lunes, 7 de enero de 2013

La mano de Peña

Foto: Víctor Hernández Moreno. Agencia: FotoXalapa
Salvador Muñoz
Los Políticos

No sé si sea la más importante, pero de que tiene su relevancia entre nuestras extremidades, la tiene.
La mano es destacable en nuestra vida cotidiana... con ella asimos todo, la empleamos para manipular las herramientas en el diario acontecer incluso, hasta son extensiones de nuestra imaginación, ya sea escribiendo, dibujando o por qué no, hasta acariciando...
En pocas palabras, las manos son extremidades de sensaciones a más no poder...
Por ello, no es raro cuando alguien solicita ayuda, pide que se “le eche la mano” y una mano no se le niega a nadie... bueno, a menos que sea uno Enrique Peña Nieto.
Y es que hay de manos a manos...
Así, la primera que me viene a la mente es la de Diego Armando Maradona, en México 86... la famosa “Mano de Dios”, aunque haya por allí quien la haya imitado, incluso el mismo Lionel Messi y si no mal recuerdo, el francés Thierry Henry, aunque no hay comparación con la del Pelusa.
También está la Mano Peluda, de Juan Ramón Sáenz, programa de radio que invitaba al miedo auditivo... claro, entre los chavos no es lo mismo la Mano Peluda que la mano con pelos...
La Mano Negra es tan clásica como la mano del Mago Herrera, ex diputado local... ambas son consideradas tramposas. Y cómo no recordar a don Marcial Montano y su “Mano Negra”.
Y lo contrario a la Mano Negra es la Mano Santa, muy socorrida en rifas y sorteos.
No podríamos dejar de lado a “Dedos”, personaje famoso de la Familia Adams que se caracterizaba por ser una mano ambulante.
Siendo más contemporáneos está la mano de Aurora, esa joven princesa que se queda dormida por meter la mano donde no debía pero que dio paso a uno de los cuentos más famosos: La bella durmiente.
En el laberinto del Fauno aparece un ser peculiar citado como el Hombre Pálido que a diferencia de los adolescentes, a él le salieron ojos en las manos, que se llevaba a la altura de la cabeza para poder ver... Ha de tener algún parentesco con el “Compayito”...
¡Qué decir del joven Manos de Tijeras! y de su tío Wolverine...
Y si de éxtasis se trata, no podemos dejar de citar la mano de Rose DeWitt Bukater... ¿la recuerda? En Titanic, cuando Jack Dawson y Rose hacen chaca-chaca en un carro empañando los cristales totalmente y nada más se deja ver la manita de la dama...
Claro que si de manos famosas se trata, sin lugar a dudas hay una que jamás se ve... ¡la del capitán Garfio!
Y finalizamos con la mano de Enrique Peña Nieto durante su reciente visita al estado.
Los cronistas hablan de que cuando el presidente de México concluyó su discurso en Boca del Río, sobre la Promulgación de la Ley Agraria, inició una serie de saludos en una larga fila donde había gobernadores, senadores, los presidentes del PRI estatal y nacional así como alcaldes, entre ellos Carolina Gudiño Corro, vamos, la única dama al frente de ese presidium. Y justo cuando llega ante la presidenta municipal, Peña Nieto le aplicó la del “Querido Amigo”: Que se agacha y se fue de lado... dejando a Carolina con la mano extendida.
No es un caso único... cuando el Papa Benedicto XVI visita México, ocurrió algo similar.
En la comitiva que acompaña al presidente Felipe Calderón, el primero en pasar a saludar al Jefe del Vaticano es el diputado Guadalupe Acosta Naranjo, que tras la salutación, se voltea hacia el presidente y éste le extiende la mano, pero el legislador lo deja con la mano extendida... el muy educado perredista explicaría que el protocolo no marcaba saludar al presidente ni a la primera dama... sólo al Papa.
Por esas fechas, quizás el mismo día, no estoy seguro, una mano se extendió hacia Andrés Manuel López Obrador y éste saludó a Vicente Fox... cuando le preguntaron si ya había perdonado a Chente, el Peje contestó: “No podía dejar con la mano extendida a Fox”...
En el caso de Enrique Peña Nieto, al menos hasta el momento en que se escriben estas líneas, desconocemos si el protocolo marcaba que estaba prohibido saludar a las damas, o si había alguna advertencia de la Gaviota para su marido, o una falta de respeto hacia la mujer u otro lapsus brutus de nuestro Presidente de los que es seguro, tendremos que acostumbrarnos a vivir en seis años...
Pero que este percance no acongoje a la alcaldesa de Veracruz porque al menos los diputados Oscar Lara y Rafael Acosta, más que echarle la mano ¡quisieran echarle el guante!

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