martes, 25 de junio de 2013

Xalapa, un reto…

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Bien dicen que hasta en las mejores familias… Y eso lo sabemos todos, porque de una u otra manera la hemos vivido: la corrupción. Sí, la hemos padecido y, ¿quién lo niega?, en algún momento, ni modos, la hemos ejercido, incluso hay quienes lo hacen con gran adiestramiento y profesionalismo que ni cuenta nos damos y hasta nos gusta y le entramos sin chistar. Se ha vuelto una costumbre, un vicio, un servicio de primera necesidad. Vaya, pasa aquí y en China y en todos los niveles… ¡Incluso en el Vaticano! Ya el Papa Francisco lo señaló: “En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también hay, es verdad”. O sea, en la viña del Señor hay de todo.
 Ni qué decir de los políticos, de los funcionarios públicos, de nuestros gobernantes. Sí, ya sé, hay excepciones, pero son contaditas, ¿no?
En fin. Que los corruptos tengan limpia la conciencia es síntoma de mala memoria, no recuerdo donde lo leí. Pero, ¿será cierto?
Hace unos días, en entrevista con Vivian Martínez, el candidato a la alcaldía de Xalapa expresó "la sociedad está harta de deshonestidad y creo que tienen razón. La sociedad está harta de las mentiras y de la simulación. Creo en los esquemas de fiscalización y espero que el día de mañana los ciudadanos me den la oportunidad de tener la administración más transparente y limpia que haya visto el pueblo xalapeño”. Bien, de ganar las próximas elecciones tendrá la oportunidad de concretarlo.
Y Américo Zúñiga propuso trabajar bajo cinco ejes fundamentales: mejorar la vialidad, bajar los indicadores de inseguridad, impulsar obras públicas y servicios municipales de excelencia con una óptica de desarrollo sostenible y sustentable, cero tolerancia a la corrupción y generación de empleos. (Diario de Xalapa/30 de mayo/2013). Ambicioso el chico, y eso es bueno.
Creo que uno de los males malísimos que ha detenido el desarrollo del país hacia estadios mejores para todos, en partes iguales y no sólo para un grupúsculo e intereses particulares, es el ejercicio de la corrupción y su consecuente impunidad. Por eso, de ganar la alcaldía Américo Zúñiga, ojalá empiece por desterrar corruptelas y favoritismos, porque como dijo el poeta latino Horacio, si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá.
El candidato de “Veracruz para adelante” incluso se comprometió a crear el Instituto Municipal de Transparencia”, y ha dicho: “En mi gobierno no habrá comadrazgo, compadrazgo o amiguismo, quien no le cumpla a los xalapeños se va, quien tome un peso público enfrentará las consecuencias. No habrá lugar para la deshonestidad ni para las malas prácticas”. Chido.
Bien, analicemos nuestro voto, y esperemos que el “Capitán Américo”, de ganar el próximo 7 de julio, cumpla una de sus más desafiantes propuestas: cero tolerancia a la corrupción. Participemos todos, pero, plis, no nos den atole con el dedo, no nos hagan penjamos, y pase el tiempo y nada. Porque de buenos deseos e intenciones, todos estamos hasta la madre, como dicen por ahí.
Sí, el paquetito que se echaría Américo Zúñiga con eso de “cero tolerancia a la corrupción”. Pero recuerdo que en una cena, hablando precisamente de los problemas que enfrentaría de ganar la alcaldía, él comentó: “Soy un hombre de retos…” La verdad, no esperamos menos. Va mi voto de confianza, porque el voto electoral es secreto.

De cinismo y anexas
Benjamin Disraeli dijo alguna vez que cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles; cuando son corruptos, las leyes se rompen. He ahí la cuestión. ¿Todos somos corruptos? La respuesta es no, pero todos estamos propensos a serlo. Ya saben que la carne es débil…
Pero como bien dijo Joan Baez, hay que recordar que si no peleamos para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabaremos formando parte de ella.
Por lo pronto, ahí se ven.
Hasta la próxima

jarl63@yahoo.com.mx

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