miércoles, 10 de septiembre de 2008

Que no llegue cualquier hijo de vecina

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Tendrá casi cuatro años que conocí a Pepe Zilli. No creo olvidar cómo se me acercó al comedor del Hotel Acuario en Veracruz, que era la sede de esa Olimpiada Estatal, en la época de Carlos Sosa Lagunes como director del IVD.
Él llegó y se presentó. Me dijo que tal vez había oído su nombre y posiblemente las referencias que me habían dado de su persona no eran las más gratas, pero que eran falsas. Me limité a no decir nada (porque tenía razón, no me habían dicho buenas cosas). Acto seguido, me pidió mi diario Milenio El Portal que tenía en la mesa (cuando todavía leía ese diario, porque yo trabajaba ahí). Decidí prestárselo. Me descuidé unos momentos y mi periódico jamás lo volví a ver.
Los supuestos rumores en su contra me quedaron más que resueltos esa mañana.
Con el paso de los años, lo empecé a ver en un sinfín de oportunidades, en varios organismos deportivos, pero que en ninguno duró. Lo noté en Olimpiadas Especiales, en el Comité Municipal del Deporte en la etapa de Gerardo Bautista Susunaga, en la subdirección deportiva del PRI Estatal, vamos, hasta como parte de la comitiva del IVD en la reciente Olimpiada Nacional, en la sede de Monterrey. Esto con algunos intermedios de apariciones aún más fugaces con ciertos deportistas.
¿O es un hombre que es plurifuncional y va a cada oficina a resolver problema o es un tipo que pica de todo, que no se decide, que deja a todo a medias y que fomenta la mediocridad?
Relativamente, tengo pocos años en esto del periodismo deportivo, alrededor de seis, y son los colegas de la vieja guardia los que me dicen que la posición de Pepe Zilli es una constante en la inconstancia, aunque suene irónico.
Y al haber visto y vivido estas cosas de este individuo, no pude contener la risa hace unos días, cuando empezó a rondar, como vil ave carroñera, al Instituto Veracruzano del Deporte, justo en el momento que el director Roberto Bueno Campos había pedido su licencia; apareció en las Guardias de Honor en el monumento a Miguel Hidalgo en Xalapa, algunos presidentes de Asociación bromearon que iba por la cabeza, varias risas se dieron.
Sin embargo, pocos minutos después, y con los días lo confirmé, quería una plaza de metodólogo, tras la convocatoria publicada por el IVD. Zilli ni tardo ni perezoso le pidió ayuda a su amigo Felipe Mendoza, quien ya trabaja en el Instituto, pero según me dijeron al interior de la oficina, la resolución fue reprobatoria, aunque también fue a solicitar el apoyo de la diputada Elizabeth Morales García para que le echara la manita. Ante eso, sin comentarios.
Y es que con ver ese historial lleno de mala fama, por la inconstancia de sus actividades, por nunca llegar a ningún lado, por quedarse siempre a medio camino, cómo darle una oportunidad a alguien así, ni a él ni a nadie con este tipo de currículum. Si con Liliana Allen las cosas andan grises, pues con elementos como don Pepe, pues sí caeríamos a un hoyo, justo cuando necesitamos que Veracruz vuelva a los 10 mejores del país, en cuanto a deporte se refiere.
Entonces espero que las autoridades del IVD no tomen a cualquier hijo de vecina, que sea cuate del cuate, o hijo de fulanito o perenganito para los cargos y becas que hay en oferta. Que haya méritos. Que haya conocimientos. Que haya ganas de triunfo colectivo y no sólo de sumar dinero y cuestiones individuales.
Para mediocres ya tenemos muchos ahí adentro. Si lo que queremos los ciudadanos es la menor cantidad posible hasta que desaparezcan, no que lleguen más.

Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

No hay comentarios: