miércoles, 17 de abril de 2013

¿Textoservidora yo?

Brenda Caballero 
Números Rojos 

Estos días he estado analizando y creo que no cumplo los requisitos de ser textoservidor.
Esa palabra pronunciada por el rector de la Universidad Vercaruzana, Raúl Arias Lovillo, salida de lo más profundo de su ser, en un momento de ira, frustración y enojo (me imagino yo) para denostar el trabajo de varios reporteros y columnistas que venden caro o barato (según sea el caso), sus servicios periodísticos… según él.
Me late más el sexoservicio (caseramente hablando) ya que hasta he animado a mi marido para que ponga un tubo en medio de mi sala y practicar ese baile. 
Por supuesto que no debe ser fácil, hasta esa simple disciplina de subirse al tubo necesita de varias horas de entrenamiento, elasticidad y trabajo cardiovascular, ¡vaya! hasta ver algún video o película como por ejemplo: ¡Chiles Xalapeños! nos ayudaría a mejorar la técnica.
Si Arias Lovillo quería hacer un boom, lo logró. En días siguientes, el tema entre el gremio periodístico era el textoservicio. Opiniones a favor, en contra, dependiendo de cómo sintió la feria, que no me refiero al chayote, sino al dicho.
Aunque ese boom no fue tan bueno que digamos, más pareciese un atentado terrorista. Desde luego que es una absurda comparación, aberrante y tonta de mi parte, sin embargo, solo así puedo expresar la dimensión de las palabras del hombre más “importante” de la Universidad Veracruzana.
De cierto modo, trata de hacer creer que los sexoservidores son malos al emplear “textoservidores”, con un trasfondo de intercambio de dinero por cierto servicio.
¡Vaya absurdo! ¿Cuántas personas no intercambian dinero por un servicio? Señor rector estamos en un país c-a-p-i-t-a-l-i-s-t-a, que como su nombre lo dice, se mueve por capital, por dinero, por money, por billullo, luego entonces ¿Por qué espantarse?
Tal pareciere que el asunto es más político, ahora que vendrá el nuevo sustituto de la Rectoría, ¿o será que a falta de resultados al frente de la Máxima casa de estudios, Raúl Arias quiso dejar “su gran aportación cultural”?... Una palabra nueva: “Textoservidores” como si el servir fuera denigrante.
Con esos comentarios, el rector sólo demuestra su condición visceral contra los medios locales, por su falta de apoyo, o a lo mejor le han cobrado caros sus servicios, situación que por supuesto no está obligado a tolerar y que como buen administrador, prefiere guardar esos pesos en sus bolsillos, perdón en las arcas de la Máxima Casa de Estudios.
Más que esos comentarios, debería comentar el futuro de los egresados de la Universidad Veracruzana, pues una nota reciente del periódico Reforma menciona que los estudiantes acaban su carrera e inician en el desempleo.
Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), cada año, durante una década aproximada, 305 mil jóvenes egresados estarán desempleados de un total aproximado de 544 mil 490 egresados de Universidades Públicas y Privadas si no existe crecimiento en la economía del país.
Incluso, el estudio menciona que si logran colocarse será en plazas de baja calidad y que posiblemente en el año 2020 existan 3 millones de profesionistas desempleados… un 66 por ciento aproximado.
¡Ese sí es un problema! ¡No los textoservidores!, aunque a lo mejor existe la posibilidad de que éstos sean egresados de la Universidad Veracruzana y no han encontrado un trabajo bien remunerado ¡Ojo Señor Rector!
Pero no nos espantemos con esa palabra, ¡no señor! pues viendo la raíz del asunto existen otras acepciones como los funcioservidores y hasta los rectoservidores.
Con todo esto, ya hasta me siento “textoservidora” pues todo depende del cristal con que se mire, la pluma con la que se escriba, ¡o el tubo en el que se suba!

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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