miércoles, 29 de enero de 2014

¡Qué fichitas en las prefichas!

Rafael Durian
Crónica Ácida

Aún recuerdo el tierno momento en el cual mis padres me preguntaron a qué escuela primaria me gustaría ir. Estábamos recogiendo documentos en el jardín de niños y mientras ellos y otros padres platicaban acerca de inscripciones, material didáctico, uniformes y quien sabe de cuánto más, yo sólo les preguntaba a mis amigos a dónde se iban ir… Todos nosotros según nos fuimos al mismo lugar, a la escuela situada junto al jardín.
Desde aquellos tiempos, se escuchaba que en ciertas escuelas jalapeñas solicitaban un comprobante de domicilio, incluso, un número mínimo de cuadras en el tramo escuela-casa. A las escuelas a donde fui nunca nos solicitaron dichas cosas.
El pasado lunes, mientras algunos padres hacían fila en la escuela Antonio Peñafiel ubicada en la Avenida Adolfo Ruiz Cortines, a la altura de la facultad de Medicina, todos ellos ansiosos de que sus retoños continúen su largo camino educativo confiando en la confusa escuela pública, ¡recibieron un portazo en las narices! por el mismísimo director de dicha institución: el Maestro Roberto G. Peralta Martínez.
Sí, ese mismo director que en noviembre de 2012 envió a algunos medios de comunicación una emotiva carta en donde le suplica a Javier Duarte le explique en dónde estaba la lana de los pensionados que hicieron con tanto varo, por qué no depositaban la lana de los maestros a las instituciones crediticias… en fin; ese mismo maestro, ese mismo Director ahuyentó a los padres con la frase siguiente: “ya ni se formen porque ya están los lugares apartados para el personal de Sefiplan…” dependencia que se encuentra junto a la escuela.
¿Qué le habrá pasado al director Peralta Martínez quien, en 2012, le exigía al entonces Secretario de Finanzas Tomás Ruiz, la verdad en cuanto al estado financiero del IPE y de sus pensionados? ¿por qué ahora defiende a capa y espada y da preferencia al personal de Sefiplan?, ¿lo hará de a gratis?, ¿por qué le da la espalda a personas que viven cerca de la escuela y que por algo solicitan su ingreso a una escuela pública?
Dentro del borlote que se armó a la entrada de la escuela, se puede notar a leguas que muchas madres y padres de familia recogen en dicha escuela a sus escuincles y regresan a trabajar con todo y crías a la secretaría, hecho que generó en su momento correr una circular en Finanzas, en donde les suplicaban a los empleados no llevar a sus hijos al trabajo, hecho que fue respondido cuando las madres emitieron una carta diciendo al secretario que con gusto, siempre y cuando les pagara la guardería. Este hecho ya no tuvo seguimiento.
Algunos de los padres de dicha escuela también se han quejado de que los hijos y sobre todo padres que trabajan en Sefiplan, se comportan de manera prepotente y grosera. Este hecho no es exclusivo de esta escuela primaria; también este tipo de casos se ha repetido en la Escuela Abraham Castellanos en el Centro de Xalapa y en la escuela Enrique C. Rébsamen.
Por lo pronto, ojalá los padres se organicen y soliciten un oficio a la supervisión pertinente en donde pidan una revisión de prefichas para revisar el domicilio de cada uno de los solicitantes o podríamos pedirle otra cartita al director Roberto G. Peralta Martínez.

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