Rafael Durian
Crónica Ácida
La mañana de hoy, me percaté de un fuerte sonido provocado por el motor de una camioneta sin marcas afuera de la casa de mis vecinos. Eran cerca de las ocho de la mañana, cuando una mujer hablaba con la vecina mientras el chofer, de apariencia estibador, recogía un electrodoméstico y unos muebles de esa casa.
Hablaban acerca de un plazo y un teléfono de servicio al cliente. En ese momento todo cobró sentido y pensé: “algo esta pasando con la vecina”.
El primero de mis tres empleos está basado concretamente en la venta y nuestras ganancias desafortunadamente siempre están basadas en la condición económica de nuestros clientes, misma que últimamente no ha ido muy bien, y lo notamos en lo difícil que es concretar cada pago a nuestro ayudante y muchos días salir “tablas” en nuestras finanzas. Eso es lo que muchas veces me preocupa y me hace pensar que algo está pasando con nuestros clientes
Mi segundo empleo es en el recién creado despacho de cobranzas, en donde mi compañero y abogado titular recibió una cartera vencida de cerca de trescientos deudores con una empresa mueblera, en donde se han escuchado toda clase de motivos, pocos de ellos excusas sobre la razón del adeudo, que van desde la enfermedad del deudor, la pérdida de empleo , el alto costo de la vida en la clase media o hasta la cuesta ya sea de enero o de vacaciones.
Debo aclarar que cerca de culminar los cerca de doscientos ochenta casos, la empresa concedió una segunda cartera ahora de seiscientos nombres, algo que me hace pensar que algo va mal con la economía de los jalapeños.
Hace poco, en las redes sociales, una amiga dio a conocer el salario ofrecido en el norte del estado de Veracruz a un asistente de recursos humanos que con grado de maestría, dos años de experiencia y cumpliendo un agobiante horario, recibe cinco mil quinientos pesos al mes neto. Cualquier interesado o incrédulo revisar en el link: http://acciontrabajo.com.mx/votcAUfcI.html, y desafortunadamente por la apremiante necesidad, jóvenes brillantes toman estos empleos. Algo está pasando con las empresas en Veracruz.
Esto no tan solo es una serie de casos aislados que a mí me tocó ver. Creo que las anécdotas de una economía personal débil supera los escasos testimonios del sueño veracruzano que presentan en cuanta feria laboral se lleva a cabo.
Creo que de alguna manera coincido con el senador Pepe Yunes al señalar que: “de nada sirve tener una macroeconomía saludable si no se refleja en el bolsillo de todos los mexicanos”.
Sin embargo, ahora que el presidente de la comisión de Hacienda en el Senado de la República ha descubierto el enorme misterio de la política alejada de los ciudadanos, le resta averiguar cómo dar o regresar la salud a los bolsillos.
Desde la amiga de las redes sociales hasta mi vecina pasando por los cerca de trescientos deudores consultados, todos coinciden en algo: a ninguno le importa la veda electoral y la mayoría de ellos tiene como última preocupación los comicios del siete de julio de este año... ellos se preocupan por cómo llegar bien alimentados hasta esa fecha.
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