viernes, 3 de abril de 2009

Sexo y la mano del Presidente

Salvador Muñoz
Los Políticos

Dicen que una ocasión, una revista puso en su portada, con letras grandes, muy grandes, la palabra SEXO. En la parte inferior, con letras más pequeñas, el siguiente texto: “Ya tengo su atención, ahora, al interior puede leer bla bla bla”.
Es innegable que el Sexo, el tema, el asunto, la palabra, ¡jala! Es más… yo hubiera puesto en primera plana esta columna y sería la más leída pero… el tema es la mano del Presidente.
Quién diría que el presidente, siendo chaparrito, tiene la mano larga. ¡Miren que colocar su mano en una de las posaderas de su esposa!
A lo mejor no tiene nada de malo si lo hace en privado, pero en público, ante el dedo nervioso sobre un obturador que sólo espera una imagen ¡y se las da!
Por supuesto… quizás no sea motivo de escándalo tanto como de envidia por parte de quienes logren ver esa foto, pero está visto que el sexo y la política, no se llevan…
Por eso, no podemos evitar recordar a Bill Clinton y Mónica Lewinsky. Si bien su caso no fue motivo para tumbarlo sí para llevarlo a juicio… oral.
¿Ya les dije cómo se llamaría Mónica Lewinsky si hubiera sido mexicana?
Déborah Vergara…
Claro que mi favorito es Silvio… no… no es Silvio Rodríguez. Mucho menos Silvio Lagos Martínez que el único escándalo sexual que puede tener a estos años es espantar a alguien… ¡a estas alturas de su vida lo único que puede hacer es “meter un susto”.
¡Qué! ¿Silvio Lagos Galindo? ¡Para nada! El único escándalo que se le conoce al joven es estar involucrado en venta de placas de taxi según youtube.
Hablo de Silvio Berlusconi, auténtico político rabo verde autor de piropos como “Si no estuviera casado me casaría contigo” o “Contigo iría a cualquier parte”.
Sinceramente, si usted es dama, no sé qué tanto impacto le ocasionen estos piropos… quizá sea el acento italiano lo que provocaba el efecto… de no ser porque doña Verónica Berlusconi paró en seco a su “viejo” exigiéndole unas disculpas públicas…
¿Ya les dije cómo se apellidaría Silvio Berlusconi si hubiera sido mexicano?
Silvio Bercusconi…
¿Y cómo no recordar a John F. Kennedy y Marylin Monroe?
Claro que para hacer “chous”, ¡los mexicanos nos pintamos solos!
¿Qué sería de nuestra cultura sexual sin los números?
Por eso hay 13, 18, 69 y 41.
El primero, es un albur que se hace con la rima del número; el segundo, un mito; el tercero, una posición y el último, una leyenda con la que dicha cifra se identifica (ya en desuso) a los homosexuales.
El 18 de noviembre de 1901, en el número 4 de la calle de la Paz, se celebraba una fiesta y un oficial de policía se acercó a verificar si contaban con el permiso para ello. Hablamos de tiempos de don Porfirio. A la puerta acudió un hombre vestido de mujer, maquillado como tal. Como todo buen macho, el oficial se escandalizó y al entrar, logró contar a 41 personas, 19 de ellos con ropa de dama. Hubo una redada y se descubrió que todos los integrantes eran de familias aristócratas, entre ellos Ignacio de la Torre, esposo de Amada, la hija favorita de don Porfirio. Por supuesto, fue al único que permitieron huir.
¡Claro!… el tema es para ahondar más porque se habla de una doble moral en esa sociedad tan “conservadora”… pero otro día lo abordaremos.
Y ya que hablamos de presidentes de México, cómo no recordar a la Tigresa, Irma Serrano, hoy con arresto domiciliario, quien jura que Gustavo Díaz Ordaz no tuvo nada que ver con la matanza de Tlatelolco porque esa noche durmió en sus brazos… ¡qué valor de doña Irma! No para declarar eso, sino para dormir con don Gustavo…
Y doña Sasha Montenegro, madre del cine cabaretero en México gracias al apoyo del presidente más perro de todos: José López Portillo… por supuesto, tras acabar con su cargo político (y con el dinero de México), pudieron realizar entre el morbo y demás, su matrimonio.
Pero hoy, es el presidente chaparrito que le agarra la nalga a su mujer ¡y lo cachan en la faena! No será un escándalo sexual… no, pero cómo dará de qué hablar en Estrasburgo, en su propio país, Francia, en la reunión de los G-20.
Bueno, si su esposa, la Primera Dama (¿o Primera Nalga) tiene, pues que le agarre pero que don Nicolás Sarkozy no coma delante de los pobres…

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