martes, 18 de febrero de 2014

Jóvenes hoy (2)

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Lamentable, sumamente lamentable lo que está sucediendo en México y, claro, en Veracruz. No se puede tapar el sol con un dedo, dicen por ahí, y sin duda es ciertísimo. ¿A dónde vamos a llegar? Las desapariciones y muertes de periodistas son graves, y cada día creemos menos en nuestras autoridades. ¿Qué hacemos Quimosabi? Serenidad y paciencia, Solín, mucha paciencia… Pero ya no nos dejan ni eso, antes bien la desesperación se apodera de nosotros (¿quién no?), porque parece que a cierta gente le vale madre todo. En fin, que el camino es largo y tenemos que andar, ahora con mucho más coraje pero cautelosos. Mucho ojo, queridos y queridas fans…
 Por lo pronto, ahí les va otra partecita de la intervención de Pedro José Peñaloza cuando presentó su libro “La juventud mexicana. Una radiografía de su incertidumbre”: “No es posible que sigamos pensando que los jóvenes de hoy son como los jóvenes del pasado. Abordemos tres etapas de las juventudes en la aportación capitalista. La primera etapa era ingresar a los jóvenes en el mercado laboral; la segunda que permanecieran en el mercado, y la tercera, la que vivimos hoy, es lo que se denomina el darwinismo social que es aquella tesis que sostenía Darwin para ir a la sociología, y Darwin decía que sólo sobrevivían los que mejor se adaptaban al medio. Bueno, en el capitalismo tardío o en el nuevo capitalismo como se le llama ahora, los jóvenes que ingresan al mundo laboral son los que mejor se adaptan, no los más capaces. Hay una frase terrible, cínica diría yo, que se practica en México, que en México no importan los conocimientos sino los conocidos. ¿Creen en esa frase?
 “Ahora, hay que preguntarnos qué tipo de crisis están viviendo hoy el movimiento de los jóvenes o los jóvenes en general. ¿Es una crisis de identidad? ¿Es una crisis social? ¿Es una crisis de oportunidades? ¿Es una crisis de exclusión? ¿Qué tipo de crisis estamos viviendo?
 “Entonces lo que tenemos que plantear, si aceptamos la tesis de exclusión, es preguntarnos por qué los jóvenes son excluidos, si ya hablamos que los jóvenes son fuerza de trabajo que debería ser incluida. ¿Saben por qué? Porque los jóvenes ya no son importantes, en general; son importantes los que mejor se adaptan al sistema. ¿Cuáles son los que mejor se adaptan al sistema? ¿Quiénes son los que mejor se adaptan al sistema? ¿Qué pasa con los jóvenes? ¿De qué exclusión estamos hablando?
“Fíjense el fenómeno que está pasando con los jóvenes. Los jóvenes hoy son rechazados del ámbito educativo. Voy a poner un ejemplo terrenal. Cada año la UNAM rechaza 140 mil muchachos y acepta 10 mil. Por qué no nos preguntamos qué pasa con esos 140 mil. ¿A dónde van? ¿Qué es de su vida de esos 140 mil? ¿Cuántos creen que ingresen al mundo de la escuela privada, de esos 140 mil? ¿Por qué no pensamos que 140 mil muchachos que fueron rechazados de la UNAM, qué carga emocional tienen? ¿Qué carga emocional? Frustración… Pero esa frustración no se queda en la cama, ni tomando cerveza ni tomando whisky ni llorando. Esa frustración se traslada a las calles, se traslada al rencor social acumulado, y entonces la desafiliación institucional tiene efectos. Hay que verlo de una manera dialéctica. No es que sea rechazado de la UNAM y me voy a casa a llorar, no; puedo llorar y puedo enojarme, pero lo que me está diciendo el sistema es algo más grave. Me está diciendo “no quiero que sigas estudiando”. Eso me está diciendo el sistema”.
Por lo pronto ahí se ven.

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