Querido Santa

Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

Sé que mi carta es enviada un poco tarde. Lo que te voy a pedir puede ser difícil, pero no imposible. Ha pasado la Navidad y querido Santa, deseo de todo corazón que a mi Veracruz le vaya bien. Y se puede, de eso estoy segura… Con tu influencia, te pido unos toques de prosperidad y buenos deseos. Terminar con los compromisos y la falta de ética gubernamental. La corrupción en el estado es vergonzosa y ante buenos deseos, mejor que haya contundentes decisiones….
Como ejemplo, en Seguridad Pública del Estado haya mejores policías y no coludidos protectores del crimen organizado. Que el don de servicio e integridad sea su motor para cada elemento…Y qué me dices de la Secretaría de Comunicaciones, dependencia donde cobijan los desvíos de recursos y la parálisis en obra carretera. Turismo no se queda atrás, al no auditar finanzas de pasados funcionarios y los informes fueron escritos sobre un bloque de hielo puesto frente al sol…
El Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) no hace su trabajo y sus integrantes están al servicio del Gobierno en turno, poniendo candados a la información gubernamental, cuando su deber es transparentar la administración sexenal. Igual el ORFIS, un elefante blanco que sólo sirve para lavar, tender y planchar auditorías estatales y municipales… Nunca encuentran nada “anormal”, cuando frente a ésta dependencia auditora existe un enorme quebranto financiero en Ayuntamientos y en el propio Gobierno Estatal… “No hay peor ciego, que el que no quiere ver”….
Y vayamos a la Secretaría de Salud… Santa, son injustas las anomalías en la compra de medicamentos, la obra pública inconclusa y los grandes funcionarios que se hacen millonarios de la noche a la mañana… Peor, cuando en la Secretaría de Finanzas siguen endeudando al estado con bursatilizaciones y comprometen a Veracruz hasta el límite… El estado está en quiebra y sus funcionarios son los únicos que no sufren de esta desgracia, pagando viajes, restaurantes lujosos y una serie de beneficios por ser integrantes del súper gabinete de Javier Duarte de Ochoa…
Y vayamos a Educación… Poca obra pública en aulas y escuelas… Una secretaría secuestrada por sindicatos hambrientos de dinero y poder…. Al frente, un funcionario gris y con poco margen para moverse, ha logrado que la SEV sea la peor de las dependencias estatales en el sexenio duartista… No hay logros, ni avances en la educación, sin contar la enorme lista de maestros aviadores, quienes sólo son vistos los días de quincena… Una verdadera vergüenza cuando Veracruz es un estado de grandes profesores y normalistas…
No olvidemos la Procuraduría General del Estado… Dependencia que se ha convertido en un enorme archivero estatal y su gestión ha sido criticable, reprochable y hasta alguno que otro recordatorio de 10 de mayo por su pésima gestión y obligación judicial… Nula y complaciente, la opacidad ha sido su mejor máscara, ante tanta injusticia y crímenes sin resolver, como es el caso de periodistas asesinados…Existen muchos veracruzanos que exigen justicia sin ser escuchados…
La gestión del Congreso del Estado indigna y molesta, pues los diputados olvidaron su deber con los ciudadanos y para lo que fueron elegidos. El Poder Judicial no es la excepción, ya que se ha convertido, al igual que los legisladores locales, en lacayos del Gobernador en turno… Atender los caprichos y órdenes del Mandatario Estatal, esa es su prioridad…
Querido Santa, ahora que al empleado de los veracruzanos Javier Duarte de Ochoa le han enviado un nuevo angelito, quizá haya una luz de esperanza para un mejor Veracruz… Que ese nuevo integrante de la familia lo llene de dicha, pero también, que lo haga meditar en sus pocos logros y malas decisiones, para motivarlo a tomar un nuevo camino, quitando lo nocivo para el estado y gobernar, ahora sí, por y para los veracruzanos…
Te pido que esa magia navideña, llene de luz a esta administración duartista y que al estado le vaya bien, sin compromisos, conflictos, ocurrencias, ni venganzas estériles… Ojalá y me puedas conceder ese pequeño regalo. Tú amiga de siempre: Claudia.

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