lunes, 20 de octubre de 2008

Las lecciones de Barack Obama


Javier Duarte de Ochoa *

A unas cuantas semanas de que se celebren las elecciones en Estados Unidos, la contienda entre John McCain y Barack Obama después de los tres debates presidenciales, parece inclinarse hacia el candidato demócrata.
Ante un escenario económico francamente complicado, que se convierte en caldo de cultivo para la especulación dentro de la carrera por la presidencia norteamericana, estamos presenciando no sólo una carrera muy cerrada, sino nueva en muchos sentidos.
Desde el hito que representa la presencia de un candidato de origen afroamericano en la contienda electoral más importante de nuestro vecino del norte, hasta el uso de nuevas herramientas como medios para hacer campaña. Estamos presenciando una nueva forma de hacer política.
Por el lado de los Republicanos, la polémica no estuvo ausente. Tras la nominación de la fórmula McCain-Palin, el apoyo hacia el candidato más moderado de los republicanos sufrió los embates de las fuertes críticas a su candidata a vicepresidente.
Por su parte, desde el inicio de la pre-campaña dentro del partido Demócrata observamos un cambio en la manera de percibir y hacer una campaña electoral.
No sólo se trataba de dos candidatos atípicos dentro de la historia, la primera mujer en buscar la Casa Blanca y el primer afroamericano en esta misma búsqueda, sino que se trató de una precampaña donde incluso la recaudación de fondos siguió un patrón diferente al tradicional y alcanzó niveles inesperados que no provenían de los donantes típicos, sino del grueso de la población.
Si bien se trató de una contienda interna que dividió la opinión pública norteamericana, podemos decir que en su conjunto fortaleció al partido Demócrata en su carrera hacia la presidencia, ya que no se trató de una campaña que polarizara, sino una que al decidirse, presentó un frente único.
Esta unidad, que distinto a lo que algunos esperaban no terminó con la nominación de Hillary Clinton a la vicepresidencia, ha sido uno de los factores que ha mantenido al partido demócrata a la cabeza de las tendencias hacia el 4 de noviembre.
Los factores que sin duda han sido distintivos del candidato demócrata ha sido el uso de innumerables métodos para impulsar su aspiración presidencial.
Desde la creación de la red llamada “Obama Mobile” a través de la cual se hacen llegar a los seguidores mensajes de texto con las últimas noticias sobre su candidato, hasta aplicaciones especiales para teléfonos inteligentes o los videos en el portal de “Youtube”, todo esto en su conjunto se ha convertido en una forma novedosa de realizar campañas políticas.
Pensemos en el efecto que causó que miles de personas recibieran simultáneamente en sus teléfonos un mensaje de texto anunciando al compañero de fórmula de Obama. Éste ha sido sin duda una de las formas más funcionales de enterar a los electores al momento, sin costos excesivos y de manera selectiva.
Pero más allá de lo novedoso que esta manera de hacer campaña sea, se está convirtiendo en una efectiva e innovadora manera de acercar a la gente a las posturas y propuestas que los políticos presentan.
Este sin duda ha sido uno de los principales elementos que explican la euforia alrededor del candidato demócrata.
El sistema político norteamericano no se conforma por una democracia directa, como en el caso mexicano.
Se trata de un Colegio Electoral, compuesto por 538 electores, el que decide a través de sus votos, el ganador a la presidencia. Estos electores representan a cada uno de sus estados: cada estado tiene un elector por cada uno de sus miembros en el Congreso.
La mayoría de los votos electorales se emitan a favor del candidato que ha ganado la votación popular en el estado.
Los electores luego emiten dos votos cada uno: uno para presidente y el otro para vicepresidente. Estos sufragios son enviados al Congreso, donde son certificados. En este sentido, se requieren 270 votos electorales para llegar a la presidencia.
Al día de hoy, la tendencia electoral favorece a Obama con 49% y McCain le sigue de cerca con alrededor del 43% de las preferencias.
No obstante, al traducir estos porcentajes a votos electorales, encontramos un panorama en el que los votos electorales se otorgarían en su mayoría a Obama (313, donde 220 mantienen una tendencia sólida y 93 con una tendencia menos contundente). John McCain, en este escenario, ganaría únicamente alrededor de 155 votos electorales y aún si ganara todos los estados donde existe un empate técnico en las encuestas (que representan 70 votos electorales) todavía estaría lejos de los 270 votos necesarios para ganar.
Si bien las preferencias favorecen al candidato que más mexicanos han denominado como su favorito para presidir al vecino del norte, donde 25% de la población a nivel nacional consideran que Barack Obama beneficiará a México más de lo que John McCain podría hacerlo, la historia nos ha enseñado que tienden a ser los presidentes republicanos los que han beneficiado más a nuestro país.
No obstante la percepción de la población, es importante resaltar varias cosas que resultan significativas para México.
Por un lado, la población de mexicanos en Estados Unidos representará por primera vez una fuerza política significativa para la elección presidencial.
De esta manera, crece la influencia que podría llegar a tener las familias de estos mexicanos que a pesar de haber obtenido la ciudadanía norteamericana, siguen enviando remesas a sus parientes en nuestro país.
Asimismo, más importante todavía resultan las enseñanzas que tanto la política nacional y estatal pueden derivar de lo que estamos observando en la contienda electoral estadounidense.
El uso de nuevas tecnologías para construir campañas políticas modernas, eficientes y de bajo costo es sin duda una de las principales lecciones que el candidato demócrata nos deja.
No sólo se trata de la manera en que ha llevado a cabo su recaudación de fondos, sino la manera de demostrarnos que es posible innovar, refrescar la política desde sus bases y acercarse a la población, no a vender una imagen, sino a realmente atraer su atención e interés a través de métodos modernos.
Es decir, la principal lección para los políticos mexicanos debiera ser que una forma distinta de hacer política es posible.

*Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado.

jduarte@sefiplan.gob.mx

ILISTRACIÓN: http://soyataud.blogspot.com

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