jueves, 6 de marzo de 2014

Desapariciones y Alerta Amber

Luis Alberto Romero
Hora Cero

Monte Gordo es una pequeña comunidad costera del municipio de Tecolutla, donde sus habitantes viven de la pesca y de la agricultura; ahí tiene su casa y su familia la niña Esmeralda Balverto Julián, quien desapareció el pasado 21 de febrero. El caso causó consternación, indignación y alarma en esa región del norte veracruzano.
Desesperados, los habitantes del lugar han bloqueado la carretera que comunica al Puerto de Veracruz con Tuxpan, para exigir mayor atención por parte de las autoridades responsables de la procuración de justicia, más celeridad en las investigaciones y, por supuesto, que la menor, de 12 años, regrese con bien.
En su oportunidad, el reportero David Barria, quien trabaja en el grupo radiofónico MS, consignó la frustración y el drama de la familia de la menor desaparecida; un relato escalofriante que narra los momentos de angustia que viven en ese domicilio.
Es sólo una de las casi 200 desapariciones de menores reportadas en Veracruz de 2011 a la fecha, de acuerdo con el procurador de justicia del Estado, Luis Angel Bravo Contreras, quien aclaró que la cifra pareciera excesiva pero incluye la sustracción de menores.
Se trata de un delito cuyas estadísticas se han disparado en los últimos tres años; de hecho, fuentes oficiales revelan que existe un registro, entre adultos y menores, de más de 650 personas en la entidad.
Ese problema encendió los focos de alerta en algunas organizaciones civiles, como el Colectivo por la Paz y la Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados, que habla, ésta última, de más de 550 menores desaparecidos en Veracruz y no de 198, como lo consigna la procuraduría estatal; por supuesto, son datos que no suenan descabellados, sobre todo porque muchos delitos, la mayoría, no son denunciados.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática señalan que 91.6 por ciento de los delitos cometidos en México no son denunciados y por tanto, ni siquiera se inicia la averiguación previa; es una cifra con la que concuerdan tanto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como el gobierno federal, y corresponde a los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública.
En el caso de las desapariciones de menores en Veracruz, resulta sano que el gobierno estatal se incorpore a la Alerta Amber, un sistema para la búsqueda, localización y recuperación de menores desaparecidos; es una medida adoptada internacionalmente desde 1996 y que ya funciona en 16 estados de la República.
La Alerta Amber se activa casi inmediatamente después de la desaparición de un menor, ya sea por ausencia, extravío o privación ilegal de la libertad, a fin de evitar posibles daños en su integridad.
Por fortuna, Veracruz se incorporó ya a la Alerta Amber, y creó la Fiscalía Especializada para la Búsqueda de Personas no Localizadas, a la que se integran tres agencias del Ministerio Público.
La consigna es iniciar la búsqueda de un desaparecido de manera inmediata y no esperar tres días, como ocurrió con la familia de Esmeralda Balverto, a la que el MP –ya cesado, por cierto– indicó esperar 72 horas. @luisromero85

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