jueves, 10 de abril de 2008

Reforma Energética

Ramón Durón Ruiz
El Filósofo de Güémez

Don Adolfo Ruiz Cortinez siendo gobernador del Estado de Veracruz, era muy dado a jugar dominó con sus amigos en el Bar México –frente al palacio de Gobierno en Xalapa–, cierto día un amigo de sus acompañantes de juego se acercó a la mesa solicitándole:
–¿Puedo jugar como su compañero, Don Adolfo?
–¿Sabes jugar dominó?– fue la amable respuesta del viejo sembrador de amigos.
–¡A medias señor licenciado!
–Recuerda una cosa sencilla: en la vida ni amigos a medias, ni embarazos a medias… ni jugadores de dominó a medias.
México requiere no de reformas a medias, porque ante los desafíos de la globalidad, perdemos competitividad. Si queremos vivir en una nueva etapa de crecimiento requerimos implementar grandes reformas, para que la reconstrucción institucional responda en forma eficaz, eficiente y oportuna a las necesidades del desarrollo social y político de la nación.
Requerimos una amplia reforma del Estado que llegue a los tres poderes, que los fortalezca, que mejore la calidad de gestión, que facilite la complementariedad entre ellos, que aleje la idea de la confrontación, que sólo entorpece la labor y no permite dar resultados tangibles
Requerimos tres pasos para facilitar el camino de la Reforma del Estado:
1.- Distender el ambiente de guerra política que prevalece actualmente, no con contactos formales –que sólo sirven para cubrir apariencias– sino con acciones concertadas que permitan arribar a los acuerdos que se requieren.
2.- Elaborar una agenda común pactada con todos los partidos políticos en donde se plasmen en iniciativas de ley, los acuerdos alcanzados.
3.- Sacar adelante las reformas que aseguren la gobernabilidad, sentando las bases para una reforma de gran aliento, que actualice y haga funcionar el nuevo sistema político mexicano.
Una de las reformas indispensables para la buena marcha del país es la Reforma Energética, seguro estoy que el gobierno ha cuidado no cometer los grandes errores del foxismo, en cuanto a reformas legislativas, que fueron presentadas sin previo consenso en el Congreso. Lo importante no sólo es definir el rumbo aislado de PEMEX, sino ver la política energética como una política de estado en donde se redefinan las funciones de este y el modelo de desarrollo.
El gobierno se verá fortalecido si demuestra que no está entrampado; que es capaz de sortear una dificultad del tamaño de la Reforma Energética. Nos encontramos en la disyuntiva de un escenario en que damos el salto cualitativo a la modernidad o nos quedamos atrapados en el entramado discursivo del México de la confrontación sin salida.
La iniciativa es una excelente oportunidad para el debate desde el Congreso, la mayor parte de los intelectuales favorece la realización de un debate público. En un país como el nuestro en donde la democracia es un sorteo –por la ausencia de civismo en nuestros políticos– los debates son una respuesta irrefutable a quienes creen en la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón. No sobra insistir en la importancia del debate como escuela cívica.
PEMEX es patrimonio de todos, condición que nos da el derecho a estar informados del avance de la iniciativa, de exigir a los representantes favorezcan la organización del debate nacional sobre el petróleo.
Cierto día llegan un líder petrolero, un adicto al sexo y un alcohólico al infierno, el diablo les dice:
–Los dejo regresar a la vida con ciertas condiciones: el petrolero no podrá coger nunca un billete; el adicto al sexo no podrá tener nada de contacto sexual y el alcohólico no volverá a beber alcohol.
Vuelven a la vida y ¡pum! el alcohólico lo celebra, se toma una cerveza y se muere. Van caminando el petrolero y el adicto al sexo, de repente se encuentran un billete se agacha el petrolero a recogerlo y ¡pum! se muere el adicto al sexo.
filosofo2006@prodigy.net.mx

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