martes, 3 de junio de 2008

La sangre llegará al río

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Nota previa: Perdón por la ausencia, pero tuve que vivir de cerca y esperar al término de la Olimpiada Nacional para poder darles datos más completos del fracaso veracruzano en esta justa.
Este miércoles será de crucifixiones en Boca del Río. No hay duda. La sangre llegará al río, mmm, o mejor dicho podría ser a la alberca de Leyes de Reforma, porque la reunión que se hará en el Instituto Veracruzano del Deporte sacará chispas.
Me va a encantar ver la cara de los presidentes de las Asociaciones deportivas de la entidad (si es que se atreven a ir) que fracasaron en la Olimpiada Nacional, más aparte conocer los argumentos del director del IVD, Roberto Bueno Campos, para admitir este duro revés, bueno, si es que lo hace, porque el lunes dijo que no había sido malo el resultado.
A ver, al funcionario le duplicaron el presupuesto a condición de 45 medallas de oro y mantener, por lo menos, a la Ola Roja entre las 10 mejores entidades del ranking nacional. Veracruz acabó en el peldaño 12 con 35 metales dorados. Si eso no es un fiasco, ¿entonces qué es?
Ahora, no toda la leña hay que echarla al Flamer. No fue el principal culpable de esto. Sí el principal responsable, pero no el único que se equivocó. Se supone que tenía un equipo de trabajo, más aparte la gente de las Asociaciones (ya no hablemos de entrenadores y atletas) se supone que hizo su chamba.
Bien, hemos llegado a la parte escabrosa del texto. Momento de revelar los fracasos más fuertes de la Ola Roja. De personas que se llenaron (espero no las bolsas, aunque sí lo sospecho) la boca de promesas y a la mera hora quedaron como mentirosos y demás adjetivos que me encantaría decir, pero a los miles de lectores que tengo les podrían sonar burdos y altisonantes.
Empecemos con el más habladorcito de todos. Saúl Cortés Ronzón. El Pajarito, como le apodan. Pues bueno, qué dirías lector que al señor encargado de las luchas asociadas le dieron un millón de pesos para que sus muchachos llegaran lo mejor preparados a la Olimpiada Nacional (según fuentes internas en el IVD). Él, con su siempre peculiar estilo de barrio, prometió 10 oros. Al final sólo fueron tres. Pretextos pueden ser miles, pero con qué cara puede presentarse públicamente si tuvo las concentraciones en Cuba y todo lo que pidió. Lo mínimo que puede hacer es renunciar tras las fallas en los recientes tres años, pero eso no pasará. No entiendo por qué se mantiene ahí, si ha dicho que una Asociación no es negocio. Qué sacrificado me salió.
Luego, Rosalba Castro, la representante de halterofilia, que casualmente suena para irse a Jalisco próximamente, con "sus atletas" y ya para acompañar a su esposo, Conrado Jiménez, quien ya apareció de blanco y azul en la Olimpiada, aunque dicen por ahí que todavía cobró su beca como veracruzano. Qué cosas. Pues en esta disciplina las grillas están a la orden del día, tanto que ya están las manos metidas de la diputada Elizabeth Morales para tratar de resolver la situación.
Pero el asunto es que hay una maraña muy complicada de traspasar, pero de lo vivido en Olimpiada Nacional, la delegada Betzabé Vásquez me salió muy despreocupada, al grado de estar en la alberca de su hotel cuando había competencias o ella misma tratar de boicotear a Ana López en su participación, según lo comentado por los padres de la atleta, solapados por Roberto Blanco Carrillo, en su papel de director adjunto del IVD que no hizo nada por apoyar en las protestas que favorecían a la ola roja.
Si Rosalba se va, qué bueno. Es lo mejor que le puede pasar al estado en este deporte. Su ego la ha puesto en sitios que ni ella se cree, por lo menos es lo que piensa. Los cuatro oros con los que regresó de Monterrey, no la salva de una crítica y que debe ser objeto de una revisión exhaustiva por la partición tan grande que existe en el organismo que comanda.
Ya menos grave, el caso del triatlón, que sí ha descuidado la cantera y que urge de un cambio en la cúpula. Justiniano Hernández Rodríguez parece ya obsoleto en su cargo, mientras que en el caso del entrenador principal Eugenio Chímal Domínguez necesita enfocarse en el semillero, porque es notorio que toda la carne en el asador está en Dunia Gómez, Melody Ramírez y Crisanto Grajales, con miras a Juegos Olímpicos.
Finalmente, el canotaje, Mirna Sánchez de repente corrigió en el camino y pronosticó, ya en Nuevo León, tres oros, sólo fue uno, pero sí falta trabajo en sus chavos, aunque sí se debe ver como una falla no haber podido cuajar el plan.
El futbol también falló, al no hallar una sola medalla en Tamaulipas, pero qué va del millón que recibió Saúl Cortés, a casi nada que fue para la gente de José Luis Espejo. Vamos, luego ni cancha para entrenar tenían en concentraciones.
Roberto Bueno suena para irse. Es una probabilidad alta. Pudiera ser por un mejor hueso o por la fiel tradición que ha mostrado año con año el Gobierno estatal. El sexenio lleva tres años y mismo número de directores en el IVD. Pero antes de irse debe, este miércoles, dar explicaciones y soluciones. Él no se puede entrometer en las Asociaciones, pero sí tratar de ayudar a limpiar las porquerías que mucha cometen, hoy, más descaradas que nunca.
Finalmente, felicidades a las delegaciones de atletismo, tae kwon do, squash, ajedrez, clavados y natación por cumplir bien a secas, aunque en la última en mención, gran parte dependió de un solo hombre, Ricardo Alvarado.

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