Un Clavo al Ataúd
Todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas"Si López Doriga dice que mañana no es martes sino sábado, debe decirlo porque sabe, por eso tiene canas, se viste bien y sale en la tele"...
--Albert Einstein
Los últimos días, más que la desinformación sobre lo que ocurre en la capital del país, la CNTE, el informe de gobierno, Chong amenazando como si fuera el dueño de la fuerza pública, de las calles o de las necesidades de los demás, Televisa y TV Azteca cantando un estado de emergencia nacional, no porque los niños en Oaxaca no tengan clase, no porque los maestros estén atentando contra la paz nacional, sino porque pueden afectar el partidazo de la infame, triste, inútil, poco importante Selección Nacional de Fútbol en el Estadio Azteca.
La gente en provincia no está siendo afectada por los sucesos en el DF, la gente del DF no está siendo encerrada en sus casas bajo el ataque de los docentes zombies asesinos que, tanto el mentado “Teacher López Dóriga” o Felipe Héctor Aguilar Calderón Camín, casi se desnudan en el ánimo de hacer creer a la nación que estos protestantes del gremio magisterial están acabando con la vida nacional.
La gente está creyendo que se viene la anarquía, que son una bola de incultos, vaya, que son el motivo del porqué todos hoy somos mundialmente pobres.
La gente le cree más a la televisión, porque ella les ofrece distracción, les libera de la responsabilidad de pensar o tener que enterarse; le quieren porque ella sí les dice que algún día, la Rosa de la Virgen, Rocío Sánchez Azuara o la Señorita Laura, les harán el milagro de salir en la tele y regalarles una lanita para los quince años de sus damitas.
La ignorancia es un buen capital que tanto el gobierno como la industria de los medios masivos de comunicación nacional, la explotan de manera discrecional, constante y lo mejor, porque es un recurso renovable, porque siempre hay un nuevo mexicano, una nueva mexicana, gustosos de encender la tele para que Lolita Ayala les dé información que vende. “Bola de nacos”, “¿Qué esa gente no tiene nada que hacer?”, “¡Y ellos educan a nuestros niños!”... Y así, un sinfín de frases, preguntas y pretextos para poder defender el punto de vista de la única cosa en la que confían: La Caja Idiota, enriquecida con programas para jodidos, “realitys” y noticieros con 80% comerciales, 15% tendenciosas palabras y 5% información sobre cómo amaneció el presidente.
“¡Esos no son maestros, no parecen maestros, no se ven como maestros!”, “¡estos usan huaraches!: no son güeritos, no andan en carro, no les dicen ‘Miss’ o ‘Teacher’, no salieron del ITAM o no son como los sobrinos de mi prima, que yo sí vi, cómo les compraron la plaza”.
La Imagen del maestro, generada en la vida centralizada de la urbe, es tan alejada de la realidad rural de los pueblos de donde estos miembros de la Coordinadora trabajan y viven, como tan alejada está Paseo de la Reforma de Tehuantepec o Salina Cruz o de cualquier otra población a la que sólo se puede llegar o caminando bajo sol inclemente, o teniendo antena de Sky, que es la única que llega a esos lugares.
Somos tan ignorantes de la realidad nacional de los demás, tanto como nos han hecho ser insensibles e indiferentes de sus condiciones, vidas y limitaciones de los conacionales.
Es más fácil ofendernos con ellos que con la forma en que el Gobierno Federal está intentando limitar el acceso a la información, bajo pretexto de no soltarla por motivos de seguridad nacional (¿?); la forma tan discriminatoria de alejarnos y ocultarnos puntos específicos de la reforma energética y sus negociaciones o sobre el estado que guarda la nación respecto a la violencia, el narco y las matanzas en cada estado, en cada municipio.
Nuestra ignorancia pareciera ser nuestro mayor tesoro y estamos dispuestos a hacer lo que sea, incluso no hacer nada, con tal de defenderla, con el mismo gusto como cuando dejamos que nos despojen de todo lo demás.
Twitter: @ataud
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