viernes, 23 de noviembre de 2007

Mujeres como Rosa, Mariana y Brenda





Salvador Muñoz

Este domingo, a las diez horas, habrá de reunirse un nutrido grupo de mujeres y hombres en el Teatro del Estado de Xalapa, para iniciar una marcha a favor de la No Violencia contra la Mujer.
Su destino marchístico: Parque Juárez.
Vestidas de blanco es la propuesta aunque algunas portarán camisetas alusivas a la manifestación con las siguientes leyendas: “Nada justifica la violencia, ¡denúnciala!” y “Vivir sin violencia es tu derecho”.
Mi esposa va a participar.
Mi hija de 16 años no quería ir. Después de persuadirla con unos guamazos accedió… ¡no es cierto!
Lo cierto es que trataré de participar con mis hijos, mi hijo-can y Brenda. Vale la pena intentarlo aunque habría que analizar a fondo dónde reside realmente la raíz para que haya violencia contra las mujeres.
No sólo física ni psicológica. Hay violencia “intelectual”, en el sentido de que haya “bueyes” que se quemen el coco pensando chistes misóginos para molestar a las damas.
Verbi gracia:
Muger: Así, con G. Dícese de lo opuesto al Hombre. Se escribe así bajo el argumento de que cuando hablan, parece que mugen, y cuando pasa su juventud, parecen vacas.
¡Tache al que use ese chiste!
Brujer: Dícese de la esposa…
¡Tache al que use ese chiste!
Lucy Fernández: Se refiere por lo regular a la Suegra comparándola con el Señor de las Tinieblas…
¡Tache al que use ese chiste!
Y se podría hacer larga la lista de definiciones con las que despectivamente se trata a la Mujer.
Incluso, dicen que las mujeres quieren tantas cosas de un hombre y el hombre nada más una…
¡Tache al que piense así!
Pero, ¿por qué no pensamos, dijera Mel Gibson, en realmente qué es lo que quieren las mujeres?
Si fuera un artículo de alguna revista femenina, uno hablaría de romanticismo, de detalles, de confianza, de protección, de libertad, y una serie de jaladas que hacen que nuestras mujeres se mantengan en un nivel deprimente, manso, dócil.
Aunque se pudiera decir que lo que realmente quiere una mujer al lado de un hombre es un trato igual.
Mas para hablar de una Mujer, se tendría que ser el gobernador Fidel Herrera, el alcalde electo David Velasco Chedraui o el que escribe, Salvador Muñoz.
Dijera Jack, el destripador: Vayamos por partes:
Si Fidel Herrera goza de una disciplina férrea, de acciones humanitarias, de un buen gobierno, ¡júrelo que es por Rosa!
Rosa Borunda evidencia un carácter fuerte, mano firme, mujer de una sola palabra que es la que cuenta y pesa y si no, que me desmienta Fidel Herrera.
Mariana Munguía es sin lugar a dudas una mujer temperamental, apasionada, llena de emociones por las que se deja llevar. Su temperamento cubre a David Velasco con un halo protector. Mariana hace sugerencias que parecen sutiles órdenes. De mirada rápida en forma de látigo se hace comprender rauda, y si no, que me desmienta David Velasco.
Brenda Hernández goza de una increíble inteligencia que raya en sagacidad; goza de un sexto sentido endiablable (no envidiable); goza de un detector de mentiras injertado en sus bellos ojos café; parece hija del terrible Baldor (el del libro de álgebra): su cabeza es una calculadora de sumas, restas, divisiones, superávits y déficits y fuente inspiradora de mis rabietas, enojos y suspiros cuando la veo dormir. Si no es así, ¡me madrea!
La realidad es que Veracruz, México, o quizás el Universo necesita más mujeres como Rosa, Mariana y Brenda que impulsen, crezcan y sobre todo, hagan y transformen hombres en parejas, compañeros y sobre todo, personas de bien… si no es así, que me desmienta el lector.
Ahora, he de recomendar algo al caro lector: No envidie a Fidel, David y su servidor… sólo tiene que voltear al lado y júrelo que allí, a su lado, tiene a ese mundo mágico de contradicciones que cualquiera de los tres citados, tiene. Aquí querido lector, después de los siguientes nombres, ponga el de su mujer, puede ser que así pongamos sin querer o queriendo, un granito de arena contra la violencia hacia ellas. ¿Va? Rosa, Mariana, Brenda,¬____________ …

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