lunes, 26 de noviembre de 2007

La División Panzer

Salvador Muñoz

La salida de Juan Antonio Nemí Dib causó sorpresa entre algunos políticos y reporteros, pues consideran que si hay funcionario que le echó todos los kilos a su puesto, sin lugar a dudas fue el cordobés. En fin, son inescrutables los caminos del Señor.
Así que para conocer más de cerca la situación, nos avocamos a buscar el recinto del IPAX, acá en Xalapa, para que fuéramos testigos del nombramiento de Carlos Rodríguez Velasco, como Primer Comandante.
Y ahí estaban el General Juan Manuel Orozco, comiendo una torta; Reynaldo Escobar, Nemi Dib y el recién nombrado Carlos Rodríguez Velasco, quien de inmediato, fue convidado por el General de una torta.
Nos acercamos a Rodríguez Velasco:
–¿No ha desayunado?
–Ya, muy temprano…
–Entonces, ¿por qué la torta?
–El General quiere que me ponga a tono con la División Panzer…
–¿División Panzer?
–Sí, son los chipocludos del fidelismo: El General, Rey, Gándara, Duarte…
–¿A poco Duarte es de los consen?
–¡Por supuesto!
–¿Y eso?
–¡Por-su-puesto!
–¡Entonces por-su-puesto que es consentido!
–¡Huuuyyy! de los consentidos, pero acá entre nos, más bien es de los sentidos, porque no aguanta ni una broma.
–Pero, pues hay que tener cuidado con él, es de los que escucha el gober, ¿no?
–Pues con esa voz de “Washandwear”, cualquiera lo escucha…
–Oiga, don Carlos, pero, por qué dice que es de los consentidos…
–No ves que sin ser secretario, será el único funcionario que comparezca ante el Congreso…
Dejándolo que comiera su torta para alcanzar el nivel de la División Panzer, opté por acercarme al secretario de Gobierno, quien ya comía su torta cubana.
–Oiga, ¿qué me puede decir de lo ocurrido en “El As de Oros”…
–No lo conozco… ¡cronch! ¡cronch!
–¿Y de los policías caídos?
–No los conozco… ¡cronch! ¡cronch!
–¿Y de la extorsionadores de giros negros?
–No los conozco… ¡cronch! ¡cronch!
–Oiga secretario, ¿no me diga que le pidieron que no hablara de la balacera ocurrida en Xalapa?
Bajando la voz y pidiendo al reportero que acercara la oreja, me susurró:
–La verdad, estoy aplicando la máxima del titular de Seguridad Pública… ¡cronch! ¡cronch!
–¿Cuál es?
–Yo, como el General Orozco… cuando hay broncas, no conozco… ¡cronch! ¡cronch!
–Ahhh… mejor voy a ver al General…
Y nos acercamos al titular de Seguridad Pública, quien comía una rica torta de milanesa…
–Disculpe que lo interrumpa General, pero ¿qué me puede decir sobre el policía caído en los últimos acontecimientos…
–En la División Panzer, todos corremos el riesgo… si no caemos, ¡resbalamos! ¡Y hoy le tocó al Comisionado Nemi!
–Yo me refiero al de Seguridad Pública…
–¿No me digas que también mi Gober chispó a Amadeo? Entonces seguro va para allá Cirilo Rincón…
–No, mi General, me refiero al antro “As de Oros”…
–Perdón, pero yo no salgo del “Vickys” y si me descuido, mi Rey me lleva al “Gato Negro”…
–¿Entonces no sabe nada de nada?
–¡Ah jijos! ¡Cómo no! Yo sé que hay que comer fuerte, chupar fuerte, coger fuerte, para que nos pele los dientes la muerte…
–¡Oiga! ¿Y la seguridad de los empresarios de giros negros?
–Tranquilo… ¿cuál es el problema?
–Pues que hay sujetos armados que quieren venderles protección a los dueños de tugurios…
–¿Es eso? ¡Pero si ya está resuelto!
–¿En serio? ¿Detuvieron a estas personas?
–No… ahorita mismo vamos a hacer lo mismo en el “As de Oros” con Carlos Rodríguez: vamos a venderles protección a los giros negros, ¡pero con precios más accesibles con los policías bancarios!
¡Y salió feliz con su ideota… y su torta bajo el brazo hacia la División Panzer.

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