lunes, 24 de septiembre de 2012

EPN: credibilidad, justicia y seguridad

Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales  

En definitiva, Enrique Peña Nieto tiene que poner la justicia en manos de alguien que le de credibilidad al cargo; la mayor parte de la población del país quiere un México seguro.
Los terrenales esperamos de los místicos eficacia total en este terreno.
El ahora electo presidente de la república, lo sabe muy bien, tanto que por eso puso en primer lugar de sus compromisos nacionales el de “recuperar la paz y libertad”.
Y para lograr esa credibilidad, lo más conveniente es que ponga a alguien externo a su equipo de transición y de sus cercanos, como una muestra de –precisamente- querer llevar el combate a la delincuencia más adelante y que las posiciones no responderán a fines políticos.
Indicadores de que su equipo carece de la credibilidad necesaria son la campaña negra contra su asesor en seguridad pública, el exdirector de la Policía Nacional de Colombia, Oscar Naranjo, y contra sus encargados de esa rama en su equipo de transición, tanto el exgobernador de Hidalgo Miguel Ángel Osorio Chong, como Alfredo Castillo, ex procurador de justicia del estado de México, aún cuando está mostrado que estos señalamientos carecen de sentido.
¿Quiénes podrían ser?.
Tal vez, la actual procuradora de la República, Marisela Morales Ibañez, o también puede ser la propuesta que había hecho Andrés Manuel López Obrador para la Procuraduría General de la República, Bernardo Bátiz Vázquez.
Ambos han mostrado ya su actuar en la procuración de justicia y en consecuencia se les puede juzgar y conocer la credibilidad que pueden aportar al cargo, además de que Peña Nieto podrá siempre tener un ojo avizor sobre quien ejerza el puesto, desde la visión de su asesor Oscar Naranjo.
Ambos tienen también el gran valor, sobre todo Bernardo Bátiz, de que le darán legitimidad a su gobierno y la posibilidad de cumplir con su dicho, reiterado cuando le dieron la constancia como Presidente electo, de que tendrá un gobierno incluyente y que no pactará con la delincuencia organizada.
Peña Nieto sabe del valor de la credibilidad de quienes ejercen el cargo ante la incidencia de los grupos delincuenciales y lo demostró aquí, en Veracruz, donde precisamente incluyó en primer lugar de sus 17 compromisos el de: Mantener a la Policía Naval en Veracruz.
“La Policía Naval seguirá velando por la seguridad de los habitantes de Veracruz el tiempo que sea necesario, hasta tener condiciones de orden y de paz”, puntualiza el acuerdo.
Este fue un compromiso a tono con el pronunciamiento nacional que hizo de “Recuperar la paz y la libertad”, en el cual incluyó el consensar “una Estrategia Nacional para Reducir la Violencia con todos los actores y sectores de la sociedad, en la que se fortalezca la prevención, se construya una policía profesional y cercana a la gente, se implemente el sistema de justicia penal acusatorio oral en todo el país, y se fortalezca la cooperación internacional en la materia”.
Existe una fuerte desconfianza hacia la manera en que Peña Nieto llevará esta área sustancial de la vida en México, y las muestras son varias: los señalamientos diversos de nexos con grupos criminales (nunca comprobados);los cuestionamientos a su estratega en seguridad pública, el exdirector de la Policía Nacional de Colombia, Oscar Naranjo, de que no podrá dar una solución a este gran problema que vivimos en México, por sus orígenes como colombiano;y las actuaciones desafortunadas en la procuración de justicia en el estado de México durante su gobierno, como la ahora bandera de batalla de la oposición del caso Atenco o el nunca bien resuelto caso de Paulette Gebara y que llevó precisamente quien hoy es uno de los coordinadores de su equipo de transición, Alfredo Castillo, ex procurador de justicia mexiquense.
El panorama es bastante complicado, tanto que incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de su secretario ejecutivo, Emilio Álvarez Icaza Longoria, refirió que esto se nota tanto al interior del país, como afuera, por lo ocurre con la población en general, como por los casos de atentados contra periodistas y defensores de derechos humanos.
Y a los terrenales veracruzanos nos interesa profundamente lo que haga Peña Nieto en cuanto a la procuración de justicia, porque el panorama que se vive en Veracruz es muy, pero muy complicado, porque los místicos que gobiernan la entidad no le han encontradola más mínima forma de resolverlo.
Incluso Álvarez Icaza cuando hizo su pronunciamiento recordó que aquí, en Veracruz, se criminalizó a dos personas que tuitearon sobre la percepción de inseguridad en el estado, lo cual –dijo el ombusdman- encendió ‘el foco rojo de cual es la tendencia para querer trabajar con la prensa’.
Álvarez Icaza recordó que en el país, y especialmente en Veracruz, son varios los casos de periodistas sin resolver, y que estos deben ser atendidos, porque dejarlos sin definición los vuelve emblemáticos al reflejar“un problema estructural de impunidad’, sentenció.
En Veracruz también están las muestras de la importancia de la credibilidad hacia las corporaciones de seguridad pública y procuración de justicia, tanto que son diferentes las voces que han pedido que permanezca la Marina vigilando las calles y la ciudadanía prefiere pedir auxilio a ésta corporación que a las policías, tanto municipales como a la estatal.
La petición de seguridad pública en Veracruz es de tal tamaño que el comandante del Sector Naval Militar de Coatzacoalcos, Alfredo Morales Mendoza, solicitó a la población que reporten a la policía municipal o a la estatal los delitos del fuero común.
Otra muestra de la desconfianza hacia los cuerpos policiacos de Veracruz son los anuncios de los grupos civiles armados de autodefensa, esos que la autoridad estatal dice que no existen.
Sin embargo el gerente del Consejo Ciudadano de Seguridad de Coatzacoalcos, Renato Riveroll Rivera, llamó a los habitantes del sur de la entidad a no “armarse” en contra del crimen organizado tal y como supuestamente ocurre en otras partes de la entidad.
Según reportes extraoficiales, en algunos municipios del sur del estado, como Acayucan y Hueyapan de Ocampo,ya existen grupos armados para enfrentar a los delincuentes, según apuntó en una plática ofrecida a estudiantes en la Universidad Veracruzana (UV) campus Coatzacoalcos.
Así pues, si Enrique Peña Nieto quiere una muestra de lo importante que es tener autoridades policiacas con credibilidad puede voltear hacia este pedacito de patria que sabe sufrir y ya casi olvidó cantar, precisamente por tanto sufrimiento.
Los terrenales en verdad queremos que la acción del próximo presidente de la república sea la mejor, con énfasis en la seguridad pública y la procuración de justicia.

AGUA QUE FLUYE
AMPUDIA, ¿PARALIZADO?. En Palacio de Gobierno corren dos versiones sobre el mismo funcionario:
1. Está paralizado y nada hace
2. Quiere resolver todo y todo lo deja a medias.
Dicen que las versiones salen de las oficinas de Palacio que dan hacia el Parque Juárez, tanto en la planta alta como en la baja, al igual que de las que están en contraesquina del Hotel México y las que siguen.
¿Acaso hay conflictos de poder o presiones de grupos contra quienes no se les unen?.
Caso interesante….
¿Cuál es la versión real?

ORFIS RESUELTO. Finalmente el Órgano de Fiscalización Superior del gobierno del estado será entregado al contralor del estado, Iván López Fernández, sin oposición alguna y con un claro y pleno mensaje de que los nietos de la fidelidad tienen nexos directos con la fidelidad, pero además de que el negocio de las cuentas públicas será plena y totalmente para ellos.
¿Porqué?.
Lorenzo Antonio Portilla Vázquez ya fue señalado como quien será el próximo encargado del Orfis (encargado, sí, porque la dirección la llevará el actual contralor), con quien le unen nexos desde antes, pero también Portilla Vázquez fue un operador estrella de la fidelidad.
En el gobierno anterior fue Contralor General del PRI y funcionario del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo, el C-4.
Ya estando en el cargo lo sometieron a la prueba de fuego para que renunciara a su relación con Miguel Ángel Yunes, así como a su trato con Ricardo García Guzmán, con quien trabajó cuando este fue –precisamente- Contralor General del Estado.
Ahí se convirtió en hijo de la fidelidad, aunque ahora se reubica como nieto de la fidelidad al integrarse al grupo en el poder.
Así pues, eso de que entre los nietos de la fidelidad y el fidelismo no existen nexos, está muy lejano.
Así que no pregunten el porqué de las dudas.

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