jueves, 5 de julio de 2012

Los jóvenes no votaron por la derecha

Arturo Reyes González
Burladero

Terminaron las campañas, el proceso electoral en ese camino se encuentra. Hay diversos puntos por abordar para el análisis, producto de los resultados, desde distintas ópticas: las encuestas y las casas encuestadoras, los pronósticos de café, los atinados y los equivocados, los factores propios de cada región que influyeron en una zona o distrito del país y por supuesto del estado.
Las sorpresas positivas y también las negativas, los heridos, los perdidos o extraviados, las traiciones y desilusiones, los vencidos y los vencedores, los datos duros, las sospechas, los hubiera, etcétera, etcétera, etcétera.
En lo personal, me quedo con una idea que ahora comparto: ¿cuál cree que fue el comportamiento de los jóvenes de este país al momento de acudir a las urnas?
Será bastante interesante conocer más adelante, en el desglose de las cifras, las tendencias y comportamientos de las y los chavos del país, del sector más amplio de la población del México del siglo XXI, del grupo que da forma a nuestro presente y la dará al futuro y que ayudó a que el Partido Revolucionario Institucional regresara a Los Pinos, a la Presidencia, a dirigir los destinos de nuestra nación.
Y es que me atrevo a señalar que el voto de los jóvenes se pudo dividir de manera significativa entre las opciones del PRI y la izquierda. Con la izquierda, porque muchos pudieron encontrar un elemento de identificación al mostrar abiertamente su desencanto en varios asuntos, entre ellos el de la apertura informativa, de los medios de comunicación, y el deseo de cambio político en el rumbo del país.
Con el PRI, porque como señalé meses atrás, una buena cantidad de los chavos que en este 2012 votaron por primera vez han vivido la mayor parte de sus vidas, doce años, bajo la influencia de los gobiernos de Acción Nacional, de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, y que para ellos, el cambio lo es la izquierda pero también el tricolor.
Y he ahí las cifras, al menos las que hasta ahora tenemos. Fueron las dos opciones distintas al PAN las que obtuvieron la mayoría de los sufragios.
Algunos podrán pensar que no, que no fueron los jóvenes los que inclinaron la balanza hacia el triunfo peñista, dirán que ahí está el movimiento #YoSoy132 como clara muestra de que los muchachos mexicanos no están con el PRI. Sin embargo, debemos considerar que el movimiento –en lo personal expreso mi respeto por su importancia social e histórica– no alcanzó a representar el sentir de todos los jóvenes, sí de un buen número pero no de la mayoría.
Que, ojo, este voto al que nos referimos que benefició al PRI no se puede considerar como un triunfo de ese partido, se debió al rechazo que les causa la violencia, a su animadversión contra la sangre y las armas, a la paz perdida y a los empleos comprometidos jamás generados. Pero también a que las acusaciones mediáticas y en redes sociales que abundaron incluso con fino ingenio para el segundo caso, de un pasado corrupto y personajes tenebrosos, no surtieron efecto entre este sector debido a que para ellos fueron tiempos demasiado lejanos que no alcanzaron a comprender.
Pero, insisto, no precisamente porque haya existido un trabajo de acercamiento con los jóvenes de parte de algún líder juvenil tricolor del que puedan presumir que haya ayudado. Al menos en el estado de Veracruz al día de hoy no lo hay, esa es y será una de las grandes tareas que tienen por delante si aspiran a mantenerlos entre sus simpatizantes.
Josefina Vázquez Mota quizá lo entendió tarde, porque el día que salió a admitir ante los mexicanos su derrota, hizo especial énfasis una y otra vez en la importancia de los jóvenes mexicanos.

argo_reyes@hotmail.com

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