miércoles, 26 de marzo de 2008

¡Los aviones del Jefecito!

Salvador Muñoz

Tratando de enlistarme en la Fuerza Aérea de la SEC, me acerqué a sus oficinas donde amablemente esperé una hora, dos horas, tres horas, hasta que me quedé dormido…
De repente, oí una voz que ordenaba: “¡No me pase a mi suegro!” Abrí los ojos y pensé que todavía dormía: ¡Era el mismísimo cura Miguel Hidalgo!
Me acerqué a él para tratar de entrevistarlo, pero se disculpó amablemente diciendo que iba de salida al aeropuerto. Lo seguí hasta su puerta que igual, me cerró amablemente en las narices.
Todavía medio dormido, me quedé parado en esa puerta, cuando escuché (sin querer, que quede claro que no soy chismoso) la siguiente conversación:
–Te alcanzo en el Lencero… ¿que no le comente nada a Juan Pedro? ¿Es bien chismoso? ¿Lengua larga? ¡Ok¡ ¡Ok! Hasta luego.
“Miguel Hidalgo” casi me sorprende con la oreja en la puerta cuando salió de manera sorpresiva pero ya no lo dejé escapar, saqué mi grabadora y empecé a preguntar:
–¿Qué hace el Padre de la Patria en la SEC?
–¿De qué hablas? ¿Estás dormido? ¿Me confundes? ¡Yo soy el yerno de don Juan!
–¿A poco tiene hijos don Juan?
–Retírate, que tengo prisa, me urge llegar al Lencero…
–¿Va a salir de viaje?
–No, voy por mi jefecito así que ¡abur!
–¡Oiga! ¡No me dé del avión!
–¿Ya te enteraste que mi jefe estrenó avión?
–¿En serio? ¿Y no tiene miedo si se estrella?
–¡Ah! Si estás bien informado… exacto, es de Servicios Aéreos Estrella…
–Oiga, ¿y cómo le hace su jefe para poder comprarse un avioncito? ¿A poco anda metido en asuntos espinosos?
–¡Qué te pasa, “muñe”! Tiene varios negocios… igual que su compadre Juan Pedrito…
–¡Huy! Pues con sus aviones pueden viajar a donde sea…
–¡Hasta a Colombia!
–¿Cómo?
–Digo, si quieren comprar de lo bueno…
–¿Comprar de lo bueno?
–¡Café del bueno! Digo…
–Oiga… ¿y dónde guardan los aviones?
–En el garage de su casa… ¿qué pregunta? ¡Pues en el Aeropuerto! ¡Ni modo que en las bodegas que acaba de comprar mi jefe acá cerca de la SEC!
–Ahhh… oiga, pues así como me pinta a su jefe y a su compadrito Juan Pedro, al menos uno de ellos se va de seguro como candidato…
–Ese sería mi jefecito, sin lugar a dudas… allá por Martínez de la Torre, ¡arrasaría!
–¿Como arrasó con los árboles de la Condesa?
–¡Ehhh! ¡No sé de qué me hablas!
–Bueno, ¿Y Juan Pedro no iría como candidato?
–También es candidato… pero a Pacho…
–¿No es de Xalapa?
–¡Ah! Es cierto, es xalapeño… bueno, y a todo esto, ¿a qué venías?
–¡Ah! Gracias por preguntar… me quiero integrar a la Fuerza Aérea de la SEC…
–¡Mmm! Sabes pilotar aviones…
–No…
–Tienes licenciatura…
–No…
–¿Tienes como padrino al banquero Roberto Hernández?
–No…
–¿Tu suegro es a todo dar pero tú eres un ojete?
–No…
–¿Te dedicas a traficar?
–No…
–¿Eres prepotente?
–No…
–¿Te crees parido por la divina garza?
–No…
–Bueno… no importa, de todas formas, ¡bienvenido a la Fuerza Aérea de la SEC! ¡Ganarás la lana que jamás imaginaste y tendrás tus propios aviones!
–¡Gracias, Cura Hidalgo! ¡Gracias! ¡Prometo no defraudarlo!
Estaba tan entusiasmado con la buena noticia cuando de repente fui despertado por un amable intendente que me decía que ya habían cerrado las oficinas y tenía que levantarme pues había que limpiar el piso… ¡todo fue un maldito sueño!

e-mail: dor00@hotmail.com

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