Paliando la realidad

Salvador Muñoz
Los Políticos

Le dicen El Comas... de los pocos funcionarios de Gobierno del Estado que realmente le va a Los Tiburones Rojos del Veracruz y no por moda... se los juro: ¡Éste sí es escualo! aunque en apariencia se asemeje más a una beluga.
Dicen que en la Secom le gusta hacer más caños que puentes... sí, les digo gusta jugar futbol y lo mismo se tira una chilena que una rabona... ¡y no es albur!
Hace poco ganó un trofeo en un campeonato que hicieron entre dependencias estatales... dicen, no me consta, que anotó dos goles en sendos contra-ataques rápidos, mortales, que ya lo quisiera el América... bueno, no tanto.
Es Raúl Zarrabal Ferat, aquel político boqueño que alguna vez lo vacilaran como a Barquet Fita, de que sería candidato solamente para ser farero de la Isla de Sacrificios...

Pues sí, no fue candidato pero es secretario de Comunicaciones...
De su trabajo creo que el menos indicado para hablar de ello es él... habría que preguntar qué tanto y funcionales son los 127 caminos y 59 puentes que durante su administración ha realizado...
Y es que en la pasada administración si bien se hicieron obras, como por ejemplo el puente de Pípila y pavimentación de Camino Antiguo al Sumidero, no todas resultaron ser tan funcionales... a algunas les faltó estudio.
Al menos, algo hay que reconocerle al Comas Zarrabal: Nadie se ha quejado, como en la pasada administración, del famoso Diezmo que resultaba del 20%.
Acevac y CMIC ya dieron su visto bueno... habría que conocer el sentir de los lugareños en donde hubo obra...
Caminos, es evidente, puede que esté haciendo muchos Raúl... pero hay uno que viene haciendo desde hace tiempo y espera terminar en dos años: Su camino a la alcaldía de Boca del Río... así que, transcurrido ese lapso, veremos qué tan buenos cimientos hace.

Gráfica: FotoXalapa

I
En la cara lateral de la parroquia de San José, allá en Orizaba, un viejo hizo de ese lado su casa y refugio. No importaba que lloviera o hiciera calor, el viejo allí estaba.
No sé de dónde salió ese sentimiento, si de mi madre o de mí, pero cada vez que pasábamos por allí, una moneda del monedero de la autora de mis días salía a mis manos y yo me dirigía al viejo que, envuelto en una colcha y cubierta su cabeza por un sombrero, desprendía un olor fuerte, penetrante, a orines.
Esa entrega de moneda era religiosa. Pasábamos por allí, y el viejo recibía la moneda.
Crecí y salí de Orizaba. Una ocasión que regresé a mi tierra natal, vi al viejo más viejo, en el mismo lugar, con el mismo olor y pudiera jurar que con la misma colcha y sombrero cubriéndolo.
Sí, efectivamente... el viejo siguió muchos años en el mismo lugar recibiendo monedas de cuanta alma caritativa se apoderara de él y soportara su hedor a pipí.
II
El viejo me recuerda mucho a la gente de escasos recursos que vive lo mismo en las sierras, en las montañas, en las afueras de la ciudad, en los pueblitos, ¡en donde quiera! Vemos siempre a estas personas, allí, algunas esperando el camión. Otras, caminando. Unas más, si tienen suerte, en bici o moto que amenaza con desbaratarse porque las calles y colonias donde viven son sencillamente intransitables... ¿las conoce? Son fáciles de identificar porque tienen nombre de alcaldes o gobernadores.
Y podrán pasar algunos años y veremos, mientras pasa usted en su carro y yo en mi moto, que esa gente de escasos recursos que todos los días, religiosamente espera su camión, sigue igual... no ha cambiado... sigue con sus mismas ropas, sus mismos zapatos, su mismo semblante...
III
Y esta gente, y también el viejo, me recuerdan el boletín que contiene algunas palabras de Marcelo Montiel Montiel, titular de la Sedesol estatal, durante su comparecencia: “El titular de la Sedesol subrayó que Adelante opera en los 212 municipios del estado y ha beneficiado a 505 mil familias. Dijo que a fin de fomentar la participación social, se implementaron las Jornadas Adelante, las cuales se han realizado en localidades de 115 municipios, entre ellos los 15 de mayor marginación y en ellas se han integrado los Comités Adelante, que fortalecen las acciones de corresponsabilidad y participación social en todas las vertientes del desarrollo social”.
Vamos, letrinas, estufas ecológicas, despensas, piso firme... ¡ah! Y hortalizas familiares...
Sí, son 505 mil familias las beneficiadas... ¡yupi!

Gráfica: FotoXalapa

IV
Hace unos días, fuera de la unidad donde vivo, un perro blanco con un suéter desgastado, se refugió entre la yerba. Allí parecía descansar. Dice un vendedor de helados que llegó solo y allí se sentó. Regresé a la casa y en un plato de unicel, puse alimento para perros. Volví al punto del can y le di la comida. Para mi sorpresa, no se la comió. Con su nariz empezó a mover yerba tratando de ocultar el plato... lo dejé y más tarde, cuando lo busqué, ya no estaba y el plato estaba vacío.
Salí contento... había beneficiado al perrito con un poco de alimento...
V
¡Oh oh! Entonces caí en cuenta... el viejo al que en mi niñez le di limosna siempre, siempre fue mendigo... las familias que llevo años viendo cómo esperan con su cara triste la llegada del camión, siempre serán de escasos recursos... el perro que alimenté hace unos días, siempre tendrá hambre... y me pregunto: las 505 mil familias que fueron beneficiadas por Adelante ¿dejaron de ser pobres? Es pregunta, curiosidad, en aras de saber si realmente funciona tal programa o trabajan como yo, paliando la realidad.

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