viernes, 26 de septiembre de 2008

¡El Chivo!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Arrancó ahora una campaña contra Miguel Angel Yunes Linares, director general del Issste. Surca por la Internet un Power Point donde se dice de todo del funcionario federal. Que ligado al narco, que ligado a Kamel Nacif, que es responsable del ataque de mails contra el Gobierno estatal… ¡bueno! Cantidad de cosas… todo parece que la guerra por la Internet está declarada…
He aquí una historia ficticia, nada que ver con la realidad que ni espera acercarse ni un mínimo a ella porque ésa, la realidad, está en manos de los periodistas, de los reporteros… no de su servidor… ¡adelante!:

La reunión se concentraba en varios puntos pero uno en especial: cómo contrarrestar la campaña electrónica a través de mails contra el Uno.
–Quiero ideas, muchas ideas…– dijo el Uno.
El de protección civil alzó la voz y sugirió a sus demás compañeros:
–¡Hagamos una lluvia de ideas!
Pero de inmediato, el Uno lo atajó:
–¿Qué tienes? ¿Por qué no piensas? ¿No te basta con las lluvias que tenemos para que todavía pidas más? Ese problema es grave y ya quiero tocar fondo…
–Y yo quiero tocar Fonden…
–¿Qué dijiste?
–Nada, nada– y el de Protección Civil guardó silencio esperando una mejor ocasión…
El titular de Salud alzó la mano y le dieron voz:
–¿Por qué no meter un virus a esas famosas cadenitas para que se les chinguen sus computadoras a quienes manden esos correos?
–No es mala idea, no es mala idea– dijo el Uno –A ver, tú, procurador, ¿qué piensas?
–Ummm… pido que se abra una investigación exhaustiva a todo cibernauta que haya recibido esos correos, confiscamos sus computadoras, les sembramos videos cochinos y los entambamos…
–No está mal, pero tendríamos que modificar la Ley para poder hacer eso… ¿cuánto nos tardamos en eso, joven Carvallo?
–Si nos vamos por lo ilegal, sería más rápido; pero si nos vamos por el lado anticonstitucional, nos tardamos un poco más…
–Olvídalo… porque en el Congreso ahí paramos… tú, el de Seguridad… ¿qué opinas?
–Necesitamos un chivo…
Fue cuando intervino el de Agricultura:
–¡Yo pongo las rocas!
–¿De qué hablas?– atajó el Uno al de Agricultura –¡el de Seguridad no se refiere a un Chivas Reagal! ¿Qué piensan de esto?
El director de Radio dio su voto:
–Apoyo al de Agricultura…
–¡Cómo se nota que eres Sordo!– suspiró el Uno que ya ni lo tomó en cuenta.
La de Sedesma, con la mano temblorosa en lo alto, pidió hablar… la palabra le fue concedida:
–¡A mí no me metan en ese lío! ¡Yo no sé de lo que hablan!
El Uno, a punto de perder la paciencia, insistió:
–¡Un chivo expiatorio! ¡No una Chivis, señora Domínguez!
–Ya me había espantado…
–Creo que nos vamos con la propuesta del de Seguridad pero, por favor, muchachos, piensen, piensen lo que les voy a decir: ¿Quién podría ser nuestro Chivo Expiatorio?
Y fue entonces que la carita regordeta del jefe de Prensa brilló y en sus adentros dijo: “Esta es mi oportunidad de demostrarle a mi jefecito chulo que sí sirvo, no nada más para pedirle a los jefes de redacción qué notas meter y cuáles no” y alzó su mano chonchita y pidió atención. Todos voltearon sorprendidos pues por lo regular se mantenía al margen de pensar y de hablar:
–Adelante– dijo el Uno, a punto de perder los estribos –¡habla!
–El chivo expiatorio podría ser ¡El Choleño!
–¡Explícate!– exigieron todos a la vez interesados en la propuesta.
–Miren, para contrarrestar esta campaña en la internet contra nuestro Estado, requerimos cambiar los papeles, buscar un villano y responsabilizarlo de la denostación, calumnias y difamación a nuestro Uno pero enfatizar que no tiene calidad moral para ello…
–¡Cuenta! ¡cuenta más!– le pedían desesperados…
–Hagamos del Choleño ¡nuestro Bin Laden! ¡Nuestro terrorista! ¡Nuestro enemigo social! ¡De quién cuidar a nuestros hijos! ¡El ligado con los malosos!
El Uno se quedó pensando, cavilando, y preguntó al de Prensa:
–¿Cómo podemos hacer eso?
–Con las mismas armas con las que nos atacan: ¡La internet! Hacemos un Power Point donde le sacamos sus trapitos al sol y agregamos que él es el responsable de los ataques cibernéticos…
–No se hable más… entonces que sea ¡nuestro Bin Laden!
Y todo el mundo aplaudió menos uno… el Dos, quien trató de pedir la voz pero no le hicieron caso…
–Señor Uno… ¡Señor Uno! Quiero comentar que…
–Para otra ocasión… ¡manos a la obra, prensa!
–Pero Señor….
–Me retiro Dos, tengo que seguir ayudando a los damnificados por todos lados…
Y se retiró…
La campaña se realizó esperando los resultados… mientras el Dos dejaba escapar una ley que en física-política nunca falta:
Para que haya un Bin Laden debe haber un George Bush y eso no lo pensó el de Prensa…

e-mail: dor00@hotmail.com

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