lunes, 24 de marzo de 2008

¿Sabe usted lo qué hace su hijo?

Janet Domínguez Montero
Lo tiene que saber

Es interesante ver cómo los niños adquieren la información y la procesan en sus mentes novatas. Aprendizajes que ponen en marcha cada vez que observan, copian e imitan a los adultos.
En días pasados observaba cautelosamente a mi sobrino y es realmente impresionante lo bien qué absorbe todo a su alrededor.
¿Los niños de hoy en día son más despiertos que hace unos años atrás? Ellos ya no son tan inocentes como pensamos. Ahora, un pequeño de cinco años sabe más de lo que suponemos o podemos imaginar.
Y qué decir de lo que pasa en las primarias y secundarias. Los pequeños y pubertos actualmente traen consigo su propio teléfono móvil con pornografía y videos con cierto grado de violencia; la Internet y la tecnología está al alance de sus manos mas no se usa para cosas productivas. Sus temas de conversación ya no son los videojuegos ni los programas de televisión. Ya hay otros temas de qué charlar.
Cada vez existe más individualismo y se exhibe agresividad. Queda a un lado el respeto por los demás, tanto a los padres de familia como a las autoridades educativas.
Es muy común verlos en las calles y ya no se sabe quién es el padre o la madre. Realmente sorprende la forma en que estos pequeños humanos interactúan con la sociedad que les rodea.
Es evidente que las necesidades son otras. El niño, como alumno, se ha convertido en el cliente que siempre tiene la razón con los tantos modelos pedagógicos que se aplican en las instituciones en busca de una educación "activa" y "libre", que se apegue a los intereses de éstos. Hemos llegado a las extremidades, "no al autoritarismo y sí al libre albedrío".
El currículo que antecede ha modificado sus objetivos; sin embargo, se ha creado la cultura de que es en la escuela dónde se educa, se forma y se enseña, cuando es en el hogar donde se debería educar. Los hijos son el reflejo de lo que cotidianamente aprenden en casa.
En los espacios educativos, en especial en las aulas, se reflejan los problemas, la violencia, el abandono y el desinterés que cada uno de estos niños vive en casa; lo peor es que el padre considera que el profesor es el que debe responsabilizarse de esos malos hábitos.
Nuestros niños y adolescentes del mañana están a la vanguardia de la tecnología y absorben todo lo que está a su alrededor, pero los jefes de familia han descuidado la parte fundamental: los valores.
¿Sabe usted qué hace su hijo cuando no se encuentra en casa? ¿Cómo convive con sus amigos y cuáles son sus intereses? ¿Ha tenido la oportunidad de hablarle de sexualidad? ¿Conoce cómo persuadirlo cuando se siente triste? ¿Tiene idea de dónde anda su hijo? ¿Está consciente qué hace tantas horas invertidas en la Internet?
Y todavía nos preguntamos por qué los niños de ahora son como son. Disculpe, pero la culpa no la tienen ellos, sino los mismos padres que permiten que sus hijos hagan y deshagan en casa. Si no puede con su hijo ¿cree usted que los profesores puedan controlar a sus "pequeños angelitos"?

domínguez.montero@gmail.com

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