Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales Después de que Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, regresó de unas vacaciones (lo de que tan merecidas o no, es punto de vista de cada quién) soltó el rumor de que habrían cambios en su gabinete.
Muchos cambios.
Y en ese contexto mandó al Congreso del Estado el 9 de agosto la propuesta para crear la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, en sustitución de la Secretaría de Comunicaciones.
Lo llamativo en primera instancia es que las filtraciones hechas desde la oficina de Comunicación Social del gobierno del estado (si la fuente de los envíos repetidos en muchas columnas y medios es otro, pido disculpas por este dislate, pero primero me demuestran que estoy equivocado) marcan la intención de enviar a Gerardo Buganza Salmerón a una dependencia que hasta ahora ha sido inocua, por una razón sobre todo, porque nada de obra se realiza en la entidad.
Al ahora titular de esa dependencia Francisco Antonio Valencia García lo señalan de ser más que ineficiente para llevarla, lo cual demostró en tan sólo 4 meses de estancia, en los cuales ni siquiera los pendientes de su constructora EFEVE pudo solucionar.
Francisco Antonio es parte del grupo perredista que negoció con el genio rojo (que no con alguna figura del gobierno del estado actual) el golpe de estado para el PRD veracruzano.
En la sala privada de su restaurante Vinissimo, ubicado en Xalapa (y donde los hijos y nietos de la fidelidad han dejado algunos millones de pesos en cuentas –igual, si estoy equivocado aceptó la corrección con la cifra correcta-) se hicieron muchas reuniones en las que varias botellas de un muy buen vino quedaron vacías.
Pero bueno, lo interesante es el cambio de nombre de la dependencia, porque implica que la misma ahora realizará toda la obra pública del gobierno del estado, incluso la que le toca a la Secretaría de Desarrollo Social local.
“La construcción de vías de comunicación, puentes y caminos, espacios educativos, infraestructura hospitalaria, hidráulica y agropecuaria” es parte de lo que será su marco de acción, según se asienta en la exposición de motivos de la propuesta de modificación a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo que Javier Duarte envío a la legislatura local.
Esto significa que absorberá lo que tiene ahora, lo correspondiente a la SEV, a la Secretaría de Salud, a la CAEV, y a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Pesquero, por lo menos
Una supersecretaría, pues.
Así quien llegue a ser su titular tendrá un gran poder real por el control de la obra pública en el estado de Veracruz.
Entonces si Gerardo Buganza es el designado, este será un descenso para arriba.
Pero por mientras el también suspirante por la gubernatura de Veracruz no quiere soltar la Secretaría de Gobierno, en la que se encuentra muy a gusto, aún cuando Erick Lagos ya renunció al PRI estatal, Alberto Silva dejó la presidencia municipal de Tuxpan y Fernando Charleston abandonó la diputación federal que tenía.
Aparte de esto a otros funcionarios ya les pidieron la renuncia o les dijeron en tono suave que estén preparados para un cambio.
Quien ha estado moviendo el teléfono y las reuniones para esto es Jorge Carvallo, el ahora Secretario particular del gobernador Javier Duarte, y todavía hijo de la fidelidad (¿o ya se habrá convertido en nieto de la fidelidad?)
En la Cámara de Diputados tanto Flavino Ríos Alvarado, presidente de la Junta de Coordinación Política de la misma, como Eduardo Andrade Sánchez, presidente de la mesa directiva del Congreso Local, se disputan el “honor” de operar para que la reforma a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo se haga lo mas pronto posible, sabedores además de que tienen una Legislatura sin oposición real.
Total, los contratos de notaria y de servicios “profesionales” para sus despachos siguen fluyendo (¡que muestren los señalados sus libros de cuentas que muestren cuales son sus fuentes de ingreso, para desmentir esta versión!)
Así pues la propuesta saldrá y el nuevo hombre poderoso surgirá con la nominación del titular.
Tan poderoso que algunos dicen que será casi como un vicegobernador.
Porque el puesto además tiene otro factor bastante denotativo de la fuerza que tendrá: será el coordinador de las operaciones con el gobierno federal para la obra que se realice de manera conjunta y con recursos de las participaciones federales.
De hecho una de las múltiples especulaciones levantadas es que el gobierno federal fue quien pidió la creación de esta dependencia, como una condición para destrabar múltiples recursos detenidos, sobre todo porque el gobierno del estado no ha podido comprobar los gastos correspondientes a participaciones de los años 2010-2012 y por tanto el dinero para 2013 no saldría.
De hecho ahora no fluye, por lo mismo de que está incumplido el requisito legal de la comprobación fehaciente del recurso federal entregado.
Así pues, si se suma a la especulación de que la remoción de Buganza a la nueva supersecretaria es casi un hecho, a la de que esto es una condicionante del gobierno federal, retornamos a las versiones de que el gobierno de Enrique Peña Nieto no tiene buenas relaciones con el de Javier Duarte.
Entonces si Gerardo Buganza llega empujado al puesto por una fuerza proveniente desde el gobierno federal (sus últimos nexos eran los tendidos por el ahora defensor de la legalización del consumo de marihuana, el expresidente Vicente Fox, pero también, si estos ya cambiaron aceptó la aclaración con la evidencia de cuales son sus nuevas ligas).
Así Buganza se convertirá en un factor de poder real, con una posición privilegiada que le dará recursos y presencia para buscar la candidatura por el gobierno del estado en el 2016.
Mientras a Alberto Silva lo dejan en una dependencia debilitada, con un presupuesto disminuido, pero todavía con muchos recursos de aplicación cercana a la población.
Definitivo, la carrera por la sucesión 2016 ya está en marcha.
¿Quiénes serán los místicos que llegarán?
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