jueves, 11 de julio de 2013

Rectoría de cínicos

Salvador Muñoz
Los Políticos

No bien acabamos un proceso electoral, cuando ya nos enjaretan otro... claro, éste, de tinte universitario: la renovación de rector.
Hasta el momento son siete los querendones a ser el mandamás de Lomas del Estadio, siendo ellos Víctor Arredondo Alvarez, Porfirio Carrillo Castilla, Manlio Fabio Casarín León, Francisco Montfort Guillén, Clara Celina Medina Sagahón, Sara Ladrón de Guevara y Leticia Rodríguez Audirac.
Llama la atención la incursión de tres damas en esta contienda, donde, por supuesto, cada una de ellas, sabe el tamaño de su oportunidad para participar en esta contienda.Vayamos de atrás para adelante, o lo que es lo mismo, primero las damas y después los caballones.
Leticia Rodríguez Audirac, secretaria de la Rectoría, méritos académicos ha de tener para que le haya “creado” ese puesto el aún rector Raúl Arias Lovillo, aunque la “vox populi” diga lo contrario. Demeritan en ella el haber tenido un puesto de hamburguesas allá por el Cinema Pepe como si el trabajo tuviera estatus... ¡ups! cierto, lo tiene. Si no, no existirían frases como “Ni que fuera tu criada”, “no soy tu cocinera”, “no pasarás de taxista”, etcétera...
A su favor, pudiera comentarse que conoce el teje y maneje de la rectoría y aunque no lo aparenta, goza de amplio curriculum... en serio, no es albur, pueden checarlo en su página web www.rodriguezaudirac.com
Por otro lado está Sara Ladrón de Guevara, quien ya fungió como secretaria académica de la Máxima Casa de Estudios y no sólo su formación académica la respalda, sino igual su conducta y congruencia en su quehacer tanto como funcionaria como persona. Además, pone a la ardillita a trabajar con ganas tan es así que ha publicado más de 60 obras, por supuesto, de corte antropológico, el área que domina.
Clara Celina Medina Sagahón va por su revancha. Si no mal recuerdo, hace cuatro años contendió para tal cargo... se ha quedado en la orillita al ser vice-rectora del campus Poza Rica durante largo rato. Además, ha pasado por los pantanos de la política al ser diputada. Creo que los pozarricenses pueden tener una mejor opinión de si su plumaje era de ésos o de los otros... Al igual que Rodríguez Audirac, apuesta a la equidad de género...
En el área de los querendones, Francisco Montfort Guillén, académico de sobrada experiencia y con una alta producción editorial; no estoy seguro, ya la memoria me falla, pero creo que su hijo fue el Consejo Estatal Electoral en Veracruz, lo que hoy Carolina Viveros convirtió en el hijo de puta que es el IEV. Aunque tiene cara de “mamila” y arrogante, cuando se le trata es un tipazo. De escritura ortodoxa al máximo y crítica punzante.
Manlio Fabio Casarín León quizás es el más joven (entre ellos para no herir a las “ellas”); director de la Facultad de Derecho y con amplio panorama de lo que el universitario requiere y necesita en sus estudios... vamos, su juventud no riñe con su trabajo. Sin embargo, la renuncia junto con todos los miembros de la Comisión de Enlace y Vigilancia Ciudadano del Pacto por Veracruz, resultó una bofetada a las autoridades estatales, lo que, políticamente, por el momento, lo deja fuera de la jugada... que conste, enfatizo, “políticamente”, falta ver la conducta de la Junta de Gobierno de la UV.
Del actual secretario académico, Porfirio Carrillo Castilla, se pudiera decir mucho de su trabajo pero todo se concreta y concentra en unas cuantas palabras: Es el continuismo del actual rector...
¡Ahhh! ¿Y qué decir de Arredondo? Nuestro primer rector autónomo... Las USBI, el Nuevo Modelo de Estudio, ¡los Halcones! Los grandes hitazos de Arredondo desde Lomas del Estadio... sí, por supuesto, y también los más de 70 millones de pesos que dejó pendientes por el litigio de un equipo de cómputo y el negocio que significó la prueba Enlace... sin olvidar el apodo que le pusieron: “El Perico”. Hasta se dice que originalmente no iban a ser Halcones, sino Pericos...
Hoy, son siete personas las que aspiran a ser rector de la UV... aunque todos en su discurso hablan de lo mismo, al interior de la mayoría de éstos, hay un interés mezquino. Por supuesto, no está en la Junta de Gobierno de la UV adivinar a cuáles de ellos realmente les importa nuestra máxima casa de estudios, el riesgo es que ésta sólo sea comparsa de los mismos intereses que mueven a algunos de los suspirantes a rector.
Lo paradójico, deprimente, triste y hasta para morir de risa, es que desde que nuestra Alma Mater alcanzó el nombre de “autónoma”, hablamos de hace 16 años, sólo dos rectores ha conocido y en el remoto caso de que Arredondo fuera electo como tal, pudiera cumplir 20 años de “autonomía” con riesgo a llegar a los 24 con el mismo número de rectores... ¿por qué no mejor quitarle de una vez el apodo a la UV y dejarlo en “cacicazgo”? Digo, sonaría menos burlón para la comunidad universitaria y veracruzana y sería tal como es: una rectoría de cínicos.

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