viernes, 23 de agosto de 2013

La tecnología al alcance de todos

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Mucho se habla del avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología en la actualidad; sí, un avance avasallador, casi cruel, porque apenas si estamos entendiéndonos con una novedad tecnológica el día de hoy, y ya mañana resulta que amanecemos con otra chingonería técnica y científica más avanzada. ¡No puede ser! Pero en realidad así es.
Hace unas décadas, Albert Einstein se peguntaba: “¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad. La repuesta es esta, simplemente: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino”. Y mucha razón le asiste en pleno siglo XXI.
Por esos mismos tiempos, el astrónomo estadounidense Carl Sagan señalaba que vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas, “ello constituye una fórmula segura para el desastre”. Algo parecido dijo el empresario estadounidense Eric Schmidt, que el Internet es la primera cosa que la humanidad ha construido y que la humanidad no entiende, el experimento más grande de anarquía que hemos tenido. ¡Gulp! ¡También tienen razón!
En todo caso, parece que hoy estamos aún en pañales con estos temas. ¡Y lo que nos falta y nos repara el destino! “¡Ya, ya, ya, no es pa’ tanto!”, alguien me diría. Cierto, no es para tanto, pero sí para pensarle un poquito, sobre todo si se considera cómo nos está yendo en el mundo entero y en nuestro país, porque aun con mucha ciencia y tecnología no vemos por donde salir del desmadre en el que estamos metidos, donde parece que regresamos a la ley del más fuerte, es la guerra del fuego ahora cibernético y más lo que se acumule. Salvajismo actual.
De cualquier modo, para no ser muy pesimista, el Internet es mucho más que una tecnología, es un medio de comunicación, de interacción y de organización social, dijera el sociólogo Manuel Castells. O como lo expresó el psiquiatra Luis Rojas Marcos, el Internet es positivo porque nos une, nos conecta, “incluso a las personas mayores. El estar conectado nos prolonga la vida y no solamente añade años a la vida, sino vida a los años”. Chance, pero ¿y si somos probes o jodidos, o las dos cosas juntas?
Cierto, dice el cineasta Joaquín Oristrell, “al final utilizas Internet cuando lo necesitas. Es como cuando empiezas a ir al supermercado, que compras todas las ofertas y después ya sabes que tienes que comprar una lata de atún y un bote de suavizante”. Suena suave, relajante, de primer mundo, pero insisto, y si sobrevives en la choza de la chingada, allá en zonas marginadas donde lo único prioritario es conseguir para la papa, ¿qué pex?
Como dijo el cabrón empresario Henry Ford: “El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos”. ¿Qué tal, eh?
Por eso suena bien eso del acceso universal a internet aquí en Veracruz, con la reforma a la Constitución Política Local, propuesta por mi Gobernador Javier Duarte de Ochoa, y aprobada en días pasados por el Congreso del Estado.
La reforma dice así: “El Estado promoverá, en la medida de los recursos presupuestales disponibles, el acceso universal a internet y otras tecnologías de la información y las comunicaciones emergentes, con un enfoque prioritario a la población con rezago social”. Bien, ojalá se logre mucho, al menos es un buen paso para dar otros muchos más, no sólo en el marco jurídico, sino concretar… Al tiempo.

De cinismo y anexas
Una amiguita fans, Jackie Vertiz, dice muy clarito: “Todos se la dan de pinches santos en el Facebook, pero ven perros en la calle y no hacen nada, ven perros atropellados y no hacen nada, ven a algún borracho golpear a un perro callejero y no hacen NADA”. Cierto, y vemos muchas otras injusticias y no hacemos nada.
 Ah, ¿cómo andamos de inseguridad en Xalapa? ¿No pasa NADA?
Por lo pronto, ahí se ven.
Hasta la próxima

jarl63@yahoo.com.mx

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