miércoles, 6 de febrero de 2013

Si es candidato, voto por él

Salvador Muñoz
Los Políticos

A su lado, el enano soy yo.
Su sonrisa, buen humor y optimismo embriaga, contagia y acaba uno pensando en él como si fuera un hermano.
Lo conocí como fotógrafo de El Diario de Xalapa. Después, como asistente del entonces diputado Héctor Yunes Landa y hoy, como un aspirante a la diputación local por el distrito urbano de Xalapa.
Se llama Jacob Zayas García. Su estatura a simple vista es de 1.28 a 1.35, aunque se empieza a medir de su cabeza para arriba para conocer realmente su tamaño.
Desde que lo conozco, bromeo y a veces pesado...
Sabiendo del carácter explosivo, alebrestado, temperamental de Héctor Yunes Landa, se decía que el único que podía hablarle al chile al diputado era precisamente Jacob.

¿Candidato a diputado por el PRI? ¿Por qué por el PRI y por qué pretender ser diputado?
Sus respuestas pueden ser simples pero no por ello sencillas... agradezco que no tenga tintes demagógicos sino la transparencia que lo caracteriza al hablar sin poses de ningún tipo:
“Gracias a Dios, el PRI me ha dado la oportunidad de trabajar y si quiero ser diputado, es para servir a la gente”, cosa que, a través de una asociación civil (Trabajando Juntos por un Xalapa de Todos), viene realizando desde algún tiempo. Tiene recorridas 60 colonias haciendo labor de gestoría gracias a la cercanía que tiene con políticos como el citado Yunes Landa, Jorge Carvallo, Fernando González Arroyo, Erick Lagos y por supuesto, Javier Duarte de Ochoa.
Por ello, ha llevado a escuelas útiles deportivos, despensas, cobijas, becas.
Si bien, en términos médicos, ser enano está dentro de una discapacidad, para Jacob, “mi tamaño es una cualidad”. Cuando fotógrafo, dice, tenía un ángulo único para tomar sus “placas” y se podía colar entre las multitudes fácilmente; aunque ahora en la política, que va de casa en casa, dice que se encuentra con una limitación: “No alcanzo los timbres”. No obstante, encuentra la solución de inmediato: “Pero toco puertas”.
Sabe que es blanco de bromas (o hasta de burlas por su tamaño), pero las entiende porque igual se las hacen al que es alto, al que es moreno, al albo, al gordo o al flaco... no sufre por eso... es más, se ríe.
Cuenta que cuando va a colonias, los niños, al verlo de su tamaño, lo ven con curiosidad y luego, al tomar confianza, lo abrazan con cariño, con afecto... y es que eso tiene Jacob, irradia una simpatía inocente, tierna y amorosa... algo así como “El Perfume” de Patrick Suskind, pero en bonito.
Me dice que en su casa, su mami Estela García, le brinda todo su apoyo en esta aventura política que inicia; lo mismo que Paloma... ¿quién es Paloma? ¡Claro! Para este pichón, ¡una Paloma! Su novia, “con la que ando de arriba para abajo”...
Le pregunto qué promete a los xalapeños... “no prometo, me comprometo... los xalapeños están despiertos y ya conocen a la gente, a los políticos”... por eso, dice, se porta bien... “para ser un político de altura”... ¡soltamos la carcajada!
Tengo años de conocer a Jacob y siempre he visto en él, a un joven entusiasta, alegre y sonrisa franca. Créanme, si Zayas García fuera candidato a diputado, con gusto votaría por este gran hombre que, a su lado, me hace sentir chiquito por su gran corazón.

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