domingo, 25 de agosto de 2013

Buscan reventar elección de rector

Emilio Cárdenas Escobosa

De interés público

 

Como no se veía desde hace décadas las manos externas a la Universidad Veracruzana hacen su aparición en la recta final del proceso para renovar el rectorado de la Máxima Casa de Estudios. Y lo hacen al viejo estilo de las movilizaciones de grupos de estudiantes, porros según algunos, jóvenes inconformes con los resultados de la gestión de Raúl Arias Lovillo al frente de la Universidad, según otros, que al final enarbolan idéntica consigna: que se audite la administración saliente y, ojo, se reponga el procedimiento para elegir rector que conduce la Junta de Gobierno de la institución.

 

Si de cuestionar o someter a análisis el rectorado de Arias Lovillo existen en la propia Universidad, y fuera de ella, foros y espacios para hacerlo, e incluso la propia exposición de proyectos de quienes aspiran a dirigir los destinos de la Casa de Estudios, contiene justamente el diagnóstico del estado de cosas y la visión de lo que debe cambiarse.

 

La administración de Raúl Arias, como toda gestión al frente de instituciones públicas, llámense universidades o gobiernos, se desarrolla entre luces y sombras, con avances notables e insuficiencias inocultables, con aspectos plausibles y decisiones cuestionables, con logros y retrocesos, con todo lo que usted quiera enlistar desde su punto de vista. Incluso en medios de comunicación de la entidad la gestión de Arias ha estado constantemente bajo la lupa como ha podido constatar cualquiera que se haya asomado a las páginas de los diarios locales o de medios digitales en los años recientes. La relación de su administración con buena parte de la prensa local no fue tersa, ni superficial el escrutinio de los comunicadores hacia su trabajo.

 

No obstante, al inicio del proceso de designación delrector de la Universidad Veracruzana para el periodo 2013-2017 por parte de la Junta de Gobierno y que habrá de culminar el próximo 28 de agosto, era evidente que por el perfil de los aspirantes que se inscribieron que la sucesión estaría cargada de tensión y jaloneos. Y así quedó demostrado con la guerra de descalificaciones que leímos en medios y columnas. Unas voces denunciando presiones de la rectoría para favorecer al actual secretario académico Porfirio Carrillo Castilla, y otras lanzando su cuarto de espadas en favor del ex secretario de educación de Veracruz y ex rector Víctor Arredondo Álvarez, a quien consideraban, por el tono de los elogios y la virulencia de las diatribas hacia quienes diferían de su proyecto, como el candidato oficial del Gobierno de Veracruz.

 

Bastó que la Junta de Gobierno de la Universidad hiciera pública la selección de Porfirio Carrillo Castilla, Manlio Fabio Casarín León, Sara Ladrón de Guevara González, Francisco Montfort Guillén y Leticia Rodríguez Audirac como los aspirantes que llegaban a la etapa final rumbo a la rectoría, para que se iniciara una feroz campaña para descalificar a la Junta de Gobierno, la honorabilidad de uno de sus integrantes, el ex Rector de la UNAM José Sarukhán Khermez, y preparar el ambiente para enturbiar la renovación del rectorado y agitar las aguas universitarias.

 

La oportunidad la vieron en el evento en que el rector Raúl Arias Lovillo rendiría su último informe el pasado viernes 23 de agosto. Y prestos surgieron grupos de jóvenes encapuchados que bloquearon el acceso a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de  Xalapa (USBI), impidiendo que rindiera allí su informe de actividades ante el Consejo Universitario. No importó dejar encerrados en ese recinto a unos 150 consejeros universitarios, entre éstos funcionarios de la propia administración, así como las candidatas a rectora, Sara Ladrón de Guevara y Leticia Rodríguez Audirac, e invitados especiales.Lo sucedido obligó a la autoridad universitaria a llevarse a la Facultad de Contaduría dicho informe y a anunciar, horas más tarde, la cancelación del concierto de aniversario de la Orquesta Sinfónica de Xalapa(OSX) con el que se abriría al público la Sala de Conciertos Tlaqná, ahora sede de los grupos artísticos universitarios y de la propia OSX, para resguardar la seguridad de la comunidad. Lamentable por donde se le vea.

De acuerdo a notas de prensa, catedráticos que pidieron el anonimato aseguraron que los jóvenes encapuchados obedecen a intereses de un ex gobernador de Veracruz y a personajes del actual Gobierno del Estado que quieren cobrarle la factura a Sarukhán por no haber permitido la candidatura de Víctor Arredondo y favorecer al candidato de Raúl Arias LovilloMientras que los inconformesaseguraban, en volantes que repartían y como pudo leerse en notas de prensa que le dieron amplia cobertura a sus expresiones, que ha sido violada laautonomía de la UV por la intervención de un funcionario federal, Sarukhán, quien habría estado impedido a participar en la Junta de Gobierno en el proceso de elección del próximo rector.

 

Como quiera usted verlo, pero es claro que el número que le armaron al rector de la Universidad Raúl Arias Lovillo para tratar de impedirle que rindiera su últimoinforme tiene el sello de los intereses que se sienten afectados por la exclusión de Víctor Arredondo de la lista final de aspirantes a la rectoría. No se explica de otra forma, la movilización de estudiantes con rostros encapuchados, las lonas perfectamente impresas, los carteles de protesta infamando a integrantes de la Junta de Gobierno, entre otras expresiones que son muestra palpable de que alguien financia todo esto.

 

Resulta lamentable que se quiera regresar a tiempos superados en la vida de la UV donde intereses ajenos a la vida universitaria utilizaban a grupos de jóvenes para presionar y amedrentar. Usos y costumbres que nadie quiere de vuelta. Qué pena por los patrocinadores del numerito. Y más si siguen, como amenazan los grupos que protestan, con la toma de facultades en las regiones del estado. La Universidad no lo merece.

 

Lo más importante es que en esta coyuntura y en adelante la Universidad Veracruzana no sea más botín de grupos de poder, ni espacio para los negocios privados, para políticos sin chamba, amigos y recomendados, ni para investigadores que no investigan y docentes sin vocación. Que no sea más rehén de burocracias sindicales ni escaparate de la simulación.

 

Lo relevante es que la Universidad sea un espacio abierto, plural y tolerante, en el se privilegie el diálogo, la inteligencia, donde en verdad se eleve el nivel académico, se fortalezcan las tareas de extensión y de divulgación cultural, y donde sea palpable el compromiso de sus autoridades con los veracruzanos y todos los universitarios antes que con el gobernante en turno.

 

Lo deseable es que llegue al frente de la Universidadalguien que ofrezca un programa con estas características y tenga el compromiso de modernizarla y atender la creciente demanda sin sacrificar su vocación humanística, su calidad y excelencia. Eso y no una vuelta al pasado es lo que se requiere y espera de quien sea elegido como rector.

 

La Junta de Gobierno no puede ceder a presiones. La autonomía de la Universidad Veracruzana está amenazada y ante los embates externos es labor de todos los universitarios defenderla.

 

jecesco@hotmail.com

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