martes, 21 de octubre de 2008

Entre grillas de Chileros y mandos municipales

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Dos personas me decían la noche del domingo pasado que la solución para que los Chileros de Xalapa retomen el nivel que los llevó al campeonato es que Ranulfo Márquez Hernández deje la presidencia, al igual que su hermana Urbana saque las manos de la directiva, más porque ella está con los Gavilanes de Minatitlán.
Y es que es un claro ejemplo de que la señora no sabe administrar y encabezar una franquicia beisbolera. En la reciente temporada de la Liga Mexicana lo demostró con hacer un títere a los Petroleros de Mina, ahora en la Invernal Veracruzana en lugar de estar más preocupada por su equipo, ha querido intervenir en el cuadro capitalino.
Dicen las malas lenguas que la salida de Omar Bramasco fue porque a la señora no le caía bien y se empecinó a que se fuera. Le hizo la pataleta a su hermano y quedó claro quién lleva las riendas en la familia, porque el californiano dejó el equipo de la noche a la mañana, sin tener un sustituto de peso y hoy los albiverdes pagan con creces la ausencia de un parador en corto de calidad.
La tibieza o indiferencia de Ranulfo Márquez con los Chileros tiene que ver en que no tuvo la capacidad para vislumbrar sustitutos de renombre y calidad, sobre todo ante las ausencias de Metralleta Ramírez, Emil Kamar y Pancho Córdoba, que fueron piezas importantes para lograr el campeonato hace unos meses. Que si hubo berrinches de los jugadores, que si pedían más y les querían dar lo justo que dice el tope salarial, que si esto, que si lo otro, la realidad es que hoy por hoy el equipo es un desastre en lo que a serpentineros se refiere, salvo Ramón García, que es el único que se ve sólido.
El resto de monticulistas no han demostrado tener el nivel para pertenecer a este conjunto y para colmo de males, unos brazos que eran de buen apoyo, como los de Roberto Barradas y Eduardo Nery, ya se contagiaron de lo malo que son los que llegaron.
Y sin ofender a Salomé Barojas, pero la apuesta debió ser desde la continuidad en el timón, pero ya era sabido que Chivigón no regresaría, por no cumplir los berrinches de Ranulfo en su momento.
Hoy los Chileros no juegan a nada, recibieron una repasada de los Gallos mendocinos que exhibe algo que era claro desde un inicio, si la ofensiva no tiene una buena noche, los albiverdes serán severamente castigados, pero mientras el equipo sea visto, por su presidente, como una plataforma política (y para colmo deja que su hermana meta las manos en un club que venía con un trabajo con buena constancia), pues los capitalinos irán en picada.
Aún hay tiempo de reestructurar y dejar que la gente que realmente quiere al equipo haga algo por él, porque si no sí me voy a creer esos gritos en el rojísimo Colón, que habrá que esperar a que Ranulfo se vaya a una curul para que todo cambie para una mejor situación; en tanto que el personal de Minatitlán, que se mantenga allá, sus "buenas intenciones" no son necesarias ya, por lo menos eso creo, ahora falta que quieran hacer caso.

Marcaje por zona
Y como vil verdulería o lavadero acabó la fase zona de la Olimpiada Infantil y Juvenil en Xalapa. Con toda la responsabilidad del Comité Municipal del Deporte y subdirección deportiva en la capital estatal, sólo que al profe Gerardo Arcos como que se le olvidó que él y su equipo de trabajo no inscribieron a dos equipos de baloncesto, por lo que quiso culpar al delegado del IVD, Armando Muñoz, de la no participación de esos conjuntos.
La bronca es sencilla de resolver. Tener los pantalones para admitir cuando se riega el tepache. La gente del municipio no los tuvo y prefirió mentirles a los padres de familia. Decir que el personal del Instituto se negaba a recibir a los equipos. Ya cuando las cosas se ponían color de hormiga pues los del ayuntamiento tuvieron que reconocer su falla, pero mientras, el coraje de los papás era justificado, a ellos les dijeron una supuesta verdad.
Lo cierto es que las anomalías siguen en la administración de David Velasco Chedraui en su área deportiva. Porque no hay que olvidar el zafarrancho que casi viven Gerardo Arcos con su director Rafael Casarín, que casi le cuesta la chamba al primero, pero recibió una segunda oportunidad que, al parecer, no quiere aprovechar; además, que si no le cabe, que no reparta.

Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

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