por una recaída de cáncer de pulmón, males que lo aquejaban desde hace varios meses.
Su actividad periodística y de apoyo en la lucha contra los grupos delincuenciales lo llevó a exiliarse en los Estados Unidos desde 1994.
Pero finalmente vivió hasta donde la vida lo dejó llegar.
Su existencia no fue truncada.
Y eso lleva otra vez a decir que los homicidios, deben ser resueltos, no justificados.
Hacerlo es cosa de los místicos de la justicia.
Los terrenales esperamos resultados.

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