Buganza: ¡15 minutos de fama!

Salvador Muñoz
Los Políticos

El gurú Warhol decía, en un afán democrático, que todo mundo tiene derecho a sus quince minutos de fama…
La velocidad con que se mueven las noticias hace que se difunda con mayor facilidad esta cercanía a la inmortalidad con la que algunos soñamos.
Queremos ser recordados, claro: ¡bien recordados! para que no “nos la recuerden”…
Y es que la fama –como bien lo dijo alguien que de seguro no fue tan famoso porque si no, me acordaría de su nombre– es la peor de los demonios que puede haber en nuestro mundo.
Ella, la Fama, puede hacer del más miserable ser, el héroe épico de nuestra moderna Odisea…
Ejemplos sobran pero les van unos sencillos:
¿Recuerda a Guillermo López Langarica?
A lo mejor no ubica el nombre de esta persona pero sepa de quién le hablo si le digo que es el “hijo del papá”, “el Canaca”… “¿y mis 50 mil pesos, qué?”
O qué tal la señorita Janet Guadalupe Contreras Rosas… ¿no la ubica? ¿Y si le digo que le dicen “La Mimosa” y trabaja en Video-rola y que fue inmortalizada por “El Ferras”, rey del Carnaval en el penal de Allende?
Sí, la fama es como el viagra: Al que está de pie no le hace caso ¡pero al caído lo levanta!
¡Como Leónidas y sus 300! Quién dijo que la historia la hacían los vencedores…
Al asunto que voy es que, tengo una mala noticia que darle: Nuestros representantes populares, por los que usted votó o no, los que hacen y deshacen en el Congreso de la Unión, simplemente mandaron a la fregada la propuesta de Gerardo Buganza Salmerón de mandar a la fregada el pago de la tenencia vehicular este año y no esperar hasta el 2012, año en que se tenía programado que desaparezca… los diputados federales aplicaron la del Símbolo: ¡de reversa mami, de reversa! Y no van a apoyar, como habían dicho, esta propuesta.
Sus motivos: dicen que lo que propone Buganza tiene tintes electorales… pues si no los tienen, ¡parece! Y dicen en política que lo que parece ¡es! Aunque mi otro gurú, Baltasar Gracián, lo dice mejor: las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen.
Otras cosas que aducen nuestros representantes populares es que si se quita este impuesto a los gobiernos estatales, pueden provocar una “caída del sistema” y tendrían que “pedir chichi” al gobierno federal para subsanar la tajada que representaría eliminar este impuesto.
En el peor de los casos, otros argumentan que se tendría que inventar otro impuesto… ¡y para eso se pintan solos nuestras haciendas o nuestros gobiernos!
Como sea… dicen los diputados que mejor se esperarán otro año para ver si ahora sí mandan a la fregada este impuesto bajo el argumento de que no habrá elecciones federales en el 2010… aunque sí estatales.
Lo cierto es que Buganza, sin querer queriendo, alcanzó notoriedad toda una semana… dio de qué hablar… provocó polémica… y lo más importante: generó reacciones en el grueso popular que ya se veía ahorrándose unos miles de pesitos sin este impuesto… en pocas palabras: ¡Buganza tuvo sus quince minutos de fama!
¡Ojo! Haga lo que haga a partir de mañana Buganza no se confunda con esos famosos quince minutos de fama… porque pueden ser cinco minutos de calentura.