Los Políticos
De mi casa al trabajo he de hacer unos quince o 20 minutos... aunque realmente bien me pudiera hacer unos diez. La razón: evito tomar la avenida Lázaro Cárdenas.
Entonces, prefiero rodear Circunvalación, como también se le conoce, haciendo otro circuito que si bien, puede resultar un poco más largo, se me hace más seguro en cuanto a la velocidad que llevan por mi camino la mayoría de unidades...
Conduzco a una velocidad máxima de 40 km por hora aun cuando la máquina que tengo fácilmente me permitiría levantar el doble de eso fácilmente... el asunto es que la velocidad que llevo me permite hacer de mi trayecto al trabajo un paseo, donde puedo darme el lujo de ceder el paso a otra unidad o bien, sentirme un caballero y permitir que el peatón cruce la calle, llevándome de premio una sonrisa o bien, el “¡gracias!” como la de aquel niño de esta mañana, que, aun siendo jalado por el brazo de su madre, volteó su cara y lanzó su atención a mi atención. Por eso prefiero rodear Lázaro Cárdenas...
Mientras, la mayoría de las unidades que circulan por Circunvalación alcanzan una velocidad tranquilamente de 70 kmh mínimo y máximo, créame, he calculado los 110... entonces, cuando uno va en su moto tratando de conducir con 40 kilómetros por hora, sencillamente los bólidos que arremeten contra uno desalientan el interés por cruzar esa avenida y prefiere uno tomar el camino más largo... pero el más seguro.
A través de una foto de la amiga Patricia Barradas, me entero que la secretaría de Seguridad Pública puso en algunos puentes peatonales unas mantas donde conminan al conductor de unidades pesadas a conducir sus vehículos a 40 kilómetros por hora, además de tomar el carril derecho como única vía para avanzar por dicha carretera y les queda prohibido rebasar...
Dicho anuncio de 40 kilómetros por hora a lo largo de Lázaro Cárdenas es la mentira más larga que puede cruzar Xalapa...
Creo que exageré... es la segunda mentira más larga que puede cruzar Xalapa... la primera son los otros anuncios que marcan ¡60 kilómetros por hora!
Como sea... nadie respeta ni una ni otra velocidad y quien así lo hace, se vuelve víctima de la prisa de los demás vehículos ante los ataques con el cambio de luces, quizás algún claxonazo o el aproximamiento por atrás que te invita a hacerte de lado para que la prisa del otro fluya a más de 90 kilómetros de velocidad...
Si bien, es plausible la intención de Seguridad Pública de prevenir algún accidente, como el ocurrido la noche del lunes entre dos tráilers, su anuncio habrá de sufrir el síndrome de “Mandibulín” como aquéllos que marcan los 60 kmh... “¡Nadie los respeta!”
(Nomás para precisar: Mandibulín era la caricatura de un tiburón que sufría baja estima y su frase célebre era: “Nadie me respeta”)
A mí no me va a tocar verlo, pero de seguro al conductor que todos los días hace uso de esa famosa avenida, Lázaro Cárdenas, verá qué tan inútil serán esos señalamientos si no hay autoridad que vigile que la velocidad marcada sea respetada... tanto los 40 como los 60 kmh... porque si no, no dejarán de ser la mentira más larga que atraviese por toda la ciudad, incluso más rápido que cualquier otro carro que vaya a más de 110 kilómetros por hora.
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