Tercas aclaraciones

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Crítica

Quiero pensar, estimada y estimado lector, que después del funestamente deseado debate, al igual que un servidor, usted quedó ciertamente con una sensación decepcionante derivada de la vaga propuesta que atestiguamos, así como del espectáculo que significó por sí mismo el encuentro de aquel domingo, más lo que originó después.
No obstante, si lo anteriormente expuesto se aleja de su caso, le sugeriría, pues, que no siga leyendo, para evitar hacer lo que bien podría ser un coraje.
Y es que ¿quién nos entiende? Si no se hace debate “es un golpe al derecho de informarse”, “un candidato le sacatea” o “las televisoras lucen su contubernio”. Indignación a tope por la sumisión de la que, supuestamente, nos hacen víctimas los entes políticos. Ah, pero si se hace debate, “es una tomada de pelo”, “puros ataques”, “la foto al revés” y “gastos innecesarios” incitan el rutinario descontento, para que al final, seamos parte y terminemos “festejando” que de 4.1 millones de pesos que costó, sólo valió la pena lo que salió más barato: la edecán Julia Orayen (quien cobró por lucir su ronco pecho 7,500 del águila).
Luego entonces y como dijera aquel: si no puedes contra el enemigo, únetele. Por ello, este panfleto se encargará de exponer -con dejos de filosofía- algunas aclaraciones que se dieron posteriores al debate, con la única finalidad de que sean tomados en cuenta principalmente por los indecisos, para definir quién será el próximo presidente. Si usted es uno de ellos, sírvase de este platillo ad hoc con el perfil de la elección y –si tiene tiempo y así lo quiere- reflexione.
- El “Efecto Quadri” arrasó con la opinión pública. Ahora es conocido por la prensa y el mundo entero como el “Happy Eye” para fines prácticos. Repartió voto útil y demostró que el casting de la maestra resultó: tiene la facilidad de agradar y dispersar preferencias.
- El miércoles 9 de junio, varios televisores de México sangraron. La madrina propinada a Josefina Vázquez Mota en Tercer Grado puso de manifiesto que su peor enemigo está en casa y coordina su campaña. Aparentemente ni como sugerencia existió una preparación contra el embate televiso de quienes tienen una encomienda que no es precisamente beneficiarla. Me queda la duda de si el líquido púrpura era de la panista o del colmillo de algunos que escurría mientras gozaban la indefensión de la “Jefa”.
- Enrique Peña Nieto le contestó a “don Amor” en entrevista con la “musa de la verdad” Cármen Aristegui: no tiene por qué comprobarle nada, no obstante el reto que el tabasqueño le lanzó sobre los gastos en publicidad. El priista con su carita tiene y punto.
- En el concierto de Sir Paul McCartney, la gente efectivamente gritaba “fuera Peña Nieto”. Lo que usted tal vez no sabe es que lo que pedían era que el priista fuera, pero a cantar con el exbeatle la de “Cucurrucucu, gaviota”, inspirados cuando escucharon “Obladi, Obladá” con el Gama Mil.
- En su encuentro con estudiantes, el aspirante priista se metió al baño de la Ibero no porque huyera... simplemente se quería tomar una foto en el espejo para su perfil del Feis... sensacionalistas.


SUI GENERIS
¿Propuesta? ¿Para qué? Si tenemos el mejor show del mundo con nuestros políticos y suspirantes. Por ello cabildearé, prometo, que la moderadora para el siguiente debate vaya acorde con este fastuoso perfil, siendo Laura Bozzo la indicada y por quien abogaré para que sea a quien le paguen los 73 mil pesos que en el primer ejercicio fueron para la robótica Guadalupe Juárez. He dicho.