jueves, 13 de febrero de 2014

Purga en tránsito

Luis Alberto Romero
Hora Cero

Durante años, la Dirección de Tránsito del estado ha sido vista como la cueva de Alí Babá. Difícilmente encontraremos a una dependencia del gobierno de Veracruz que registre tanto descrédito y provoque tanta desconfianza entre los automovilistas.
En el caso de los elementos de tránsito, igual que en el de los policías, lo menos que el ciudadano exige es tener una autoridad confiable y no una a la que se le tema.
Por eso resulta importante que se instrumenten medidas para eliminar del servicio a los elementos corruptos, aquellos que cobrando un salario que proviene de nuestros impuestos utilizan la placa y el uniforme para un fin que no es el de servir.
No es un tema menor porque policías y agentes de tránsito deben representar un principio de seguridad y orden. Deben, en suma, tener el respeto y la confianza de la gente.
Ayer, el diputado priísta Adolfo Ramírez Arana, quien preside la Comisión de Transporte, Tránsito y Vialidad, dijo que 98 elementos adscritos a la Dirección de Tránsito del Estado causaron baja debido a que evitaron los exámenes de confiabilidad.
Un mes atrás, el 16 de enero, el diputado presidente de la Comisión de Seguridad Pública, José Ramón Gutiérrez de Velasco, reveló que 300 elementos de la dependencia fueron suspendidos; incluso, 10 de ellos eran investigados por presuntos nexos con actividades delincuenciales.
Se trata, finalmente, de un esfuerzo por depurar.
Recordamos que en 2010, el gobierno veracruzano no solo enfrentaba el problema relacionado con la violencia y la delincuencia nacional, sino también con los inconvenientes de tener cuerpos policiacos poco confiables.
En octubre de 2011 inició en la entidad el operativo Veracruz Seguro, que le apostaba a una mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno, a fin de garantizar la seguridad pública.
Hace tres años había cuatro corporaciones de policías intermunicipales que atendían la seguridad en las zonas conurbadas. Sin embargo, todas presentaban atrasos en capacitación, equipamiento y, lo más preocupante, confiabilidad.
El 25 de mayo del 2011, el gobierno veracruzano decretó la desaparición de la policía intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlalnelhuayocan y 800 elementos de la corporación fueron retirados del servicio; todos, incluso, vetados para trabajar en los cuerpos policiacos de Veracruz. Para acabar pronto, ni la policía auxiliar los aceptaba.
A esa medida siguió la extinción, en febrero de 2013, de la intermunicipal Veracruz-Boca del Río, de la que fueron despedidos 900 elementos y un centenar de empleados administrativos.
En mayo del año pasado desapareció también la intermunicipal Coatzacoalcos-Minatitlán-Cosoleacaque-Nanchital.
Hace casi cuatro meses, en octubre, el gobernador de Veracruz reveló que de 2010 a la fecha, más de 4 mil elementos fueron retirados del servicio en la entidad, debido a que no cumplieron con los requisitos que establece el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De hecho, Veracruz es el estado con más elementos policíacos cesados. Por eso no resulta extraña la purga que se observa en la Dirección de Tránsito. @luisromero85

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