viernes, 19 de octubre de 2007

¡Vámonos al Sol!



Salvador Muñoz


Y ahí estaban los dos, en pleno centro de la ciudad, sufriendo la inclemencia del calor cuando decidieron sentarse para refrescarse un momento...

El líder de Convergencia, Dante Delgado Rannauro y el excandidato a la alcaldía de San Andrés Tuxtla, Rafael Fararoni llamaron al mesero y Dante Delgado preguntó:

–¿Tomas?

–Pues quién sabe dónde ande, después de que vio truncada sus aspiraciones a ser candidato por la alcaldía de Catemaco, se desapareció– respondió Fararoni.

–¿De qué me hablas?

–Pues de Tomás Montoya... ¿o qué?

–Te pregunto que si te tomas una cerveza conmigo...

–Ah, claro... ¿qué quieres?

–Mira, por el momento recuperarme del dos de septiembre y trabajar al lado del Peje para buscar la gubernatura en el 2010...

–¿Ehhh? Me refería a qué cerveza querías...

–Ah... este... sol...

–¿Qué te pasa, mi líder, acá nada más de la Corona...

–No, digo que ando todo amensado por el Sol...

–Sí, claro, yo andaría encabronado... mira que dejarnos solos en las elecciones...

–¿De qué hablas, Rafa?

–Pues del Sol Azteca, que se fue por la libre y nos restó fuerza...

–No, Rafa, te digo que el pinche sol está bien fuerte... ¡a ver, mesero! ¡Tráeme una corona...!

El mesero, atento, salió de volada con la orden...

–¡Huyyy! ¿A poco ya te sientes secretario de Gobierno?

–¿Cómo?

–No quieres que te traigan la corona, igualito que el Rey...

–¿Reynaldo Escobar?

–¡Sí!

–Pero si Reynaldo Escobar no es secretario de Gobierno...

–¡Ah, chirrión! ¿Entonces?

–Es secretario de Salud...

–¿En serio? ¿A poco lo cambiaron?

–No, pero a cada rato con el de Sedarpa exclama: ¡Salud! ¡Salud!

–Ahora sí me la reviró mi líder...

–Y tú, ¿qué te piensas echar?

–No, mi jefe, para nada... ¡yo no me echo!, ya estoy trabajando para buscar la alcaldía dentro de tres años...

–¡Nooo! ¡Que qué piensas tomar!

–Pues las primeras medidas que pienso tomar es rehabilitar la Casa del Tuxtleco y seguir apoyando a la gente...

–¿Con qué me vas a acompañar?

–Pues usted dígame la canción y yo me arranco...

–Ya vi que te afectó a ti el golpe de calor más que a mí...¡Mesero! tráigale a Rafael un cubetazo...

–¡Óyeme Dante! Pero si yo no tomo tanto...

–No, ni te hagas ilusiones, es un cubetazo de agua fría para que me pongas más atención...

¿Qué pachó, qué pachó? ¿Ya nos llevamos así?

–No me menciones esa palabra porque me da frío...

–¿Qué palabra?

–No te hagas... dijiste “Pacho”...

–¡Viejo! ¿Cómo crees? Aunque vaya contra mi costumbre, ¡qué ironía! ¡vente!, ¡vamos p’al sol!

–¿Quieres que deje Convergencia y me vaya al PRD?

–No, que nos pasemos a que nos pegue el Sol...

–¿Máaas?

–Ahora no me entiendes tú... que dejemos la sombra y pasemos al sol...

–¿Y eso?

–Pues ahorita que estamos chupando te vayas a poner nostálgico recordando cuando estuviste en la sombra...

–¡Qué chistosito me saliste, Rafael! ¡Salud por eso!

–¡Salud!

Y aplicados al adagio de que “sobre el muerto las coronas”, muchas de ellas se vaciaron... ¡salud!

Hugo Huesca


Torneo de Golf de Invitación

Fundadores 2007

Pedro Rizo

(Desde el Green)

Como cada año, el Club de Golf de Xalapa celebra el torneo de aniversario de su fundación y el próximo 26, 27 y 28 de octubre se realizará el torneo de Golf “Hugo Huesca”, para el cual están invitados participantes de otros estados, por lo que se esperan elementos de las diferentes categorías tanto varonil como femenil.

Este torneo lleva el nombre de Hugo Huesca en honor a uno de los fundadores de este deporte en la capital del Estado y para quien el Golf ha sido parte de su vida.

Asegura que desde los años 50 comenzó a practicar el Golf gracias a unos amigos en Córdoba y Orizaba, dando sus primeros golpes en Orizaba, en el club El Yute, que en ese tiempo eran campos privados con áreas verdes naturales.

En el año de 1959, por motivos de trabajo, se trasladó a la ciudad de Xalapa con Antonio Chedrauil Caram y Luis Benítez Córdoba, con quienes se generó una gran amistad.

Hugo Huesca cuenta que un día invitó a Chedraui y Benítez a jugar golf a un campo que en ese entonces había en Fortín de las Flores y posteriormente al club El Yute en Orizaba.

En algunas ocasiones asistía a jugar con Alfredo y Antonio Chedraui y su gusto por el golf se incrementó. Pasado algún tiempo se reunió con Antonio Chedraui, Raúl González Nañes, Rafael Luengas, quienes platicaron de los deseos de tener un campo para los golfistas de Xalapa.

Mencionó que después de varias reuniones llegaron al acuerdo de adquirir un terreno para la realización de dicho campo. “En un principio se propuso adquirir el terreno por el rumbo de Coapexpan, pero debido al clima que no era muy favorable para este deporte, no fue posible la realización, además, las hectáreas en donde debería construirse, no eran suficientes”, agregó.

Finalmente el terreno se encontró en la población de Miradores del Mar, en donde la propiedad era de la familia Arellano. Posteriormente el señor Antonio Chedraui Caram conoció al profesional Margarito Martínez Buendía, que en ese tiempo laboraba en la ciudad de México y lo contrató para que le presentara varios trazos de lo que seria el campo de Xalapa.

Destacó que después varias opciones se tomó la decisión definitiva hasta lograr lo que hoy es el Club de Golf, el cual consta de nueve hoyos.

Hugo Huesca aseguró que sin la ayuda, el apoyo y el deseo de construir este lugar para jugar Golf, hoy Xalapa no contaría con este campo, además de la importante aportación que realizan los socios que continúan contribuyendo con sus cuotas para el mantenimiento del mismo.

“Claramente veo el desarrollo, la preocupación de los socios por ver que nuestro Club ha crecido tanto en jugadores como por el apoyo que reciben nuestros caddies, quienes afortunadamente ya brindan clases a los hijos de los socios, además de prepararse como instructores. Esta situación produce que no tengamos la necesidad de contratar personal de otros lugares y obtener en nuestro Club excelentes golfistas”, puntualizó.


miércoles, 17 de octubre de 2007

El dueño del Centinela!!!


Anda circulando por Veracruz un periódico que no se vende. No se hagan bolas ni sufran pensando quién es el dueño y de dónde viene el dinero que se invierte para su elaboración...
Son ambiciosos pues aunque cuentan con poco personal pretenden llegar a casi un millón 700 mil veracruzanos.
¿De dónde sale el dinero para imprimir este periódico?
Se supone que sale de algunos secretarios de despacho aunque siempre se retrasan en su pago, a lo mejor por eso tarda un poco en editarse.
¿Quiere saber quién es el dueño de El Centinela? aquí tiene la respuesta, como dijera aquél: con pelos (que tiene pocos el dueño) y señales.

martes, 16 de octubre de 2007

De estatuas y Centinelas

Salvador Muñoz

La estatua de Vicente Fox ha dado mucho de qué hablar y de qué escribir. Resulta que en este desbarajuste, donde no sólo hubo priístas y panistas, sino uno que otro perredista y petista, las cosas han llegado todavía más lejos... hasta la PGR y el fuero común donde azules y rojos se han acusado mutuamente.
Si bien es cierto, no deja de intimidar cómo la masa humana simplemente jamás razona, no se puede responsabilizar a ningún equipo cuando el colectivo pasional se desborda.
¿Y quién mejor que Adolfo Mota, diputado federal, para hablar de ese tipo de pasiones...
Así que, entrevistado tras la escandalosa caída de Vicente Fox, nos da su punto de vista de lo sucedido.
–¿Hasta dónde va a llegar la denuncia del alcalde Francisco Gutiérrez de Velasco?
–Hasta que se declare incompetente...
–¿El alcalde?
–¡Ay! ¡Nooo! ¡No seas loco! reportero... me refiero que hay que esperar que la PGR se declare incompetente porque el asunto, si hay delito, sería del fuero común...
–Oiga diputado Mota: ¿y los huevos?
–¡Ay! ¡Pues abajo!
–¿Perdón?
–Sí, voy a seguir luchando como leona para que bajen el precio de los huevos para que las clases populares los puedan adquirir...
–Me refiero a que si usted fue de los que aventaron huevos...
–¡Ay! ¡Fuchi!, no, para nada, ese fue el alcalde de Boca del Río...
–¿Cómo?
–Sí, mira que qué huevos de aventarse a poner una estatua de Fox...
–Entonces, a quién cree que debió ponerse en esa estatua...
–Pues a otro muerto...
–Pero si Vicente Fox no ha muerto...
–¡Ay! ¿Y crees que después de los hijos de Martita, las toallas, su jeep, la hummer y demás linduras crees que alguien quiere verlo en vivo...?
–Entiendo... ¿y qué me puede decir de la manita?
–¿Cuál de las tres? ¿La que ya se siente de nuevo alcaldesa de Coatza, la que no acaba el distribuidor vial de Xalapa o la que ya se cree candidata a Gobernador?
–Ya... ya...
–¿La Yaya?
–No, que ya me hizo bolas... ¡me refería a la manita que se le cayó a Vicente Fox!
–¡Ay! No me digas... ¡ya es de mi club y tan macho que se veía!
–Mejor cambio de tema... entonces ¿a quién hacerle una estatua?
–Digo, si los panistas querían hacer un homenaje a la corrupción, debieron hacerle una estatua a Peperra... ¿o no?
–Pero Peperra es del Puerto...
–Pues sí, pero recuerda que también es Gutiérrez de Velasco...
–Mmmm puede ser...
–¿Sabes? ¡Tienes razón! La estatua hay que hacérsela a Paco Gutiérrez de Velasco...
–Pero... ¿quién se la haría?
–De eso no te preocupes, sería la misma empresa que ha estado haciendo obra en el trienio de Paco...
–¿Cuál?
–¡La Gutiérrez de Velasco!


PD A Revelaciones de Judas Tomás, obra literaria de Magno Garcimarrero, amigo, maestro, maestro-amigo, amigo-maestro, le debo una reseña... pero vale la pena comentar que Tío Fide recibió un ejemplar de Revelaciones y que mandó a comprar 500 ejemplares. Así que, en cuanto yo pague mi reseña y Tío Fide cumpla con su parte, es seguro que habrá una segunda impresión. ¡Busque Revelaciones de Judas Tomás!

¡Tributo a Soda Stereo!

lunes, 15 de octubre de 2007

Si tienen 7 minutos... véanlo...

Cuando recibas esta carta sin razón...


Supuesta carta de Vicente Fox a Manuel Espino... no se demostró su autenticidad pero como sea, está igual está interesante...

Video de la caída de Fox

Juan Antonio Nemi Dib

(Historias de Cosas Pequeñas)

No apuesto por mis conocimientos de geografía, pero creo que Ciudad Camargo, Chihuahua (la tierra de David Alfaro Siqueiros y Lucha Villa) es uno de los puntos más lejanos al mar del territorio de México: en línea recta, 536 kilómetros la separan del Mar de Cortés y queda a 786 kilómetros del Golfo de México; si la distancia se mide por carretera y no linealmente, el mar se aleja más para los camarguenses, unos 150 kilómetros. Sin embargo, ellos no tienen problema para despacharse unos camarones frescos o un lomo de pescado a la plancha cuando se les antojan.

En cualquier supermercado Mexicali se hallan las famosas ‘glorias’ fabricadas en Linares, Nuevo León, aunque la distancia entre esas dos poblaciones es de 1’938 kilómetros lineales. En Ciudad Juárez se pueden comer tacos de cochinita pibil condimentados con achiote procesado en Mérida, a 2’100 kilómetros volando sobre el mar, pero más de 3 mil si el viaje se hace por tierra.

Alimentos y todo lo necesario para la vida cotidiana como medicinas, ropa, combustibles, fertilizantes, libros y revistas, discos, muebles, materiales de construcción y refacciones, utensilios domésticos, papel sanitario y hasta la aguja y el hijo necesarios para zurcir calcetines rotos, viajan de un lado a otro del país en una dinámica que a simple vista pasa desapercibida pero que apenas se detiene un poco, provoca un enorme caos.

Salvo productos muy sofisticados o escasos, gracias a nuestra red de transporte público de carga se puede encontrar casi de todo, en todas partes. Es afortunada la metáfora que llama a las carreteras “el sistema arterial de la nación”; sin exagerar, por ellas transita –como la sangre de un cuerpo humano— la vida del país. México es impensable sin los miles de tráileres, “tortons”, “rabones”, plataformas, tolvas y pipas que van de un lado a otro sin descanso, llevando y trayendo cosas indispensables y permitiendo nuestras actividades diarias como lavarnos los dientes, sacar una fotocopia, inyectarse un antibiótico o disponer de pieles curtidas para fabricar zapatos.

Y no se trata nada más de lo que consumimos, sino también de los millones de toneladas de materias primas y mercancías elaboradas que México exporta y que viajan todo el tiempo hasta los puertos marítimos y aéreos desde donde se envían al exterior o hasta las fronteras terrestres que deben cruzar.

Por todo ello, hay que decir sinceramente gracias a los permisionarios del transporte público de carga, federal y local. Gracias a los choferes y a sus frecuentemente desatendidas familias, a los mecánicos, a los técnicos de laboratorios diesel, a los “talacheros” que reparan miles de llantas, al personal administrativo de las transportadoras, a los gasolineros, a las refaccionarias, a los lavadores y “macheteros” y a todos los que permiten que esta enorme red funcione, nos alimente y nos permita vivir.

Pero… toda esta hermosura transportada es como un amor caro del que nadie quiere hacerse cargo y por ello es indispensable preguntarse: ¿quién responde de las carreteras destrozadas por vehículos con carga que a veces supera las 80 toneladas de peso muerto y que ningún pavimento –ni el más resistente— podría soportar?, ¿quién repone a los muertos y heridos causados por choferes irresponsables, no aptos para su oficio o presionados por sus patrones para conseguir más fletes?, ¿quién absorbe los costos de una economía cuasi monopólica, costos que suelen estar muy por encima de los promedios internacionales y que lamentablemente repercuten siempre en el precio final a los consumidores?, ¿quién asume las consecuencias de la mala logística, de, robo, pérdida y daño de mercancías y las demoras en traslados y maniobras de carga y descarga?, ¿quién evita que los choferes consuman drogas y estimulantes para permanecer despiertos y resistan jornadas extenuantes, aunque eso altere su conducta, baje su rendimiento, los torne agresivos y disminuya sus reflejos, causando accidentes?, ¿quién ataja la gran red de falsificación de facturas y comprobantes fiscales que permite la comprobación apócrifa de gastos en demérito del erario?, ¿quién controla las nocivas emisiones atmosféricas, el ruido y los derrames causados por los transportes de carga mal operados?

Algunos discípulos de la teoría de la conspiración sostienen convencidos que la falta de crecimiento y los malos servicios que históricamente ha prestado el ferrocarril mexicano [y sigue prestando] son consecuencia de una política deliberada para favorecer al transporte privado de carga; aunque dicho argumento es excesivo, resulta indiscutible que hoy por hoy –y creo que por muchos años más— México no tiene más opción que sus tráileres, “tortons”, “rabones”, plataformas, tolvas y pipas para seguir viviendo.

Está claro que nuestros transportes de carga son estratégicos e indispensables. Entonces hay que voltear a verlos ya, con seriedad e interés, y propiciar una profunda reforma pensada para que realmente funcione y que, si fuera posible, permitiera a todos los involucrados en el transporte de carga ganar aún mucho más dinero del que actualmente obtienen, crear más riqueza y por ende más empleos, pero pensado primero en el interés público y después en sus dividendos.

Esos cambios en el transporte de carga tendrán que hacerse respetando la salud y la vida de las personas, protegiendo el medio ambiente, conservando calles, carreteras y equipamiento urbano, elevando la eficiencia de los vehículos para bajar los costos en beneficio de los consumidores y de toda la economía, invirtiendo para modernizar, profesionalizando realmente a los choferes y limitando enérgica y cuidadosamente sus jornadas de trabajo, achicando los volúmenes de carga permitida, controlando adecuadamente el desempeño y mantenimiento de conductores y unidades para garantizar la disminución y gravedad de accidentes, aplicando con certeza las normas para el transporte de materiales peligrosos, evitando las maniobras y “encierros” en la vía pública, respetando, además de los federales, los reglamentos locales de tránsito.

En realidad, me doy cuenta de que no hace falta dicha reforma que obligue y castigue a nadie; bastaría la buena voluntad de los transportistas. ¿Es mucho pedir?