martes, 27 de noviembre de 2012

La comparecencia del “habibi”

Salvador Muñoz
Los Políticos

¡Aquí no, mamá! y paró de seco las intenciones de la señora que efusiva, intentaba abrazar a su hijo. La escena me recuerda aquella vez que visité la casa de unos árabes y fui recibido con un “Habibi” y dos besos en sendas mejillas por los anfitriones. “Habibi”, me decían estos amigos, significa “Te quiero” o “querido”.
Pero en esta ocasión, la efusividad de la señora ante cualquier intento de “Habibi” no se concretaba...
II
Vamos para dos semanas de comparecencias y lo que arrojan hasta el momento, es una cantidad de elogios para los funcionarios de despacho, ¡es más! se llega a un grado de servilismo, tapetismo, alabanza y por allí, un intento de cuestionar con alguna pregunta que suena a todas luces preparada, puesta en bandeja de plata para que el secretario se luzca y salga del recinto legislativo como torero, con orejas y rabo en alto... preciso: los apéndices son del toro, no de los funcionarios.
III
Los secretarios de despacho llevan de todo... el caso de Arturo Bermúdez fue espectacular: llevó todo un operativo de robocops, porra y familia. Allí estaban su esposa, sus dos hijos (uno al que por cierto, dijo, lo trajo de vuelta de Monterrey, donde estudiaba, porque allí las cosas estaban medio difíciles, “más difíciles incluso que aquí”, dijo), y a su respetable madre. La señora Zurita abrazó con entusiasmo, con esa fuerza de la que son capaces las madres a su hijo, tras haber concluido con éxito su comparecencia y éste devolvió el afecto del mismo modo.
–“Ay, mijo... tienes una voz arrulladora”– le expresó con cariño.
IV
En una de las más recientes comparecencias, me pregunta un amigo si creo en lo que dice Erik Porres Blesa... le digo que sí, que sí es posible que sea cierto todas esas millonarias inversiones privadas en Veracruz; en las bondades de los programas que presenta y en la cantidad de empleos que se han creado en estos dos años... aunque le devuelvo la pregunta con otra: ¿Cuántos trabajos tienes? Me responde que tres. La razón, para poder tener una vida económica más o menos desahogada que le permita, igual, más o menos, poder calzar, vestir, dar estudios, alimento y si se puede, hasta un rato de esparcimiento familiar a sus hijos y esposa... así también, yo tengo tres trabajos en razón de lo mismo. Luego entonces, toda esa inversión millonaria, las bondades de sus programas y la generación de empleos que platica Erik Porres, las podemos ver reflejadas trabajando entre 16 y 18 horas al día nosotros, que tenemos más de dos empleos... ¿y los que nomás tienen uno? ¡Ah! pues allí, toda la familia entonces tiene que trabajar...
V
A la conclusión de su comparecencia, se dirige hacia un sector de las butacas. Voltea ligeramente a donde una chica guapa está sentada y se sigue derecho cuando una elegante mujer, con un acento muy definido, sale a su encuentro y exclama:
–¡Hijo mío! ¡Estuviste...!
Y es parada en seco...
–¡No mamá... aquí no!
(Ver imágenes en http://malacarafoto.blogspot.mx)
La mujer continuó con los brazos extendidos y respondió al retoño...
–Pero... ¿por qué? si sólo te voy a felicitar como cualquier otra persona por tu trabajo...
Y se fundió en un abrazo con Erik Porres Blesa.
No hubo un “habibi”, no, entre madre e hijo... tras desprenderse del afecto materno, el titular de Sedeco volvió sobre sus pasos para acercarse a Marisol, desempacadita de la tierra de Fox y allí, a su lado, el “habibi” entonces se hizo realidad.

No hay comentarios: