lunes, 5 de enero de 2009

¿Y quién dice que no se puede?

El regreso, perdón por la ausencia...


Janet Domínguez Montero
Lo tienes que saber

Estoy de regreso tras varios meses en que se vivieron procesos de transición, pero estoy lista para regresar con información que le puede servir a usted, o a usted, o tal vez a usted.
Cuando se viven los estragos de la vida es cuando uno llega a comprender las cosas desde otro punto de vista.
Después de haber egresado de la facultad de Ciencias de la Educación emprendí mi labor profesional como docente. Mi primer año de experiencia la obtuve en una secundaria, un nivel muy complejo pero bonito si sabes sobrellevarlo; en su momento fue un tormento, porque no sabía cómo dominar la situación; estaba muy novata todavía.
Posteriormente, estuve en un bachillerato técnico, donde comencé a trabajar con gente adulta y con un nivel socioeconómico distinto; mientras trabajaba ahí lo alternaba con la secundaria, y todavía por las tardes lo hacía en una estancia infantil, en donde no tuve muchas aportaciones significativas.
En la búsqueda de crecimiento profesional, comencé a tocar puertas en universidades, donde me quedé dos años y medio, que fueron de aprendizaje y crecimiento en forma integral.
Dicen que dar clases es lo más fácil del mundo, yo más bien diría que "fácil" es un término despectivo, no todos tienen madera para hacerlo, algunos lo hacen por diversión, otros por necesidad y algunos tantos por aprender algo nuevo.
Quien nace con la vocación de "algo", en su trabajo se verá reflejado, quien lo hace por no tener otra opción, sus expectativas serán distintas. A veces las cosas que nos ofrece la vida no son como uno lo piensa; sabemos que la situación actual en la que vivimos es muy difícil y buscamos nuevas oportunidades para sobrevivir; es así, que quienes deberían estar en cargos o puestos determinados no lo están, y quienes no tienen la vocación, sí.
A veces decimos que la vida no es justa con nosotros y nos da coraje saber que un "alguien" está ocupando ese lugar que no le pertenece, y con cobertura de una área que no domina; esto no va a cambiar, durante mucho tiempo ha sido así y todo porque los salarios están muy bajos y los empleos se escasean cada vez más. La realidad es cada vez más evidente y no se puede tapar el sol con un dedo.
Hoy que estoy del otro lado de la moneda, y trabajo como administrativa, me doy cuenta de lo valioso que es estar donde debo estar, es ahora cuando valoro mi vocación de estar frente a grupo y de apreciar más el arte de enseñar. Al respecto, aprendí que las nuevas cosas te ayudan a superarte, pero sobre todo a cambiar lo que no funcionaba.
Si bien es cierto, cuando tenemos las cosas no las valoramos y es entonces cuando decides cambiar de rumbo, lo mismo sucede con nuestra vida, cuando "algo" sentimos que no funciona, lo cambiamos por otro "algo" y así sucesivamente.
En este devenir aprendes con los porrazos, lo importante al final es que la enseñanza te ayude en ser mejor cada día. Por eso no dejes de luchar por lo que quieres, sino llega en este momento, ¡no importa! Ya te tocará. A todos en algún momento nos tocará, pero para subir la cuesta hay que sudar la gota gorda, y al estar del otro lado, todo se verá mucho mejor. ¿Se puede? ¡Claro que se puede!

domínguez.montero@gmail.com

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