miércoles, 4 de julio de 2012

Mis armas, listas

Salvador Muñoz
Los Políticos

Ensimismado en mi futurismo político, no vi mi presente.
Entonces rebobiné mi memoria a corto plazo y empecé a ver algo. Malestar, enojo, decepción y frustración entre casi todas las personas que conozco, ahora sí como dijeran en el rancho, “de ésas de a pie”.
El motivo: El triunfo de Peña Nieto.
Conste, que no puse “la derrota del Peje”.
Esa señora que con ahínco defendió la tala de un árbol me contaba que cuando vio las noticias y hablaban de que Peña Nieto iba ganando, de inmediato tomó el control y apagó el televisor indignada.
La insistente pregunta que más que otra cosa era afirmación de una señora que me decía una y otra vez: “¿Verdad que es fraude?, ¿verdad que es fraude?”
El relato del joven universitario que vio cómo eran robados los paquetes electorales por las calles de su colonia.
El cuento de esa leyenda urbana en el puerto jarocho que narra cómo los propios panistas compraban a los priistas.
Pero eso era la plática con la gente “de a pie”, ajena a un partido, a una militancia, a colores pero identificada con una expresión: Rechazo al regreso del PRI a Los Pinos. Simpatía por el Peje.
Las redes sociales fueron más crudas. Del relato a lo (e)vidente me deja un cierto sabor de escepticismo con respecto al árbitro en la contienda electoral.
Hombres y mujeres reclamando el pago de su voto a entidades priistas. El asalto a la tienda comercial Soriana con cientos de personas que, con tarjeta en mano, temían que no les hicieran válido el costo de su voto y sobre todo, el reclamo de cientos y cientos (acaso miles) de ciudadanos que no pudieron ejercer su derecho al voto en las famosas casillas especiales porque se le dio preferencia a ancianos y jóvenes que aparecieron de la nada para que sufragaran (en algunos casos) o simplemente se acabaron las boletas (en otros casos).
La sospecha puesta sobre las urnas y la contabilización de votos en la elección presidencial y de senadores así como de diputados, que obliga a la apertura de paquetes electorales siembra en mí más dudas:
¿Y si hubo chanchullo? Si eso ocurrió en mi Xalapa ¿es posible que se haya dado en todo el estado? Peor aún: ¿en el resto del país?
Anuncian una marcha en esta ciudad capital de Veracruz así como en varios puntos del país, organizada por #yosoy132.
Pero la duda que más me atormenta ha de iniciar mañana, con esos jóvenes en la calle, en las calles de mi país, proclamando una democracia real y no fingida... ¿qué voy a hacer yo si estos jóvenes tienen razón? O peor aún: Si no la tienen pero creen en algo mejor que el escenario que se nos presenta de aquí a seis años...
Cualquiera de esos muchachos podría ser mi hijo... no sé... tengo mis dudas... aunque de algo estoy seguro: Si se diera el momento, creo que tendría que estar en primera fila porque como padre, creo que nuestro deber es apoyar a nuestros hijos si su idea es una revolución... mi arma, un teclado y una cámara, están listas.

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