lunes, 16 de marzo de 2009

Aguas tratadas de Xalapa… Oscuros socios y oscuras negociaciones

Sergio Valverde y Camposeco

Reynaldo Escobar Pérez no es un techado de virtudes, pero sí inteligente para ver un negocio provechoso. Desde tiempo atrás cuando era abogado del Grupo Fernández, se caracterizó por ser parrandero, tomador y tener buen ojo para las mujeres.
Cuando llega a ser Alcalde de Xalapa, la vida le cambió, pues era de extracción opositora al gobernante en turno y la rispidez que se esperaba, se tornó amable y a veces condescendiente. La fortuna le había sonreído e inicia una carrera política y de negocios de los cuales, nunca se imaginó hasta dónde llegaría.
Allá por el año del 2003, un gran negocio venía en puerta, al iniciar campañas por la Alcaldía de Xalapa y necesitaba entregar al PRI ésta presidencia, pues los compromisos llegaban hasta el cuello y la complacencia se tornaba servilismo. Por eso, pensó en invitar a Ricardo Ahued Bardahuil para que fuese su caballo en el ajedrez y se las ingenió para llevarlo como su pupilo para que al ganar, le cubriera las espaldas, en este negocio, del que le daría grandes dolores de cabeza y era la construcción del Saneamiento de Xalapa.
Ante este meganegocio, se asocia con compañías Eart Tech México, Cabsa Constructores, y Arquitectos Aguayo y Asociados, ésta última beneficia en cada sexenio, como por ejemplo en ese año, 2003, le acreditan la construcción del Orfis. A esta empresa, le llamarían Aguas Tratadas de Xalapa.
La obra inicia y los adelantos también por parte de Banobras, en la que se le dio prioridad en su construcción a grandes fraccionamientos residenciales y Plazas Comerciales, para beneficio de los más ricos y a los pobres, “que Dios los socorra”.
Al ganar, Ricardo Ahued, pensó Reynaldo Escobar poder manipular al empresario, quien lo menos que tiene es eso, ser manejable. El recién munícipe, quien vio la magnitud del problema y que fue utilizado por su mentor para sus negocios poco claros, las quejas de los ciudadanos y los constantes incumplimientos por parte de Aguas Tratadas de Xalapa, tomó la determinación de entablar un juicio, para la revocación del contrato por incumplimiento, ganando más adelante este caso y perdiendo la amistad de su padrino, Reynaldo Escobar Pérez.
El enojo y la frustración por la traición de su “ahijadito”, la tornó en propaganda negra en contra de Ricardo Ahued, pues Rey ya era Secretario de Gobierno y tiene todo el poder y solapamiento para poder realizar una constante campaña en contra del Presidente Municipal de Xalapa, para que pague tal osadía, tiempo atrás. Osadía mayor fue que Ricardo Ahued se candidateara por la diputación federal, y se agarrars con todas las uñas para conseguirla, previniendo los constantes ataques a su persona, a su familia y negocio.
Ahora, en el recuento de los “daños”, Reynaldo Escobar Pérez ha amasado una gran fortuna, en la que encabeza el edificio del Ghal, un edificio de despachos en Maestros Veracruzanos, en el cual tiene su oficina privada, los bares y cantinas, con mujeres que realizan bailables exóticos, terrenos en Mesa Chica, municipio de San Andrés Tlalnelhuayocan, el cual tiene un área de hectárea y media y pagó por ella, más de un millón de pesos, además de que gracias a él, los vecinos quieren vender sus tierras a precios en dólares. Otro más en Mata Oscura, en el municipio de Emiliano Zapata, lugar que también el ejecutivo estatal tiene otro terreno. No debemos omitir también una propiedad de Escobar Pérez, en donde tiene una hermosa casa ubicada en El Lencero, cerca de la Exhacienda de Santa Ana y también, hermosas mujeres desfilan por ella. Otro más es cerca del Parque Los Berros, en la calle de Juventino Rosas, el cual, el constructor por estar “agradecido por las atenciones de Rey” con el otorgamiento de permisos y demás, le regaló un terrenito, con valor cercano a los tres millones de pesos. Además se dedicaba a la grabación de películas y música, pero llegó la competencia y obligadamente tuvo que cerrar estos negocios fructíferos.
Así se las gasta este empresario, a quien le preguntaron si era dueño de la compañía Aguas Tratadas de Xalapa, lo que le provocó risa y sólo contestó: "Hágamela buena ser el dueño”, para negar ser el accionista mayoritario de esta empresa y su confrontación con Ricardo Ahued.
¿Qué le falta ser a Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez? Seguramente como dice él “Me quieren tirar del caballo”, mofándose de sus aspiraciones a ser Gobernador. Estamos seguros que es lo que menos quiere Fidel Herrera Beltrán, pues al dejarlo sólo en la silla gubernamental, su facilidad para por la verborrea y desafortunadas frases, serán “el pan nuestro de cada día” en los medios de comunicación estatales y nacionales, poniendo a Veracruz en el lugar de los mandatarios más chistosos y payasos en el ámbito nacional.
De querer ser mandatario estatal, las facturas personales, los compromisos, la presencia de personajes nada recomendados y los negocios turbios, son el panorama de este abogado, de quien la suerte puede cambiarle, pues el estado se está colapsando ante tanta anarquía.
Hemos tratado de ver algo bueno en Reynaldo, pero él mismo no lo permite, pues es más grande su ambición que su propia familia y amigos. Lástima pero vislumbramos a un político en decadencia.

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