miércoles, 7 de agosto de 2013

En blandito

Salvador Muñoz
Los Políticos

La ley de la gravedad en política destroza cualquier tesis de Newton: Cuando se brinca, se puede caer arriba o se cae abajo, es cuestión de perspectivas, aunque para el sujeto de la acción, cualquiera de las dos será buena.
Para ponerlo más claro, pues nunca fui ni a clases ni ducho en Física, pongo el caso de Fernando Charleston, “La Gorgolochita”, quien suena con insistencia en que “regresa” como titular de Finanzas, bueno, más bien, “se reincorpora” al Gabinete una vez que le acepten la licencia en San Lázaro.
Sí, cualquiera puede decir que de diputado pasa a secretario de despacho, pero cabe precisar que Fernando Charleston no era cualquier diputado, era nada más y nada menos que el presidente de la Comisión de Desarrollo Social, lo que de cierto modo le daba una proyección nacional envidiable más cuando este tema será la moda a seguir en el gobierno que preside Peña Nieto.
Aquí, llegaría Fernando Charleston a ser el secretario de Finanzas, sí, con renombre, con caché, pero localista el asunto. Aunque si se le ve el lado bueno, y aplicando la lógica política que reina en este gobierno, se situaría como “precandidato natural” a la gubernatura... si es que no lo cambian antes.
Sí, Charleston parece que brinca para caer arriba... aunque a nivel nacional ven que brinca para abajo... cuestión de enfoques.
Caso contrario ocurre con Alberto El Cisne Silva, quien se posicionó como el mejor alcalde quizás de Veracruz, aunque siendo francos, contó con el apoyo (y los recursos) de su gran amigo ¡y vaya que supo aprovechar la coyuntura! De un municipio alejado totalmente del centro, hoy, con un paso en una secretaría de despacho (dicen que Sedesol del Estado), Silva Ramos está en las condiciones para ser la nueva carta fuerte que pudiera jugar en cuatro años el Gobernador en aras de tramitar su sucesión. Y ojo, estando en la Sedesol, tendría margen de proyección aunado a que el Cisne cuenta con capacidad, es político de cabo a rabo y se sabe fajar, no le saca a los trancazos... sólo un defecto se le podría encontrar: ¡es azul de closet aunque diga que le va a los Tiburones! Sí, es fan de la máquina celeste.
Erick Lagos tiene cuerda para rato en el PRI mientras acaban los trámites engorrosos del proceso postelectoral pero una vez concluidos, el lugar en el que ubican a Erick es en Palacio de Gobierno... el asunto es que hablan de la subsecretaría de Gobierno, donde se quiera o no, les guste o no, fue el mejor momento que ha tenido la Plaza Lerdo y la calle de Enríquez alejada de manifestaciones. Erick, Chilly Willy igual le dicen, es un hombre de pocas palabras pero hasta el momento, ha dado resultados y si no, que lo diga esa mayoría calificada que hay en el Congreso. No obstante, se habló incluso de ubicarlo ya en la secretaría de Gobierno donde despacha aún Gerardo Buganza, que si ha hecho un excelente trabajo en tal oficina, es gracias a su jefe de Relaciones Públicas, Manuel Guadalupe de León Maza, que dicen, sabe tallar la mano (en ambos sentidos).
Y el que sí de plano caería para arriba si se da su ascenso a Sedeco, donde despacha aún Erik Porres, sería Salvador Manzur Díaz, quien en términos partidistas, políticos, y hasta amistosos, muchos claman por una oportunidad más para el boqueño, quien hasta antes de los videoescándalos del proceso electoral, era considerado la carta fuerte de Duarte en cuanto a preparar la negociación de su sucesión con el Centro.
Los cuatro citados (Charleston, Silva, Erick Lagos y Manzur) son tan dispares en su labor política como de servidor público. A unos les falta lo que a otros les sobra y viceversa, pero el denominador común en ellos, así, sin paja ni eufemismos, es que Javier Duarte, el gobernador, los quiere, son sus amigos y como sea, a su lado, al menos durante este sexenio, brinquen desde donde brinquen, salten desde donde salten, caerán en blandito.

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