lunes, 14 de octubre de 2013

Los retos

Luis Alberto Romero
Hora Cero

Al iniciar el sexenio de Javier Duarte como gobernador de Veracruz, pocos imaginaban que enfrentaría tantos problemas de tan diferente índole.
Han sido varios los obstáculos y podríamos decir que hasta ahora ha salido bien librado:
Luego de ganar las elecciones en julio de 2010 con casi un millón 400 mil votos, la más alta votación registrada en la historia electoral de Veracruz, Javier Duarte asumió la gubernatura el primero de diciembre de ese año y de inmediato enfrentó una situación de difícil solución: las frágiles finanzas y la enorme deuda pública heredada, que restaban capacidad de maniobra y obligaban al gobierno a reducir gastos, adelgazar nómina y encontrar nuevos mecanismos para cubrir pasivos.
Vino posteriormente la crisis en materia delictiva, que puso a Veracruz en el mapa de la nota roja nacional. La guerra del gobierno de Felipe Calderón contra las bandas delincuenciales tuvo en la entidad uno de sus campos de batalla; probablemente, la cima de ese problema llegó con el asesinato de 35 personas que fueron encontradas frente a una conocida plaza comercial de Boca del Río. Afortunadamente, los días del Veracruz inseguro quedaron atrás porque esa situación también fue superada.
Las elecciones locales de julio de este año constituyeron una nueva prueba para el actual gobierno estatal, debido al clima de enfrentamiento registrado en algunos municipios; estaban en juego alcaldías y poder legislativo de la entidad en el proceso previo a la renovación del ejecutivo estatal que habrá de ocurrir en el 2016. Hubo acusaciones contra funcionarios por parte de partidos de oposición, que denunciaron el supuesto uso de programas sociales con fines electorales. El resultado, finalmente, fue favorable al partido en el gobierno y ello representó también algunas yardas ganadas rumbo a la sucesión veracruzana.
Más recientemente, la naturaleza puso otro examen al gobierno de Veracruz: las intensas lluvias trajeron destrucción y muerte en diferentes regiones de la entidad: hubo miles de damnificados, afectaciones en caminos, daños en cultivos, asentamientos anegados, ríos desbordados y decenas de deslaves de cerros como consecuencia de las históricas precipitaciones. En Misantla, por ejemplo, en dos días hubo más lluvia que en dos años sumados.
Hoy, el gobierno de Javier Duarte enfrenta un reto más, el relacionado con las protestas del magisterio; un problema que crece de manera desmesurada hasta alcanzar un nivel preocupante. Los maestros han bloqueado las vialidades del centro, causando cuantiosas pérdidas a empresarios, y cerrado las carreteras que comunican a Xalapa con Veracruz, Puebla y Distrito Federal, afectando prácticamente a toda la actividad productiva. Por si fuera poco, el cierre de algunas escuelas públicas provoca la irritación de padres de familia porque representa un ataque al derecho de los estudiantes a recibir educación. El gobierno estatal lanzó un ultimátum al magisterio disidente y éste responde tomando la SEV y realizando más bloqueos. Ayer, por cierto, inició la supervisión de las escuelas para constatar que trabajen de manera normal y se anuncian sanciones contra los maestros incumplidos.
Veremos cómo resuelve el gobierno de la entidad esta nueva crisis.

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