miércoles, 15 de enero de 2014

De Moctezuma a Duarte

Si agarras este helicóptero, visita www.zoociedadanonima.com

Salvador Muñoz
Los Políticos

A ciencia cierta, no sé si el famoso pescado fresco para Moctezuma sea solamente un mito desprendido de las crónicas de Bernal Díaz del Castillo.
Mucho se ha contado de que los tamemes hacían ese maratónico recorrido desde las costas del Golfo de México para entregar al Emperador azteca este tributo aunque a veces creo que es más un poco la exageración que se dio cuando el cronista dio a conocer el odio-resentimiento-miedo-temor que se le tenía a Moctezuma por los totonacos y demás vecinos por el alto costo de los impuestos que exigía. ¡Vamos! Algo de tortuga, caracol y pescado, así como la toma de jóvenes doncellas fuera para la cópula, sacrificio o canibalismo…
II
Lo anterior, lo del pescado fresco traído directo desde las costas del Golfo, si hubiera sido cierto, bien pareciera encajar perfectamente en el excentricismo de un loco por el poder. Y es que por lo regular, el excentricismo va ligado, en los políticos o reyes, emperadores o monarcas, a un mal entendido ejercicio del poder.
¿Estamos de acuerdo que sería una excentricidad de Moctezuma levantarse y decir: “Cocinero, chíngate un pescado a la veracruzana…” y a sabiendas de los antojitos del emperador, ya el siervo había mandado a los tamemes por dicho pescado…
—Estoy esperando desde hace rato a estos tamemes… ¡ay! Ojalá un día hagan la carretera México-Tuxpan… así, de volada estará ese pescadito…— diría el cocinero.
Pero Moctezuma no es el único caso en cuanto a una remota posibilidad de Monarca Excéntrico… Heliogábalo, emperador romano, se jactaba de no ocupar la misma copa de vino dos veces. Hacía banquetes exagerados y en uno de ésos, invitó a comer a ocho jorobados, ocho desnutridos, ocho cojos, ocho ciegos y durante la comida, no dejaba de fastidiarlos. Una vez saciados por las viandas y el vino, el romano hizo soltar a fieras (a las que mandó a quitar uñas y colmillos) provocando el terror en sus invitados mientras él deliraba en risa.
Y para no hacer más largo el asunto, qué decir del Rey de los Banquetes Alexander Balthazar Laurent Grimod de la Reyniére… no fue emperador pero fue un millonario francés, del siglo XVIII que se refugió en los banquetes… no había cocinero que no deseara tanto conocer su juicio sobre un platillo antes de ponerlo al paladar de las demás personas. Ofrecía banquetes con invitados raros: desde mendigos, actores fracasados, boticarios. Una ocasión, anunciaron su muerte. Cuando los dolientes aparecieron en su mansión, ya los esperaba con un banquete y ofreció como servilletas para el aseo de las manos y boca, la cabellera de bellas damas que estaban al lado de los comensales.

III
Leo en la revista “Proceso” que un helicóptero del Gobierno del Estado de Veracruz, marca Bell Textron modelo 430 matrícula XC-VER, fue utilizado en un fin de semana por uno de los pilotos para dar un paseo familiar.
A ciencia cierta, no se sabe realmente si haya sido utilizado para eso pues nada más aparece una foto con un niño en la cabina del helicóptero. La gráfica, tomada de las redes sociales, es de Alex Wartenweiler, empleado del Gobierno del Estado y la tituló: “Espero que les haya gustado la vuelta que dimos en helicóptero”.
Sin hacerla de abogado del Diablo, tal declaración no es prueba contundente de que haya sido así. Bien pudo haber subido al chaval y tomarle la foto nada más. Sería interesante que Gabriel Alejandro Sánchez Domínguez, director general de Aeronáutica y Miguel Pablo Sastre, jefe de departamento de Control de Vuelos, mostraran las bitácoras de tal helicóptero para aclarar o precisar cómo se emplean los recursos de los veracruzanos, porque hemos de suponer que en El Lencero, por citar el aeropuerto más cercano a la capital, no despega ni aterriza nave alguna, si no hay registro ni permiso de ello.
El asunto se torna interesante cuando al final de la nota de “Proceso”, se cita lo siguiente: “Columnistas de Veracruz han consignado que las aeronaves del gobierno de Duarte también han sido utilizadas para complacer los gustos gastronómicos del político priista, quien desde palacio de gobierno ha encargado en varias ocasiones que le traigan tortas del expendio La Rielera, ubicado en su ciudad natal, Córdoba”.
Así, de fácil, causa indignación y uno puede decir: “¡Poca madre!, cómo que traer tortas de Córdoba cuando son más ricas las de Orizaba, en Pavitos, Mellado o Kiko”...
Lo cierto es que es uno espera que esos antojitos del Gobernador, sean tan similares a los antojitos de Moctezuma, más movidos por odio-resentimiento-miedo-temor, ante la forma en que gobierna y no sea parte de ese excentricismo ligado, en algunos políticos, a un mal entendido ejercicio del poder… ¿La Rielera? ¡Se los juro que están mejor las tortas de Orizaba! ¡Presten el helicóptero y yo disparo!

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