lunes, 5 de agosto de 2013

¿Qué pasará cuando te (en)drogues?


Erwin S. Bárcenas Oliveros
Un Clavo al Ataúd

¡SEXO!
Ahora que tengo su atención, déjeme tratar un tema que a estos días ha venido a generar una especie de campaña promocional de cierto grupo conformado por políticos, empresarios y demás parientes de los Chupasangre; una campaña que vamos a llamar “Grito por el derecho del pueblo a consumir lo que le plazca y que lo compre con nosotros”: la legalización de las drogas.
Los argumentos son tan distintos, variados, dispersos, algunos válidos y otros taaaaan incongruentes como si Vicente Fox también los hubiera dicho; pero el fin va más allá de respetar la libertad de cada quien de ponerse pacheco con lo que más le funcione... el secreto está, no en las libertades, no en el derecho, ni en las consecuencias, el punto primordial es que esto PUEDE SER UN GRAN NEGOCIO.

La Cannabis, de la familia de las Cannabaceae, conocida en el mundo como marihuana, se ha convertido en la nueva candidata a destronar al tabaco y el alcohol, como el adictivo más popular del mundo y ser la que inicie ese sinuoso camino a lo que muchos llaman elegantemente legalizar, pero que todos sabemos, la comercialización de nuevas drogas.
Chris Rock, comediante negr... ejem, afroamericano, exponía en una de sus presentaciones en el país vecino, que a su gobierno no le interesaba mucho detener el consumo de las drogas, sino que la gente consumiera SUS drogas, de ahí el nacimiento de los productos milagro, los famosos PainKillers, las drogas de farmacia y no esa sucia hierba que venía del sur y que como no podían sembrarla, no podían comercializar, lo mejor fue prohibirla... hasta que por fin se pudiera producir en calidad y cantidad dentro de su todopoderoso territorio nacional.
Con la aprobación en algunos estados de Unión Americana del consumo de la Marihuana, se dio un banderazo simbólico a la carrera por la conquista de este nuevo Everest en la economía mundial, y como siempre, en México iniciamos esta carrera intentando hacer cualquier especie de trampa, transa, truco con tal de llegar primero.
Vicente Fox, claramente quiso madrugar a todos, fumándose primero que nadie una buena “colita de zorra” y después con sus declaraciones sobre la legalización y uso de la marihuana en el país, mostrando veladamente su interés de ser de los primeros en entrarle a la pugna por distribución del hit del verano en México, la popular “mota”, en todas las tiendas OXXO. Los primeros rounds los genera gente cercana a él o sus allegados, entre ellos uno de los ex-secretarios de Gobernación del sexenio de Felipe Calderón, Guillermo Gómez Mont, abogado que le entró con todo a la defensa “de los derechos de los mayores de edad, para consumir lo que les plazca, mientras no haya daños a segundos o terceros”, pero que usaba muy similar discurso al del expresidente Fox.
Entre otros argumentos blandidos por otros, está la posible debilitación del narco al quitarle su máximo pilar, legalizando las drogas se abre el negocio para (casi) “todos”, disminuyendo sensiblemente la economía del crimen organizado y legislando sobre el consumo controlado entre la población de la hierba de los dioses, como lo hacen con el tabaco y los bebidas alcohólicas, argumento difícil de creer a estas alturas, debido al a diversificación de las actividades del crimen organizado hacia otros rubros más jugosos como el secuestro en todos sus modos, la extorsión, el robo, tráfico de personas y demás aspectos que el negocio ofrezca... la droga dejó de ser su única fuente, aunque siga siendo la más representativa.
Drogas legales a la venta de quien las quiera siempre han existido, desde las básicas ya mencionadas en cigarros como en botellas de finos acabados, como las controladas y promocionadas en largos comerciales en las noches, prometiendo el fin para cada mal que le aquejan en cada parte de su cuerpo, casa o vida; lo que está en juego es cómo lograr que con la aprobación de la Cannabis, el consumo beneficie a ciertos empresarios que apoyarán a ciertos políticos para que les den la gracia de explotar una industria que genere dinero y nuevos clientes, ansiosos por entrarle con ganas, no a la droga ya mencionada, si no a la droga monumental que tendrán, cuando comiencen a deberle a estos nuevos y amables vendedores de felicidad.
“¿Drogas? ¿cuales drogas? ¡si las pagaré al contado!”

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