miércoles, 1 de agosto de 2012

Olimpiada del más Allá

Brenda Caballero
Números Rojos

Nada, mejor que levantarse todos los días y hacer ejercicio. Bueno, en esta temporada de juegos olímpicos, es mejor prender el televisor que hacer ejercicio.
No sé usted, pero a mis 34 años, es motivante ver a jóvenes realizar su mejor esfuerzo en alguna actividad deportiva a través del televisor, no importa la nacionalidad, aunque si es mexicano…¡mucho mejor!
Aún recuerdo mi emoción y aguantar las ganas de ir al baño, al ver a la delegación mexicana en acción en clavados, tiro con arco, box o futbol.
Tampoco pude evitar los escalofríos y la lágrima al ver a los mexicanos Iván García, Germán Sánchez, Alejandra Orozco y Paola Espinosa subir al pódium por su medalla de plata.
Aunque no todo es deporte allá en Londres. La moda, la belleza, los rumores en medios y redes sociales, la fama y los contratos millonarios también hacen su aporte a Londres 2012.
Apenas leía las declaraciones de la nadadora australiana Emily Seebohm que manifestaba haber perdido la competencia por haberse desvelado en las redes sociales twitter y facebook.
Peor aún, cuando se recurre a los adjetivos, como le pasó a la nadadora británica Rebecca Adlington que canceló su cuenta de twitter porque la gente insultaba su apariencia o cuando las críticas inundaron a la nadadora australiana Stephanie Rice por haber subido una foto a twitter con un pequeño bikini blanco con negro, pidiendo incluso su salida del equipo olímpico.
Aunque no todos son “mochos”, los alemanes por ejemplo, celebran a sus atletas comprando la revista para caballeros Playboy de ese país, pues en su interior presenta lo más íntimo de cinco de sus atletas Angela Maurer (de natación), Regina Sergeeva (de gimnasia rítmica), Christin Steuer (de clavados), Cristina Schutze (de Hochey) y Beate Gauss (de tiro deportivo), que si bien no han ganado una medalla, al menos han ganado “unos cuantos euros” para su cómoda estancia en Londres.
No cabe duda que estos juegos son diferentes a los anteriores, pues la tecnología harevolucionado tanto la comunicación que hasta el Comité Olímpico Internacional (COI) repartió entre los atletas un folleto para orientarlos de lo que pueden compartir en los medios electrónicos y las redes sociales. Por ejemplo, los deportistas no pueden publicar videos de la Villa Olímpica ni de las pruebas que se efectúan allí, así como mencionar algún patrocinador de los mismos, el símbolo de los aros olímpicos y la palabra Olimpiada, pues serán sancionados.
Pero la fama en las redes no depende tanto de lo que los deportistas suban o bajen de las redes sociales pues los terceros se encargan del resto ¿recuerda el caso de la fumada de mariguana de Michael Phelps?
O con el twitter cualquiera que tenga cuenta puede comentar, criticar, mofarse o decir estupideces de algún atleta, incluso cuando está en la mera competencia. Qué bueno que los deportistas no alcanzan a saber eso inmediatamente, sería desastroso para su participación si es que no saben manejar los comentarios destructivos.
Sin embargo, nuestro vecino del norte aclara que las redes sociales no son malas al contario, ayudan a los atletas a tener un mayor número de fans y convivir con ellos de manera cibernética.
La moda también hace su aparición en Londres, pues aparte de que algunas delegaciones portan uniformes de diseñadores, algunas atletas han mostrado al mundo sus garras, y no todas “deportivamente hablando”, sino en las uñas.
Las jóvenes han decorado sus uñas desde las banderas de su país como son los casos de la nadadora Adlington, de Gran Bretaña; la mexicana Luz Mercedes Acosta, de Halterofilia; la tenista Caroline Wozniacki, de Dinamarca; la tenista Venus Willians, de Estados Unidos.Algunas han optado solamente por los colores de sus banderas como la ganadora de la medalla de oro en natación, Ruta Meilutyte, o la italiana Marta Menegatti, de volibol. Aunque si de extravagancia se trata, hubo flamas alemanas de la ciclista Kristina Vogel o decoración ad-hoc con el Centro Acuático de la húngara Suzana Jacobos.
Apenas van unos días y estas olimpiadas han dado mucho de qué hablar… solo falta esperar quién acumula el mayor número de medallas para que las grandes transnacionales pongan sus ojos en el deportista y ofrecerle millonarios contratos de publicidad.
Es cierto que el deporte es muy importante en los Juegos Olímpicos, pero siempre hay algo más allá, algo como una experiencia paranormal.

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