domingo, 10 de marzo de 2013

“Por salud” y diferencias sale Tomás Ruiz

Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales 

Pues bien, Tomás Ruíz sí se va de la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado de Veracruz.
Y lo hace por un desacuerdo en los manejos financieros con la administración de Javier Duarte de Ochoa.
Por eso es que deja el cargo por motivos de salud: salud profesional, salud administrativa, salud de imagen pública.
Cuentan quienes han estado en el proceso que la diferencia se evidenció con casi toda su fuerza durante una reunión en la que estuvieron presentes algunos empresarios y funcionarios en la que se le dijo a Tomás Ruiz que debía preparar todo para entregar casi 8,000 millones de pesos a Felipe Ruíz Ortiz (¡Serán parientes?, parece que sí, que hay alguna relación sanguínea como de tercer o cuarto grado), para crear una sociedad entre este empresario, de los preferidos del duartismo, y el gobierno del estado, para la construcción de una presa que incremente el abasto de agua para la capital del estado.
Tomás Ruíz preguntó ahí cuál sería el origen de los recursos y el proceso de licitación a seguir, y la respuesta fue que serían recursos propios y que no habría licitación, porque el esquema es que Felipe Ruiz construye la presa y se hace socio del gobierno del estado en la operación y que el acuerdo ya estaba hecho.
El esquema financiero, y administrativo, pues, no está nada claro, pues una obra de este tipo se debe concursar, por ley, además de que el uso y manejo de las aguas le corresponde a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La oficina de Comunicación Social del gobierno del estado hizo el anuncio sobre la construcción de la presa el 24 de febrero mediante el comunicado 0995, diciendo solo que con una inversión de 7,400 millones de pesos se resolverá el problema de agua para Xalapa y la conurbación, y se garantizará el abasto durante 25 años.
¿Dónde se construirá la presa?, ¿qué río afectará?, ¿qué aforo tendrá?, ¿de dónde saldrán los recursos?, todas fueron preguntas sin respuesta, en ese boletín.
La muestra de que el asunto de la presa no camina tan bien como quisieran es que dos días después del boletín, el 26 de febrero, llegó a Veracruz el titular de la Conagua, David Korenfeld Federman, y junto con el gobernador Javier Duarte hablaron de desarrollar “acciones que faciliten la adecuada operación de los ríos Pánuco, Papaloapan, Jamapa y Coatzacoalcos”, entre ellas “la construcción de obras de almacenamiento y conducción de agua que permitan incrementar la disponibilidad, mejorar el abastecimiento de agua potable para la población y dar viabilidad hídrica al desarrollo urbano y económico de la entidad”.
Pero de Xalapa nada se dijo.
Y las operaciones de los trabajos para esos cuatro ríos (Pánuco, Papaloapan, Jamapa y Coatzacoalcos) correrán a cargo de la Conagua.
Ahora Tomás Ruíz prepara su discurso de salida diciendo que ya concluyó la etapa más critica en la mejoría de las finanzas estatales y una vez terminada la reestructura de la deuda pública.
Más bien Tomás Ruíz huye porque sabe que con el ritmo de gasto que tiene el actual gobierno la deuda pública nunca estará reestructurada y siempre habrá un dispendio de recursos, promovido y operado por los funcionarios del duartismo que están en la Sefiplan: Jorge Fernando Ramírez Tubilla, subsecretario de ingresos; Gabriel Deantes Ramos, en la subsecretaría de Finanzas y Administración; Carlos Aguirre Morales, en la Subsecretaría de Egresos; y Antonio Tarek Abdalá Saad, Tesorero.
Por cierto, Jorge Fernando Ramírez Tubilla, es primo de Karime Macías Tubilla; ambos a su vez tienen parentesco con Brenda Tubilla Muñoz, directora de Programas Especiales del DIF estatal, productora de Cumbre Tajín, a quien señalan diversos grupos artísticos de regatearles el pago por sus presentaciones en el Carnaval de Veracruz, lo que antes ya había hecho en Cumbre Tajín.
Y los tres a su vez están emparentados con Jorge Tubilla, director de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos
Gabriel Deantes Ramos es a su vez pariente de Alberto Silva Ramos, el alcalde de Tuxpan.
Todo eso son parte de las fugas de recursos que hay en la Sefiplan, que es una de las causas principales por las que se sigue endeudando al estado.
De hecho una de las versiones dice que Gabriel Deantes, sobre todo, pero también Tarek Abdalá le presentaron cuentas a Tomás Ruíz por varios miles de millones de pesos para que las firmase autorizando el gasto.
Balances tan burdos, que en la simple suma y resta no cuadran.
En la contraparte la mención es que Tomás Ruíz se va porque –precisamente- no pudo reestructurar la deuda pública y ésta en lugar de disminuir ha crecido al grado de que Veracruz es hoy la tercer entidad federativa con mayor deuda pública del país.
También dejan entrever que a Tomás Ruíz se le despide por su relación con Elba Ester Gordillo.
Por mientras ya está listo quien habrá de suceder a Tomás Ruíz, el todavía presidente municipal de Boca del Río, Salvador Manzur Díaz, quien incluso se dio el lujo de difundir desde el miércoles 6 de marzo que será el próximo Secretario de Finanzas.
A Salvador Manzur le darán un puesto en el que se maneja muchísimo dinero y que será clave para el proceso electoral de este año, por las múltiples cuentas a pagar.
Pero también le tocará firmar cuentas no muy claras, tanto que son de esas que ponen en peligro la libertad sin derecho a fianza y que implican la reparación del daño.
Para el puesto también habían mencionado al actual director del IPE, Armando Adriano Fabre, porque ha mantenido estable esa institución después del desorden y la poca disponibilidad de recursos en que la dejó su antecesor, Gonzalo Morgado, sin embargo prefirieron no moverlo para que se alborotase el avispero en esta víspera electoral.
Así pues, la salida de Tomás Ruíz no es por incapacidad, ni por la perdida de dinero, si no simple y llanamente por cuestiones de salud.
Más vale libre y saludable, que en otras condiciones y sin los millones de pesos que supuestamente se tendrían.

AGUA QUE FLUYE
INSENSIBILIDAD DE CAROLINA. La alcaldesa de Veracruz, Carolina Gudiño, tiene muy poca sensibilidad política.
De hecho su sensibilidad es tan baja que un tema que podría darle buenos puntos lo deja de lado: el certificar el municipio de Veracruz como seguro, ante la ONU.
Arturo Mattiello Canales, es el presidente del Consejo Ciudadano de la PGR en Veracruz, y como tal promueve la certificación del municipio porteño como un lugar seguro, pero la presidente municipal no ha firmado los documentos, mismos que ya están en poder del gobierno del estado.
La certificación procede, más allá de la cuestión electoral, porque es un beneficio para la ciudad, para el municipio.
Y por lo mismo sería una estrellita en la frente para Carolina Gudiño, que además está muy necesitada de un reconocimiento por algo positivo.
La ONU realiza el trabajo de evaluación y autoriza la certificación a través del Instituto Karolinska, que es el mismo que se encarga de seleccionar a los premios Nobel cada año.
Así que ni para decir que se puede comprar el tramite.
Pero Carolina Gudiño carece de la sensibilidad política para ver una acción positiva para Veracruz.
Para ella todos los movimientos deben reportar algún beneficio económico.
Como ese desastroso intento de meter un trolebús por la avenida Díaz Mirón.

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